Muchas son las formas que se le atribuyen a la Timidez, pero para comenzar tomaremos la del diccionario de la lengua española, que califica a quien la posee de temeroso, medroso, encogido y corto de ánimo, siendo sinónimos de apocado, miedoso y cobarde como quien no se atreve a enfrentar un peligro o una dificultad, aquel que actúa sin dar la cara, falto de ánimo y valor.
Pero mencionaremos algunas definiciones más específicas, tales como: “una limitación o defecto del carácter que impide el desarrollo armónico del yo, manifestándose por una inseguridad ante otros” o “una torpeza o incapacidad para afrontar o desarrollar relaciones sociales”.
También se la considera como “un rasgo de personalidad caracterizado por el temor a mostrarse e integrarse al medio social”. Y así en este deslizamiento de significantes se insinúan otros tales como inhibición, introversión, y hasta fobia social. De toda esta gama podemos despejar diferentes aspectos.
Por ejemplo que los introvertidos no necesariamente lo son por ser tímidos, sino a veces por elección propia y no mostrando por ello dificultades para socializar o expresarse libremente ante otros.
En el caso de la inhibición es Freud quien diferencia ésta diciendo que presenta una relación especial con una función y no significa por ello que exista patología, pudiéndose así dar el nombre de inhibición de una función a una restricción normal de la misma.
También hay quienes consideran a la timidez como “una forma atenuada de la fobia social” y de hecho hoy se dedican muchos estudios a esta “patología actual”. Pero no se debe confundir una con otra, pues en el caso de la llamada fobia social opera una incapacidad que limita a quien la padece y respecto de la timidez no necesariamente se sufre de una incapacidad que la torne patológica. Lo cierto es que en el caso de la fobia social no se trata de una Neurosis Fóbica, entendiendo por tal a una formación psíquica que transforma la angustia en miedo a un objeto específico.
De todos estos intentos de definir diferentes manifestaciones referidas o asociadas a la timidez y aunque también existan quienes piensan que tiene antecedentes genéticos, lo importante a resaltar es que la timidez se puede prevenir y, de ya ser tarde para ello, gracias a un tratamiento psicoterapéutico , modificar en sus efectos.
En cuanto a la prevención me refiero a los estilos de educación que brinde a sus hijos.
Tanto en casos de exceso de cuidados por parte de los padres que no permitan al niño desarrollarse y resolver situaciones por sí mismo, de manera que vaya logrando una autoafirmación por sus aciertos, así como un aprendizaje de sus errores; como en otros donde la rigidez y la exigencia que se ejerzan provoquen la sensación de que nunca es suficiente, provocarán gran inseguridad y temor al fracaso.
La timidez puede empezar a desarrollarse entre los cinco y siete años. En general la timidez puede estar relacionada con el tipo de vínculo y educación recibidos.
La timidez a temprana edad puede ser sinónimo de sensibilidad, introversión con abundante fantasía, pero también puede transformarse en sufrimiento por falta de confianza en sí mismo, que se traduzca en inseguridad personal, que aísle al niño de su entorno social por temor al fracaso, al ridículo o a la no aceptación por parte de los demás.
Que esto no suceda dependerá de la actitud de los padres a aceptar los errores que sean reconocidos como tales por los niños, y no descalificarlos por ellos, ni realizar comparaciones que los desmerezcan ante otros, y menos aún imponer castigos humillantes.
Con diálogo, comprensión y apoyo puede prevenirse un desarrollo patológico de la timidez. Este podría derivar en futuras conductas sobreadaptativas que funcionen como mecanismos de defensa para ocultar sus fallas ante los demás y culpar a otros por sus dificultades.
Sólo con ayuda profesional podrá revertirse aquella timidez que haya llegado a producir sufrimiento en quien la padece. Elaborándola, a través de enfrentar los modelos que la originaron, pudiendo así revalorizarse, a pesar de los propios errores, entendiendo que somos humanos, falibles, esforzándonos por aceptarnos y aceptar a quienes nos rodean.
PUNTAJE:
Mayoría de respuestas a): Ud es una persona socialmente adaptada y no tiene grandes inconvenientes a la hora de relacionarse con los otros.
Mayoría de respuestas b): Su timidez está interfiriendo notoriamente en su vida privada. Debería considerar la posibilidad de consultar con un profesional.
Mayoría de respuestas c): Ud es un impresentable! (claro que ya lo sabía)
Por el Lic. Victor Hugo Silvetti
Psicólogo perteneciente al Equipo Clínico de Redba
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