El tema de la muerte en pandemia me llevo a pensar que vigente se encontraría la obra del Historiador Philippe Ariès (1914-1984). Historiador que se dedicó durante 15 años al estudio sobre la muerte en Occidente. Estudio sobre la muerte y el morir. Una de sus obras más sobresalientes lleva el nombre “El hombre ante la muerte”.
Destaco principalmente alguna de sus ideas que me parece que son aplicables a los momentos que atravesamos en relación a este virus que se instaló, que deja al enfermo en aislamiento y soledad y a sus seres queridos privados de poder acompañarlos. Lo Philippe Ariès llama “La muerte invertida”: que sería la muerte medicalizada, sin duelo, oculta.
“…la muerte no sólo da miedo a causa de su negatividad absoluta. Se vuelve inconveniente, como los actos biológicos del hombre, como las secreciones del cuerpo. Es indecente hacerla pública…la supresión del duelo no se debe a la frivolidad de los supervivientes sino a una coacción despiadada de la sociedad, esta se niega a participar en la emoción del enlutado, una manera de rechazar la presencia de la muerte” y en esta muerte invertida se encuentra al moribundo solo, despojado y silencioso.”
“…Hoy es la dignidad de la muerte lo que plantea problemas. La dignidad exige ante todo que sea reconocida, no ya solo como un estado real sino como un acontecimiento esencial, que no está permitido escamotear”.
En estos tiempos que corren la noción de muerte invertida tiene increíble vigencia, la negatividad absoluta de la muerte, la supresión del duelo. No permiten darle dignidad a la muerte.
Algunas consideraciones sobre el duelo:
Jean Allouch – Psicoanalista – escribió un libro llamado “Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca” voy a destacar algunas de sus ideas:
Una de las cosas que plantea este autor en relación al duelo es que” para que un duelo comience, en principio hay que aceptar la perdida como tal.” La no aceptación de la pérdida no permite que el duelo tenga lugar este queda retrasado. La subjetivación de una perdida está más ligada a un tiempo lógico que en lo que de afuera se pueda ver de acuerdo a lo que la época o la sociedad indican. En épocas pasadas había que guardar luto por unos años si no se hacía había una sanción para ello. En esta época de tiempos cortos y aceleración si se está muy detenido en un sufrimiento las personas empiezan a tomar distancia. Aparece la incomodidad del otro.
Allouch también habla del tema de la prueba de realidad. Donde no acuerda con Freud en este punto. Va decir que nunca se está advertido de lo que se perdió en esa persona en esa pérdida. ”Se pierde una parte de sí. Ni de ti ni de mí, de sí; y por lo tanto: de ti y de mí, pero en tanto tú y yo siguen siendo, en sí, no distinguidos.”
“Desde el punto de vista de realidad, el muerto, lejos de tener ese estatuto de inexistente cuya misma inexistencia estaría adquirida hasta permitir basarse en ella para fundar decisivamente su duelo el muerto es, como por otra parte se lo llama, un desaparecido”.
…Ahora bien, un desaparecido por definición, es algo que puede reaparecer, reaparecer en cualquier lugar, en cualquier momento, a la vuelta de la próxima esquina. Así nos vemos impulsados a concebir que no habría precisamente prueba de la realidad para quien está de duelo”.
El concepto de objeto sustitutivo es otro de los puntos con que Allouch no coincide con Freud.
“el duelo no es cambiar de objeto, sino modificar la relación con el objeto (amado y perdido).”
La sustitución es imposible porque cada sujeto es único e insustituible. En el duelo se va cambiar la relación que se tenía con ese objeto.
Allouch también desacuerda con Freud en el pensar el duelo como un trabajo, para él se trataría de una elaboración. Donde marca la importancia de una subjetivación de la pérdida.
Para puntuar algo más sobre el duelo. Una cita
No estamos de duelo, sino de “alguien”
de quien podemos decirnos: yo era su falta.
No sabemos que llevamos (por nuestro camino)
“esa función “, a saber: la de estar en el lugar
de su falta.
Jacques Lacan. La Angustia. Seminario del 30-1-63. (fragmentos)
Para finalizar.” No es por la pérdida de todo “ser querido” la que pone a un sujeto de duelo; el duelo a veces sorprende. Uno no imaginaba que la muerte de fulano o fulana iba a ponernos de duelo hasta tal punto; recíprocamente, uno esperaba estar de duelo luego de la muerte de fulano o fulana, y bien no, nada, su muerte no nos provoca ni frío ni calor. ¿Cómo explicar un hecho semejante? Respuesta sugerida…: se está de duelo no porque una persona cercana haya muerto, sino porque quien ha muerto se llevó con él en su muerte un pequeño trozo de si”.
Tanto el tema de la muerte como la del duelo requieren del acompañamiento de sus rituales y de sus tiempos y elaboración, el no respetarlos, el no dar lugar a ello hace que los sujetos queden detenidos en su dolor e imposibilidad de realizar esa pérdida sufrida.
*Licenciada Beatriz Cabral Psicoanalista
Bibliografía:
El hombre ante la muerte. Philippe Ariès , Madrid, 1983
La erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca. Jean Allouch.Edelp.1996
Seminario. La Angustia. Jacques Lacan. Editorial Paidós
Hechizos del tiempo. Una lógica del acto analítico. Hugo Cardoso- Oscar Lamorgia. Editorial Letra Viva 2007.
*Miembro del Equipo Clínico de Red Asistencial de Buenos Aires.