No es ninguna novedad que la radio acompaña nuestra vida. Muchos consideran a Nikola Tesla (1856-1943) el verdadero inventor de la radio, aunque fue Guglielmo Marconi (1874-1937) quien presentó la patente en 1904.
La palabra «radio» deriva del latín radius, que significa «radio de una rueda, haz de luz, rayo” y creo que mis abuelos con la radio tipo capilla le hicieron justo honor a la etimología ya que los radioteatros que religiosamente escuchaban eran el haz de luz cotidiano que entraba desde el exterior.
Pero si de recuerdos se trata me quedo con los que mi padre supo acuñar en mi corazón: el amor por hacer programas de radio. Siendo muy pequeña asistí a las reuniones de producción para la transmisión de la primera radio AM de mi ciudad y era una transmisión de prueba por 24 horas.
Fue todo un éxito, escuchamos los distintos programas durante todo el día domingo y luego solo restaba esperar la firma de las autoridades pertinentes para que le otorgasen la licencia, pero eso nunca llegó, un golpe de estado cívico militar encabezado por Onganía en 1966, destituyó al presidente electo Illia y un manto de sombras se apoderó de las ilusiones de la licencia, la radio y la libertad. Sin embargo, el aparato fue nuevamente la conexión con el exterior, el haz de luz, pero esta vez referido a las noticias del país que se escuchaban por Radio Colonia de Montevideo que eran más certeras que las que se escuchaban en las radios argentinas o al menos decían aquello que otras no se animaban a decir. Un simple aparato que dejó el diseño en forma de capilla para ir por otros modelos más modernos adornó la mesita de luz de mi padre hasta sus últimos días.
Será que la radio es como el mate, sinónimo de compañía, de reunión de familia, de noticias y luz cotidiana, o será que los recuerdos tienen la forma pretérita de hacernos saber que todo pasa, menos la magia que deja en el alma. Hoy por hoy hay otras formas de informarnos, claro que como antes hay que saber cuál radio escuchar y el porqué de hacerlo. Las noticias falsas siempre han existido, el punto no son ellas sino cómo salir de ellas y si hay que poner un haz de luz tal vez hay que buscarlo en la órbita de la inteligencia fuera de cualquier idea satélite.