El Poder Lúdico de la Literatura
“Cortázar, con su rechazo a toda solemnidad, que para él era simple aburrimiento, me enseñó como nadie el poder lúdico que tiene la literatura”, comentó Bryce Echenique.”Para mí, las influencias literarias -continuó- son las que te revelan y te guían por el corazón de tu propia escritura; no las que te empujan a imitar a un autor. Y Cortázar me enseñó como nadie a jugar con el lenguaje y a disfrutar de ese juego. El guatemalteco Augusto Monterroso fue otro maestro en ese sentido. Recuerdo que una vez en México mencioné esa característica cortazariana de hablar de lo más profundo de la vida, a través de lo aparentemente fútil y descolgado en el hilo de toda narración. Asombrado, por eso mismo que él también veía en Julio, me dijo: ‘Es verdad: por eso no he hecho otra cosa en mi literatura que plagiar a Cortázar. Y no me da vergüenza reconocerlo’”. “Luego, en París, cuando Julio estaba a punto de viajar a México, se me ocurrió conectarlos. Le dije que lo llamara, porque había un escritor que lo adoraba. Y Cortázar me confesó: ‘¿Sabés que me he cansado de plagiar a Monterroso? Será una buena oportunidad para pedirle disculpas o, quizá, ¿debería agradecerle?’.”
Reportaje de Loreley Gaffoglio a Alfredo Bryce Echenique – La Nación – 09-06-04