“Qué olor a naftalina tiene esto…”, se suele decir cuando algo huele literalmente a naftalina o simplemente a “viejo”. Si bien el olor penetrante de la naftalina es característico, muchas veces se le adjudica ese aroma a productos que no tienen relación con la célebre y blanca bolita. Durante muchas décadas, fue el enemigo declarado de polillas y otras plagas. Por unos pocos pesos, se compraba una ración lo suficientemente generosa como para mantener a raya a los insectos destructores de las prendas almacenadas en roperos.
Luego, el avance de los insecticidas en distintas presentaciones, sólidos, líquidos o en aerosoles, fueron desplazando la naftalina a los rincones de los nichos que guardan productos de limpieza y desinfección. Los cambios de hábitos llegaron con la penetración de las campañas publicitarias en los hogares, pero también existe una franja etárea que prefiere seguir confiando en la tradicional naftalina; es reacia a algunos cambios de costumbres. No obstante, hay una razón fundamental que demuele cualquier argumento contrario: la naftalina es efectiva.
Es un producto cuyo componente principal es el naftaleno. Como se ha dicho, un indiscutible repelente de insectos. Donde no puede llegar o permanecer la vista y la mano humana, la bolita de naftalina se instala con comodidad. Cajones de cómodas y placards, bolsillos de abrigos, ropa de invierno que permanecerá guardada, frazadas que no se usarán durante meses; son los lugares apropiados para ser custodiados por naftalina. El principal enemigo: las polillas. Pero las bolitas son también aptas para alejar a otros visitantes desagradables como roedores, murciélagos y hasta cucarachas.
Se pueden comprar en ferreterías, supermercados y locales de venta de artículos de limpieza. Su ingesta es muy peligrosa como cualquier insecticida, por ello debe estar fuera del alcance de niños y mascotas. Además, recordar que deben evitarse lugares con temperatura elevada porque ésta facilita la evaporación de la naftalina, como también su proximidad al fuego porque es inflamable.
Los usuarios de naftalina, recomiendan cuando el olor de las bolitas persiste en muebles y ropas no lavables, aún después de cumplida su vida útil, colocar un recipiente con vinagre blanco, ya que el mismo neutraliza el fuerte olor.
También el naftaleno se utiliza como insumo para perfumes y otros productos afines.
Pero en el humor argentino el “olor a naftalina” tiene otro significado. Se trata de lo que supuestamente o no, dejó de pertenecer al presente. Tal categoría a ojos de quien la utiliza, puede abarcar una forma de pensar, un libro, un tema musical, hasta una moda; cualquier cosa que para el inapelable calificador, “tiene olor a naftalina”. Para muchas personas acostumbradas a la comodidad de las generalizaciones, el tango, por citar un ejemplo frecuente, “tiene olor a naftalina”. Esa reflexión apresurada no contempla que hoy se siguen escuchando temas grabados hace casi un siglo, con la misma naturalidad que lo hacemos con algún registro salido de la inspiración de un músico contemporáneo. No es sólo nostalgia, que en algunos casos será así; pero sin duda, la permanencia a través de las generaciones y los tránsitos culturales sucesivos, obedece a la calidad intrínseca del producto, aunque para algunos tenga “olor a naftalina”.
La frase en cuestión, es pariente directa de otra expresión legendaria: “Del tiempo de ñaupa”. Vocablo de origen quechua, en la lengua original “ñaupa” se refiere a antiguo, viejo.
Entonces un objeto, una idea y hasta una persona, pueden tener “olor a naftalina” y hasta ser “del tiempo de ñaupa”; ambas frases tienen un sentido similar.
A pesar de que estas líneas pueden oler a naftalina, la permanencia en nuestra cultura cotidiana del dicho en cuestión justifica el esfuerzo.
Testimonios
“Cuando gira en la esquina del edificio ve la luz blanca del baño encendida.- El viejo ha cumplido.- Se ubica frente al mingitorio y comienza a orinar.- El chorro agita las bolas de naftalina que pretenden desodorizar el sanitario y, estimula por ese movimiento, una cuchara de largas antenas y patas peludas que ha estado sepultada entre ellas comienza a patalear intentando liberarse de su encierro.- Ese espectáculo asqueroso termina de despabilarlo.- Toma una mínima venganza dedicándose a anegar el insecto en el torrente de orina .- Cuando termina, la cucaracha ha quedado otra vez cubierta por la naftalina y se ha quedado quieta.- Lamenta que el pis no contenga insecticida, porque le repugnan profundamente esos insectos.- Vuelve a la pieza, apaga la luz y se acuesta.”
Aráoz y la Verdad – Eduardo Sacheri – Alfaguara – 2008
“La condición para leer esta nota es sacudirte los prejuicios que señalan al tango en color sepia, como propiedad exclusiva de la gente mayor.- La orquesta típica Fernández Fierro lo único que tiene de típico es la formación tradicional.”
Sueños Compartidos -Enero 2011 – Por Luis Zarranz- “Tango sin Olor a Naftalina”
“Guerreras o vengadoras, criminales empedernidas o fierreras empedernidas y hasta bobas en minishorts, las chicas de Quentin Tarantino fuman porro o se drogan con cosas más fuertes hasta perder la conciencia, dan y reciben disparos y puñetazos totalmente brutales, a veces se pasean en bikini por ninguna razón más que poner algún señuelo para el ojo del espectador y nunca pero nunca son amables, dulces, conciliadoras, maternales ni cargan con ningún atributo con olor a naftalina que todavía se nos reclama por ahí. En esta revisión de las “ellas” de su filmografía, se puede odiar o amar al director, pero difícil permanecer indiferente.”
Página 12 -15-01-16- Por Marina Yuszczuk, – “Malas y También Peores”.
“La caída de Mariano Rajoy y el ascenso de Pedro Sánchez en una coalición parlamentaria con Podemos abrió el cauce para que los ultras sacaran la naftalina a sus banderas franquistas y sumaran a la ola neofascista sin vergüenza.”
Tiempo Argentino -14-10-18- Por Alberto López Girondo
“Vox, el partido franquista que el 12 de octubre celebró «la mayor obra de hermanamiento».
“Tan desorientado parece Fernández que hace pocos días se quedó solo en un almuerzo por ausencia de sus socios de coalición, y varios seguidores se han propuesto crear un club de amigos para reunirse en Olivos, en asados de a treinta, para asistirlo anímicamente y de paso intentar participar del ganapán de la gestión. Impulsan modificaciones al perfil gubernamental, no solo de hombres y mujeres del plantel, también le sugieren estrategias o reiteraciones del pasado. Sin duda, gente de poca inventiva con olor a naftalina.”
Perfil – 24-10-20- Por Roberto García – “Luis XIV de La Paternal”