En el apasionante universo de las historietas es común que los personajes que habitan las distintas editoriales tengan aventuras en universos alternativos a los acostumbrados. Dc Comics lo hizo durante décadas en narrativas que los lectores de habla hispana conocieron como Historias Imaginarias, comics breves en donde los equipos creativos jugaban con conceptos que no podían incorporar al canon vigente. Quienes pensaron que la muerte de Superman en 1992 fue la primera vez que se coqueteó con hacer morder el polvo al abuelo de los superhéroes, es porque jamás hojearon la historia “imaginaria” en donde Lex Luthor consigue, a fuerza de ingenio y kryptonita, matar al aparentemente invencible héroe. El encanto que tenían estos breves narrativas era que, al terminar el libro, un recuadro le informaba al público que no había nada de qué preocuparse, porque aquello era una historia imaginaria y todo estaría bien al mes siguiente. (Cómo si no fueran todas historias imaginarias…) DC lanzó un sello editorial a finales de los ‘80 dedicado a explorar todo tipo de versiones alternativas de sus superhéroes más populares. Se llamó Elseworlds (Otros Mundos) y fue cuna de volúmenes de altísima calidad.

Marvel Comics, en la década del ‘70, comenzó su experimentación con estas realidades alternativas en un título propio, de nombre mucho más simple y menos “pretencioso”. What if…?, o ¿Qué pasaría si…?, en su traducción al español. En estas historias, que hasta la fecha se publican en formato mini-series siendo la última del 2018, un narrador —originalmente Uatu, el Vigilante— observa a la distancia eventos en los cuales no puede intervenir, en donde nos muestra versiones divergentes de los héroes más populares de la editorial. La primera historieta que inauguró este popular título se preguntaba que pasaría si Spider-Man se hubiera unido a Los Cuatro Fantásticos.

Las primeras tandas de historias eran mucho más inocentes que las actuales, pero lo interesante que tuvo esta expansión de los universos Marvel fue que, si los argumentos eran bien recibidos o tenían el potencial de influenciar el canon principal, la editorial no dudó en tomar las ideas y desarrollarlas en las continuidades “oficiales” de sus personajes. Por eso pudimos ver efectivamente a Spider-Man convertirse en un miembro temporal de Los Cuatro Fantásticos; el interés amoroso de Thor, Jane Foster, se convierte en la heroína portadora del mítico martillo, y esto es algo que sucedió tanto en las historietas modernas y que va a tener su versión cinematográfica en la cuarta entrega del superhéroe nórdico. ¿Creían que Hulk inteligente era una invención de las películas? No, fue en el segundo número de la colección What If…? que se planteó cómo sería el monstruoso hombre verde si pudiera ser capaz de mantener la inteligencia de Bruce Banner. Y lo que fue un número suelto a finales de los ‘70 fue, décadas más tarde, una parte importante dentro de la mitología del genial héroe.

Las posibilidades son infinitas para los guionistas y dibujantes cuando se les ofrece una propiedad intelectual popular y le dan rienda suelta —respetando siempre la bajada de línea de la editorial— a su imaginación. Los resultados, por supuesto, son dispares, pero no dejan de ser interesantes.

El Universo Cinematográfico Marvel (MCU por sus siglas en inglés) viene coqueteando hace rato con la idea de establecer el famoso multi-verso, y tras cerrar su primera gran saga en el 2019 y once años de películas de enorme popularidad, el rumbo lógico parecía comenzar a explorar esos “otros mundos” que en las historietas son tan habituales. Spider-Man: Lejos de Casa, la séptima entrega fílmica moderna del héroe arácnido, jugó con esta idea pero no concretó nada. No fue sino hasta la serie Loki este año en donde se confirmó la existencia del multi-verso, y el último episodio le mostró a un público ansioso como las diferentes líneas temporales comenzaron a ramificarse, abriendo el famoso abanico infinito de posibilidades para historias novedosas de una buena vez por todas.

La siguiente serie, What If…?, se introdujo de lleno en el concepto que en 1977 comenzó en las historietas. Creada por la guionista Ashley Bradley, una emergente escritora que ya tuvo experiencia trabajando en shows de superhéroes, habiendo escrito un episodio de Arrow, se encargó de darle forma al nuevo producto, y hasta la fecha (van emitidos cuatro episodios, que se estrenan todos los miércoles hasta completar la primera tanda de nueve) ha ofrecido productos interesantes, con argumentos diversos y bien ejecutados en el poco tiempo que dura cada capítulo.

El primer episodio plantea la idea de qué hubiera sucedido si Peggy Carter, miembro del ejército en la Segunda Guerra Mundial e interés amoroso del Capitán América en la continuidad “oficial”, hubiera recibido el suero secreto que otorga poderes extraordinarios. En este nuevo mundo el Capitán América no existe, lo reemplaza la Capitana Carter, acompañada de un flacucho Steve Rogers quien, al no convertirse en superhéroe, termina peleando al lado de su eterno amor en una armadura muy similar a la de Iron Man. La acción transcurre en la época bélica, tiene muchísima acción y es una interesante vuelta de tuerca a la historia original.

El segundo episodio nos muestra a T´Challa, príncipe de la nación africana ficticia Wakanda, quien el universo “oficial” toma el manto del héroe Pantera Negra, pero aquí nada de eso llega a suceder. En su infancia, una banda alienígena de mercenarios lo secuestra y se convierte en Star-Lord, quien será en el futuro el líder de Los Guardianes de la Galaxia. Aquí el carismático hombre consigue detener los planes genocidas del temible Thanos tan solo convenciéndolo que es una mala idea, su fama intergaláctica es positiva, y es sólo el comienzo de sus aventuras.

Este capítulo, aparte de tener una calidad impresionante en la animación, el humor del guión y la acción, tiene el valor agregado de ser uno de los cuatro episodios que grabó el recientemente fallecido Chadwick Boseman, quien puso la voz a su querido personaje por última vez en esta serie.

La tercera entrega presentó una historia de misterio y asesinatos. Alguien está matando a los héroes antes que consigan reunirse para formar el grupo Los Vengadores, y depende de Nick Fury y Viuda Negra descubrir el complot antes que las fuerzas de Loki tomen represalia por la muerte de Thor. Este episodio no cuenta con la voz de Scarlett Johansson, quien a la fecha sigue en pleno litigio legal por supuesto incumplimiento de contrato por parte de Disney tras el estreno de su película Black Widow.

El cuarto (y hasta ahora último) capítulo tomó un giro oscuro y nihilista al reformular el origen de Doctor Strange. En la continuidad original el neurocirujano Stephen Strange sufre un accidente que le destruye las manos. Imposibilitado de trabajar, busca respuestas de todo tipo, hasta que da con un grupo que lo entrena en las artes místicas, convirtiéndolo en el primer hechicero del Universo Marvel. Aquí en cambio muere su novia, la doctora Christine Palmer, y es el dolor lo que lleva al doctor a buscar respuestas de índole esotérica. Strange quiere evitar la muerte de su único amor, pero a lo largo del episodio se dará cuenta que no importa cuánto poder pueda acumular, la muerte de su mujer es un hecho inalterable.

La serie cuenta con la mayoría de los actores que han dado vida a los personajes principales y secundarios en estos trece años de existencia del MCU lo cual hace que el elenco de estrellas sea, cuanto menos, impresionante. Todos los episodios comienzan con la narración de El Vigilante (al igual que las historietas originales) a quien le pone la voz el actor Jeffrey Wright, quien próximamente veremos como el famoso Comisionado Gordon en la nueva película de Batman.

Una de las “contras” que tiene esta serie es que si el espectador casual no vio las películas originales de Marvel es poco probable que entienda las referencias y los cambios que plantea el producto. Pero a esta altura del partido la subsidiaria de Disney cuenta con que el público objetivo haya visto todas las películas y series que componen el canon principal, y si no lo hicieron, el catálogo entero está dentro del servicio de streaming Disney +.

What If…? exhibe una calidad de animación de primer nivel, con mucha personalidad, agilidad narrativa, y recompensa a los fanáticos más acerrímos del universo Marvel. Los productores aseguran que, pese a que son dibujos animados autoconclusivos, algunos episodios pueden llegar a tener repercusiones en las líneas argumentales principales planteadas en las películas, al igual que sucedió con las historietas homónimas en su momento.

Todos los miércoles se estrena un nuevo capítulo en la plataforma digital de Disney+, y es una propuesta sumamente interesante, novedosa para Marvel y que encima promete traer consecuencias en la saga de películas.

El multi-verso nació con fuerza, y aquí tenemos el primer —y espectacular— primer vistazo.