Tano Verón nacido en Mercedes, su formación académica la realizo en la UBA, (Universidad de Buenos Aires) en Diseño Gráfico.
Seguramente si te paseaste por las calles de los centros urbanos de Buenos Aires, te habrás topado con alguno de sus afiches o murales callejeros. En su mayoría repletos de frases positivas que declaran la urgencia de nuestro presente inmediato, si no tenemos tiempo de leer, el tropical colorido nos llama la atención para obligarnos a detenernos: “Si no hay love, que no haya nothng”.
Me encontré con él y fruto de nuestra charla les comparto la siguiente nota:
¿Cómo ves desde tu visión al diseño gráfico como medio de tu trabajo?
Yo creo que el diseño gráfico en base como cuestión académica fue la que me formó como profesional y te diría que casi como persona.- Gracias al diseño gráfico me di cuenta de que podía fusionar la cuestión de la escritura con la comunicación visual.- De esta manera me di cuenta que el mejor marco para poder mostrar lo que yo hago era la calle; las paredes me brindan el soporte físico y el medio para poder compartir mii mensaje, como un canal con la gente.
El diseño gráfico me permitió entender como es la efectividad para que un mensaje llegue, en la calle necesitaba hacer algo rápido, con un nivel muy rápido de lectura para la gente, que sea una frase concisa y pegadiza y sobretodo muy importante que sean fáciles de recordar y repetir.- Creo que el hallazgo de mis posters, o que logra que funcionen, es que la gente pueda repetirlos.- Puede ir por la calle y si no tiene medio para sacar la foro comenta: “Venia por la calle y me encontré con un cartel que decía; Sea feliz , no joda al prójimo”.- Es eficaz porque la gente puede reproducir fácilmente que es o que acaba de leer a otras personas, entonces la cuestión se va haciendo viral.
¿Cuándo y cómo te iniciaste en el arte callejero? Hablame de los tipos móviles y de lo que significa para vos trabajar con tipos móviles como en la vieja escuela, la vinculación del arte callejero con la cotidianeidad de las personas que no pueden ser mercantilizado ni vendido y el espacio privado del que comienzas a formar parte con las obras de arte callejero que sean los afiches o serigrafías en donde la gente comparte sus espacios íntimos para mostrar tu trabajo en tus redes sociales.
Hace tres años me inicie en el arte callejero de la mano del paste up que es la técnica de pegar papeles, a lo argento “la pegatina”. Lo primero que comencé a hacer fue salir con mis frases imprimiéndolas en letterpress.-El letterpress son las tipografías móviles y lo que inventó Gutenberg en el 1400. Están hechos en madera y plomo que uno compone manualmente y se genera como un gran sello.- Un área impresora en positivo que cuando uno apoya en papel y le da presión, se hace la reproducción del original. Es una técnica totalmente artesanal, es económica y permite grandes tiradas en poco tiempo, que eso es lo clave para poder hacer arte callejero. En un anoche podía pegar 50 posters en lugares estratégicos y a su vez con el fenómeno de Instagram se comenzaron a viralizar estos registros increíblemente.
Mis posters se camuflaron en la estética tropical o la estética cumbiera o en los afiches de antes, del Luna Park de boxeo, tienen esa cuestión retro.- Lo efectivo es el cambio de personaje dentro del mismo canal, yo uso el soporte, el afiche de cumbia, pero en vez de poner hoy toca tal banda, en su lugar dejo la frase que no quiere vender nada, ni quiere que vayas a un evento, ni quiere que vayas a un recital, sino que quiere que reflexiones.- Si vas raídamente, se puede ver como un cartel más, pero cuando la gente descubre hay un mensaje que le estoy enviando a la gente, trato de ver que les pasa cuando reflexionan con mi frase.
El arte callejero le llega más a la subjetividad del espectador, si el mensaje se llegó de cualquier manera, lo comparte. Por esa razón creo que en tan poco tiempo me estoy haciendo conocido, por la red de Instagram y a su vez los re-encuadres que hace la gente. Ya sea desde la fugacidad de un colectivo o desde la calle misma.
La gente además de verlo, y quedarse con lo que vio en la calle o en las redes sociales, puede adquirir mis obras a un precio muchísimo más bajo que un original porque son reproducciones que a su vez son originales que están hechas por m y es mi obras. De hecho los posters callejeros no están ni siquiera numerados.- Entonces mucha gente o enmarca y lo coloca en su living y decide poner un poster de cumbia.- Que quizá antes no era pensado que alguien colocara un poster de cumbia en su habitación en el living y que la frase pase a ser lema de ese hogar. Les despierta algo muy cálido.
Lo interesante del arte callejero es el contacto con la gente, en el museo no hay este feedback con la gente, a menos que el autor este presente en la muestra.- Creo que el arte callejero es mucha más fácil para instagramear, de compartir de difundir.- Entonces yo sé lo que la gente piensa o me comunica, o me envía mensajes directos contando que gracias a tal frase tomaron alguna decisión, como una persona un señor de 50 años que leyó el poster mío “La rutina mata” y después me mando que gracias a ese mensaje él había decidido dejar su lugar de trabajo que no lo hacia feliz y se puso un emprendimiento propio gastronómico solo porque leyó tres palabras, la rutina mata.-
Quiero mencionar algo, yo pinto en casas que tengo permiso, hay muchos artistas callejeros que consideran que esto no es valioso, sino que justamente el arte callejero tiene que ser sin permiso y as vandálico, en los trenes, en las casas, en los mármoles de las casas, ventanas, en donde sea hasta en un auto.- Pero no, yo pido permiso porque me parece que sería hipócrita decir “Sea feliz no joda al prójimo” y arruinar el frente de tu casa sin permiso.- Y al ter ese enfoque me parece que me abre muchas puertas a pintar e intervenir en espacios privados de día, con la luz de día y con más comodidad , pensar mejor que composición voy a ver y también la posibilidad de que los dueños de casa puedan acercarse y charlar con ellos, debatimos sobre alguna frase o bien lo que me paso con i vecina “Negrita” una señora de 80 años que se acercó y me prestó el frente de su casa que pintamos juntos haciendo arte callejero.- Lo paradójico es que quizás en otros tiempos esa persona habría pensado que lo que hacía era vandálico.
La obra multifacética de Tano Verón nos habla del presente, urgente, inmediato. La urbanidad nos ha vuelto insensibles y no miramos.- Los afiches callejeros de Verón nos increpan: “Si no hay love, que no haya nothing”, me quedo pensando que distinto seria todo su cada acción de nosotros fuera ejecutada desde el amor.- No es casual que Verón haya elegido soportes democratizados a la hora de desarrollar su trabajo: el grabado, el muralismo o el tradicional afiche callejero. En casi todos los casos, el trabajo seriado permite un acceso al público en general, de adquirir una obra de arte a un costo mucho más accesible a diferencia de aquellas obras únicas e irrepetibles altamente costosas y limitadas solo a un nicho de compradores acaudalados. Verón va más allá en su decisión y toma las calles de su ciudad de Mercedes y las de los centros urbanos de la Ciudad de Buenos Aires para que todos sin excepción accedan a su lectura de cómo percibe nuestra vida.- Nos dice que no hay tiempo, que somos los artífices directos para que las decisiones sean más justas, y que si de todas formas nos encontramos en una sociedad de consumo reflexionemos: “las mejores cosas de la visa no son cosas”- Es un retorno a otro tiempo, un tiempo de detenimiento y de volver a aprender a mirar y de preguntarnos: ¿Qué somos? ¿En que nos hemos convertido? ¿Somos felices? Y en ese mirar detenido observar a nuestro alrededor y lo que generamos en los demás. ¿Qué hago yo para que mi entorno sea feliz? A veces las reflexiones más acertadas salen de las preguntas más sencillas y cotidianas, por eso: “Sea feliz (no joda al prójimo)”.
Por Luciana Acuña
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