Desde distintos rumbos fue
Afluyendo la multitud y se mantuvo allí a pie firme.
Millares de pañuelos se agitaban en la plaza…
Muchos, cansados de la marcha,
Refrescaban sus pies en el agua de las fuentes.
Las Patas en las Fuentes
A veces parece como si en algún momento de la historia, una enfermedad virósica se hubiese llevado a las tres cuartas partes de los poetas a la tumba.
Parece: pero la epidemia nunca existió; igual queda esa sensación de que alguien, la vida misma, los ha enterrado o les ha puesto la mano en la boca.
Siglos atrás, parecía que el mundo estaba colmado de poetas, o todos o, al menos, una buena porción de la humanidad escribían de amor y se daban el gusto de criticar al poder con el filo de la pluma cantada. Más adelante, hoy mismo, ocurre todo lo contrario; el amor anda buscando quien le cante y el poder se ríe con la dentadura partida porque nadie le moja la oreja con la saliva del verso. El poeta, se cree, anda sigiloso por los rincones, tan tímido y vergonzoso que el transeúnte que no lo registra debe caminar con cuidado por miedo a borrarlo del mapa con la goma del zapato.
Leónidas Lamborghini (71) es escritor, peronista y está jubilado. En este momento es uno de los poetas vivos más respetados de la Argentina, Rodolfo Walsh lo consideraba un “poeta de primera magnitud” y Leopoldo Marechal le dijo por escrito que “el suyo amigo, es uno de los caminos que todavía pueden libertar a la Poesía de sus llantos esterilizados”. Juan Jacobo Bajarlia, que integró el jurado que le dio el premio Boris Vian, le reconoce hoy que hizo en poesía lo que Manuel Puig en la prosa: convirtió la retórica en una suerte de discurso paralelo”. Y cobra la jubilación mínima. No mucho más.
La Plata no es Verso
Leónidas amigo de John William Cooke, el intelectual que veía a Perón desde la izquierda. Estuvo exiliado diez años en México y fue guionista del programa radial “El Toto te la canta justa”, de la campaña de Héctor Cámpora. Tuvo de hermano al fallecido escritor Osvaldo Lamborghini, de un potencial narrativo descabellado e inabarcable. Y confiesa que una de las grandes frustraciones de su vida fue no conocer al General en persona y que cuando volvió a la Argentina y se enteró del copamiento de La Tablada en el ´89, el corazón se le subió a la boca, como si selo hubiera comido y lo estuviera repitiendo: ¿otra vez?, se preguntó. No otra vez no.
Semanas atrás, Lamborghini edito por la librería Gandhi “Perón en Caracas”, un soliloquio del presidente en el exilio, inspirado en sus cartas y dedicado a su amigo Cooke. Aunque sigue pariendo libros, igual, los ingresos de sus textos, aclara, son poco y nada, migas del almuerzo.
En el ´68 compuso una de las obras más audaces de la poesía. “Las patas en la fuente”, en alusión al 17 de octubre de 1945 -el, de hecho, fue el primero en hablar de las patas en la fuente-. “El libro se hace en respuesta al diputado gorila radical, Ernesto Sammartino, que nos había definido como ¨el aluvión zoológico¨. Toda la intelectualidad argentina con el 17 de octubre tomó partido por la Unión Democrática en contra del peronismo. El intelectual se equivoca porque tal vez eso ya está en su naturaleza. Va siempre a la cola”.
Noticias: ¿El poeta lo podrá encaminar?
Lamborghini: El poeta es algo diferente. Es la sensibilidad de la vida. Hoy, muchos mantienen el esquema de civilización y barbarie que viene dejando una marca de violencia histórica en la Argentina. Se ve en cualquier esquina: “¡Te voy a reventar la cabeza!” Viene de Sarmiento. Es más fácil suprimir que integrar.
Una primera parte de “Las patas en la fuente” se presentó en el Teatro del Pueblo: mucha gente, que no entendía como llamaban poesía a eso-¿fue una crítica o un elogio?- y que había pagado su entrada se levantó y se fue.
Noticias: ¿La poesía comprometida deja de ser poesía?
Lamborghini: Según, si se hace bien va a estar bien. El poema debe sostenerse como tal, ésa es la virtud. Si no, es un panfleto.
Noticias: A Cooke, ¿Cómo lo conoció?
Lamborghini: Lo conozco cuando él conoce lo mío. Mi poesía, decía, era una bofetada a los payasos solemnes. Y me hace un prólogo a “Las patas en la fuente”, que he perdido. Ese día estaba con la valija al lado de la maquina escribiendo y fumando mucho como siempre. Me dijo: “Me voy a Cuba porque estoy cansado de caer en cana”. Se venía Onganía. Él sabía todo.
Optimismo Poético
A pesar de que a Lamborghini vive sostenido económicamente por esa estrecha jubilación mínima y por el sueldo de su mujer, a pesar también de que sus hijas se ocupan de la promoción de sus libros y que debe venderlos a un pequeño grupo para, después, reunir el dinero y editarlo, el confía en que la poesía argentina está viva como antes con la diferencia de que ahora el poeta le ha perdido el hilo a la realidad. “A menudo, la poesía fluye en ritmos metafísicos y después se queja de que no tiene la atención que merece. Aquí no se trata de llorar por lo que ocurre, hay que asimilar la distorsión y, como yo digo, devolverla multiplicada. Así surgen la caricatura, la parodia y el grotesco. La expresión de lo argentino. Hoy, tendría que aparecer un nuevo Discépolo para dar el vuelco”.
Noticias: ¿La poesía esta desvalorizada?
Lamborghini: En todo régimen autoritario como éste, al primero que apuntan es al poeta. Acá, sin embargo, hay muchos poetas. Pero hay que protegerlos. La SADE es el último orejón del tarro. Yo entiendo que todos tengan que pagar su derecho de piso pero hay algunos que lo siguen pagando hace rato. O nos tienen acostumbrados a vivir del periodismo y esto es como un violín de ingle y uno renuncia a vivir de la poesía que le chupa toda la vida; 50 años para ver la lucecita. El secretario de Cultura, Lopérfido, cree que hacer cultura es una gerencia de espectáculos. Y no es así.
Noticias: ¿Pero se le tiene miedo entonces, a los poetas?
Lamborghini: A nosotros, Platón nos echó de la política porque nos creía delirantes. No tenía ninguna confianza en los poetas. El poeta es sospechoso para el poder porque tiene el verbo, y eso le resta poder al poder mismo.
El Último Poeta Peronista
Leónidas habla en un tono de pausa sombría y se siente, estando con él, que la historia se le ha echado encima como un león. Le disgusta que lo cataloguen como “el último poeta peronista “y cuando se enteró de que ése, tal vez, sería el título de esa nota, puso el grito en el cielo.
Noticias: Pero si Discépolo y Marechal ya están muertos… queda solo usted.
Lamborghini: No es cierto. Hay más. Y aparte: considerarme el último seria como cerrar el ciclo del peronismo y no creo que sea así. Va a seguir habiendo cambio drásticos, incluso en el peronismo, La historia es imprevisible.
Noticias – Por Emilio Fernández Cicco -20-03-99- Foto: Rosana Scholjett