Cancionero
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Bandidos Rurales
“Bandidos populares, difícil de atraparles / Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie”
Bandidos Rurales

Los bandidos rurales fueron una realidad hasta bien entrado el siglo XX. El medio en que actuaron, la época y sus características individuales, los convirtieron en personajes de leyenda. Si bien varios de ellos fueron abatidos por las balas policiales, a esa modalidad delictiva la “mató” el progreso. La transformación de los territorios nacionales en provincias, los dotó de más seguridad. El cuatrerismo aún en plena vigencia, es ajeno a lo que hacía aquel bandolerismo rural. Lo mismo sucede hoy con el delito en el campo, donde la metodología y los códigos, son muy diferentes a los de los bandidos legendarios.

“Bandidos rurales, difícil de atraparles / igual que alambrar estrellas en tierra de nadie”. Así comienza la obra histórico – musical “Bandidos Rurales” de León Gieco. El cantautor, al estilo de los viejos romances y milongas que describieron las andanzas de muchos personajes populares, pasa revista a la extensa galería de los fuera de la ley en el ámbito campesino. “Siempre fuera de la ley”; sostiene la pieza. Nada más cierto.

Real o no, la mayoría de ellos se “desgracian” con la ley a causa de algún asunto amoroso que los hace entrar en conflicto con figuras de autoridad, como los casos de Segundo “Mate Cosido” Peralta o Juan Bautista Bairoletto, entre los más conocidos.

Bairoletto (o Vairoletto), nació en Santa Fe en 1894. De chico fue a vivir a La Pampa y ya adulto, un gendarme pretendía a la misma mujer que él. Ante la intimación del uniformado para que abandonara el pueblo (y a la mujer), Bairoletto se va… pero antes le pega tres tiros. Comienza su carrera en el delito y la condición de fugitivo eterno. Fue el terror de estancieros y hacendados. Buscaba protección entre los pobres, a quienes brindaba ayuda económica cuando veía necesidades. Estos gestos y el hecho de enfrentarse a los ricos y a la autoridad, le ganó el mote de “Robin Hood de las pampas”; endilgado por la prensa amarilla que difundió con entusiasmo las aventuras del pampeano. Alguna vaga simpatía por el anarquismo, cimentó aún más su fama de justiciero.

Juan Bautista Vairoleto

Se asoció con Mate Cosido para dar algunos golpes. Luego siguió solo. En 1941 cuando ya estaba retirado en Mendoza, lo entregó un ex compinche. Su última burla a la policía fue no caer vivo. Se suicidó. El alter ego de Bairoletto fue el tucumano Segundo David Peralta alias Mate Cosido. Nacido en Tucumán, en 1897. Su apodo se debe a una cicatriz que tenía en la cabeza. Como Bairoletto, su desgracia habría comenzado también por la disputa con un policía por una mujer. Se instala en El Chaco donde perpetró varios atracos y huye a Paraguay. Es extraditado y purga algunos años de cárcel. Se asocia a otros delincuentes y junto con los asaltos crece su fama. El hombre tenía dotes de relacionador público, ya que escribió a la revista “Ahora” justificando su accionar en las injusticias sociales. Los golpes a grandes empresas que operaban en El Chaco como Bunge & Born, La Forestal, Dreyfus, algunas subsidiarias y secuestros extorsivos, le dieron popularidad pero también el encono de las grandes compañías. Desde 1939 la Gendarmería Nacional se dedica a dar con el tucumano. “Mate vivo o Mate muerto”, fueron las instrucciones que el presidente Agustín P. Justo dio a la fuerza de fronteras. Cuando va a cobrar un rescate muy importante, la Gendarmería le tiende una emboscada bajo un fuerte tiroteo. Mate escapa probablemente herido y su rastro se pierde para siempre.

Isidro Velázquez – Vicente Gauna

Pero otros bandidos rurales menos conocidos también hicieron historia. Entre ellos una mujer. Elena Greenhil. Una inglesa radicada en Chile, que en 1884 antes de cumplir 20 años cruzó la cordillera. Se dedicó al cuatrerismo en el norte patagónico y fue emboscada y muerta por fuerzas de seguridad a los 43 años. En 1962 los hermanos correntinos Isidro y Claudio Velázquez, inician una trayectoria similar a la de quienes asolaron en los años ‘30, pero ya eran otros tiempos. Después de una impresionante seguidilla de golpes en la zona rural, Claudio fue muerto en un tiroteo e Isidro se asoció a otro delincuente; Vicente Gauna.

Robaban y se refugiaban en los barrios pobres de los poblados. Mandaban notas a la policía burlándose y cubrían la retirada con un fuerte sapucay (alarido). En todo el litoral se comentaban sus hechos. Claudio fue bautizado por la gente como El Vengador. La carrera de ambos terminó en 1967 bajo las balas policiales.

La historia se confunde con la leyenda y los nombres se asocian bajo un común denominador: son perseguidos por la justicia y el poder. Así se mezclan Mate Cosido con El Gauchito Gil; Bairoletto con Hormiga Negra o Juan Moreira, y tantos otros. Pero solo los une haber sufrido persecución y castigo. León Gieco con su magnífica obra, rinde culto a lo que la memoria popular hizo suyo.

Segundo David Peralta – Mate Cosido

Bandidos Rurales

Nacido en Santa Fe en 1894,
cerca de Cañada, de inmigrantes italianos
Juan Bautista lo llamaron, de apellido Bairoletto
Bailarín sagaz, desafiante y mujeriego
Winchester en el recado, dos armas cortas también,
un cuchillo atrás y un caballo alazán
Raya al medio con pañuelo, tatuaje en la piel,
quedó fuera de la ley, quedó fuera de la ley

Se enamoró de una mujer que pretendía un policía
lo golpeó, lo puso preso un tal Farach Elías
Andate de Castex le dijo, aquí tenemos leyes
Corría el año 1919
Antes de irse, fue al boliche a verlo al fulano
Con un 450 belga, revólver en mano
Le agujereó el cuello y lo dejo tirado ahí
Ahora sí fuera de la ley, ahora sí fuera de la ley

Bandidos rurales, difícil de atraparles
Jinetes rebeldes por vientos salvajes
Bandidos populares, difícil de atraparles
Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

Por el mismo tiempo hubo otro bandolero
Por hurtos y vagancia, 19 veces preso
Al penal de Resistencia lo extradita el Paraguay
Allí conoce a Zamacola y Rossi por el 26
1897 en Monteros, Tucumán,
el día 3 de marzo lo dan por bien nacido
Segundo David Peralta, alias Mate Cocido,
también fuera de la ley, también fuera de la ley

Entre Campo Largo y Pampa del Infierno
el pagador de Bunge y Born le da 6000 por no ser muerto
Gran asalto al tren del Chaco, monte de Saenz Peña,
Anderson y Clayton firma algodonera
45.000 a Dreyfus le sacaron sin violencia
El gerente Ward de Quebrachales 13.000 le entrega
Secuestro a Negroni, Garbarini y Berzon
Resistió fuera de la ley, resistió fuera de la ley

Bandidos rurales, difícil de atraparles
Jinetes rebeldes por vientos salvajes
Bandidos populares, difícil de atraparles
Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

Bairoletto cae en Colonia San Pedro de Atuel,
el último balazo se lo pega él
El Ñato Vicente Gascón, gallego de 62,
con su vida en Pico pagó aquella traición
Sol, arena y soledad, cementerio de Alvear,
en su tumba hay flores, velas y placas de metal
El último romántico lo llora Telma, su mujer,
muere fuera de la ley, muere fuera de la ley

No sabrán de mí, no entregaré mi cuerpo herido,
Quitilipi, Machagay, ¿dónde está Mate Cosido?
Corría el 36 y lo quieren vivo o muerto
2.000 de recompensa, se callan los hacheros
Logró romper el cerco de un tal Cáceres torturador
de Gendarmería que tenía información
Herminia y Ramona dudan que lo hayan matado
a éste fuera de la ley, a éste fuera de la ley

Bandidos rurales, difícil de atraparles
Jinetes rebeldes por vientos salvajes
Bandidos populares, difícil de atraparles
Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

En un lugar neutral, creo que por Buenos Aires,
se conocen dos hermanos de este barro, de esta sangre,
y dejan un pedazo del pasado aquí sellado
y deciden golpear al que se roba el quebrachal
Por eso las dos bandas cerquita de Cote Lai
mataron a un tal Mieres, mayordomo de La Forestal
Se rompió el silencio en balas, robo que no pudo ser
Dos fuera de la ley, dos fuera de la ley

Martina Chapanai, bandolera de San Juan,
Juan Cuello, Juan Moreira, Gato Moro y Brunel,
El Tigre de Quequén, Guayama el Manco Frías,
Barrientos y Velázquez, Cardoso y Cubillas,
Gaucho Gil, José Dolores, Gaucho Lega y Alarcón,
bandidos populares de leyenda y corazón
Queridos por anarcos, pobres y pupilas de burdel
Todos fuera de la ley, todos fuera de la ley

Bandidos rurales, difícil de atraparles
Jinetes rebeldes por vientos salvajes
Bandidos populares, difícil de atraparles
Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

Bandidos Rurales
Álbum de estudio de León Gieco
Publicación: 2001
Género(s): Rock – Hard rock – Folclore – Folk rock

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