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Operación 90
La Gran Aventura Polar: EXPEDICIÓN DEL CORONEL JORGE LEAL AL POLO SUR
Operación 90

Antecedentes
La Argentina a principios del siglo XX comenzó a tener una presencia activa en el entonces misterioso continente blanco. El general Julio Roca transitaba el último año de su segundo mandato, cuando se implementó el 22 de febrero de 1904 el Observatorio Meteorológico y Magnético de las islas Orcadas del Sur, ubicadas en el área antártica. En esa desolada geografía y en aquel día de febrero, un muchacho bahiense de 18 años, empleado del Ministerio de Agricultura de la Nación, Hugo Acuña, izó por primera vez la enseña nacional en la Isla Laurie, perteneciente a ese archipiélago. Acuña fue también encargado de la primera estafeta postal argentina en aquel sitio. Desde entonces, la presencia argentina en la Antártida fue permanente. Como homenaje a esa jornada histórica, la Nación declaró el 22 de febrero Día de la Antártida Argentina.

En 1902 una expedición científica sueca incursionó en el territorio helado. Previamente, en su paso por Buenos Aires embarcó al alférez naval argentino José María Sobral, geólogo encargado de investigaciones para el Estado Argentino. Durante la campaña 1903 – 1904 el buque quedó atrapado por los hielos y en su rescate concurrió la corbeta argentina Uruguay, al mando del contraalmirante Julio Irízar, consumando una hazaña elogiada a nivel mundial; pero muy poco conocida en nuestro país. Hoy el pequeño e histórico buque, es un museo amarrado junto al

Buque – Escuela Fragata Sarmiento, ambos fondeados en Puerto Madero, ciudad de Buenos Aires.

Desde mediados del siglo XX aumenta la preocupación argentina por esas latitudes y en 1940 en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Roberto Ortiz crea la Comisión Nacional del Antártico, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. A partir de los años ‘50 se intensifica el interés nacional por el tema y el 23 de diciembre de 1952 la Armada Argentina instala el Destacamento Naval Orcadas. Por aquellos años, el primer director del Instituto Antártico Argentino, general Hernán Pujato, despliega una actividad tan intensa que la posteridad lo considerará un precursor de la afirmación argentina en territorio antártico. Sostuvo Pujato: “Si es necesario morir, moriremos. Nos abrazaremos en los helados campos antárticos, cantaremos el himno y moriremos”.

En 1951 un hombre que en la década siguiente dará que hablar por su relación con la Antártida, el capitán Jorge Leal, se hace cargo de la Base General San Martín en Bahía Margarita. A su vez, en el año 1954 se incorpora el rompehielos General San Martín y en 1955 nace la histórica Base General Belgrano. En el mismo año por decreto del gobierno de facto (luego ratificado por ley provincial), la Antártida Argentina se integra al entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego, junto a las Islas Malvinas y otros archipiélagos.

En 1962 el coronel Jorge Leal expone sus proyectos ante autoridades militares y comienzan los preparativos. En marzo de 1965 partió desde la Base General Belgrano la patrulla al mando del capitán Gustavo Adolfo Giró, para jalonar con lanzas de caballería el camino que haría Leal con los suyos. De paso, comenzarán la construcción de la Base Alférez de Navío Sobral, a 420 kilómetros de la Base Belgrano. Allí quedó una dotación reducida y el resto siguió con la misión principal.

A su vez, un bimotor Douglas C – 47 y dos monomotores Beaver de la Fuerza Aérea Argentina el 3 de noviembre de 1965, alcanzan el Polo Sur después de 9 horas de vuelo y varias decenas de grados bajo cero. Desde allí el douglas C -47 continuó solo hasta la base norteamericana Mc Murdo, realizando el primer vuelo transpolar desde el continente. El 25 de noviembre los tres aviones retornaron a territorio continental. En 1973 el jefe de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Héctor Fautario condujo el primer vuelo transpolar tricontinental, con la intención de abrir nuevas rutas aéreas al Lejano Oriente, atravesando el polo sur.

Operación 90 – La Nación – 10-12-05

La Gran Aventura Polar
Jorge Leal se había propuesto alcanzar el meridiano 90 del Polo Sur por tierra. El contenido geopolítico de la expedición se basó en dos ejes: promover una conciencia nacional sobre las enormes proyecciones estratégicas del gigante helado y reafirmar la presencia argentina en esas regiones; con vistas a reclamar soberanía efectiva cuando se dieran las condiciones. A la Argentina le sobran argumentos para apoyar este reclamo: continuidad geográfica y geológica, como sucede con las islas Malvinas y demás archipiélagos; primer y único país con ocupación permanente de los hielos durante 40 años; investigación científica continua, cuyos resultados se comparten con la comunidad internacional; instalación y mantenimiento de faros para facilitar la navegación y apoyo y rescate de otras expediciones, entre diversas tareas.

El 26 de octubre de 1965 desde la Base General Belgrano parte la expedición histórica. La integran: Jefe, coronel Jorge Leal; Segundo Jefe: capitán Gustavo Giró; suboficial principal Ricardo Ceppi; sargento ayudante Julio Ortiz; sargentos primeros Jorge Rodríguez; Domingo Zacarías y Guido Bullaccio; Roberto Carrión; Adolfo Moreno y cabo Ramón Alfonzo.

Luego el suboficial Bullaccio al sufrir una herida, fue reemplazado por el sargento ayudante mecánico Alfredo Pérez. Una patrulla de apoyo acompañó al núcleo de la expedición hasta el paralelo 82, desde allí Leal y sus hombres siguieron solos. Cada expedicionario tenía una especialidad: mecánicos, topógrafos, y comunicaciones; bajo la conducción de Leal y Giró.

El grupo se denominó Patrulla de Asalto. La movilidad consistió en seis vehículos Snow Cat con varios trineos de arrastre. Con anterioridad, la Patrulla 82 formada por cuatro hombres en trineos arrastrados por 18 perros, fue jalonando el recorrido con lanzas de caballería hasta el paralelo 83,2 latitud sur, sorteando las eventuales grietas del terreno. Como los antiguos zapadores, marcaron una senda segura para que transitara la Expedición Paralelo 90. Luego retornaron a sus tareas de rutina en el continente blanco.

En la recién fundada base no permanente Alférez Sobral (hoy sepultada por la barrera de hielo Filchner), los Snow Cat recibieron asistencia técnica. Luego comenzó la “subida” a la meseta antártica bajo temperaturas extremas de 40 grados bajo cero promedio y fuertes temporales. En la marcha se rompió uno de los trineos mecánicos, que quedó como posta de combustible para la vuelta. La avería de un segundo transporte, obligó a hacer campamento a 1.900 metros de altura. Se lo llamó Desolación.

El grupo avanzó sin parar durante 28 horas, en un terreno que se elevó hasta aproximadamente tres mil metros bajo luz de día permanente.

Por fin, a las diez de la mañana del 10 de diciembre de 1965 la Expedición 90, plantó bandera en el Polo Sur Antártico; consumando la hazaña exclusivamente por tierra. Luego hicieron contacto con la base estadounidense Amundsen – Scott instalada en las cercanías.

Luego el regreso triunfal a la Base Belgrano, arribando a la misma el 31 de diciembre de 1965, cubriendo en total 2.980 kilómetros por tierra.

Jorge Leal ascendió al generalato y en 1970 se lo designó Director Nacional del Antártico.

En 1971 fue publicado su libro “Operación 90” donde relata la hazaña, reeditado en 1990. El general (R.E.) Jorge Leal falleció el 10 de junio de 2017. Sus restos descansan en la Antártida Argentina.

Coronel Jorge Leal – www.eltribuno.com

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