No deseo convertirme en una mujer vieja, madura o como quieran llamarle que odia el progreso, que como no sabe usar una computadora, un teléfono, una tableta o mil cosas más, se la pasa denostando a los jóvenes y hablando mal de todos ellos. No quiero ser una mujer que cree que todo tiempo pasado fue mejor. No quiero ser una “analfabeta” en todo lo relacionado a la informática. No quiero renegar de los teléfonos de última generación, ni de los relojes (hermosos) que miden las pulsaciones, que te dicen si recibiste un mensaje y mil cosas más. Desde que el mundo es mundo cualquier cosa sirve para suplantar algo que aburre y no es por el nacimiento de nuevas cosas. Les cuento que solía ver a mi abuela ir a darle de comer a cada rato a las gallinas o a puntear la quinta con tal de salir del círculo de la rutina y entretenerse con algo. En su bolsillo tenía un mazo de cartas españolas y una tableta de analgésicos (siempre le dolía la cabeza), cualquiera que llegase de visita, ella lo invitaba a jugar a la escoba. El ser humano necesita interacción con otros y sin dudas, somos lo que somos aquí, allá o acullá. Las buenas personas lo son con o sin redes sociales, las malas también.
Es cierto que ya no compro los diarios, leo con la compu o desde el teléfono. Hay más variada información, aprendí de noticias falsas (fake news) y seguí leyendo entre líneas como cuando era joven. He conocido artistas valiosísimos a través de las redes, se pueden gestar hermosos proyectos y cosas bellas sin siquiera conocernos en persona, solo con la premisa del respeto mutuo, y de creer que el arte es superador y movilizador de mentes y almas.
Me encantan los elementos que el progreso brinda, me hizo conocer hermosa poesía, gente linda no competitiva, pares colegas que cada día escriben mejor; me he codeado con la belleza, me he emocionado y también enojado, la vida es un claroscuro. Ah, soy abuela de cinco nietos, me encanta cuando por ejemplo vemos juntas la ropa que está de moda con mi nieta adolescente desde Instagram, me divierto buscando recetas de tortas para hacer con ellos, y hasta Pepa pig forma parte de nuestros divertimentos. Aggiornarse es una forma de honrar la vida, no me vengan con que el progreso no sirve porque bla, bla, bla, todo sirve cuando uno se dispone a crecer, querer y creer.
Ana Caliyuri- Tandil- Pcia de Buenos Aires
anacaliyuri@gmail.com