El 27 de mayo de 1996 Carolina Aló de 17 años, se reunió con Fabián Tablado, su novio dos años mayor que ella y compañero de estudios en una escuela nocturna del Tigre. Poco después del encuentro en casa de Tablado, la chica estaba muerta. Su cuerpo registraba 19 golpes y 113 puñaladas, aplicadas con cuchillos de cocina y un punzón. Fabián fue el autor del brutal crimen.
¿Cómo se llegó a semejante ensañamiento? Como suele suceder en estos casos, los detonantes son sólo el corolario de antiguos resentimientos y frustraciones.
La historia que reconstruyó la justicia, arroja alguna luz sobre esa relación afectiva que se cree tempestuosa y accidentada.
El día del asesinato, la chica habría rechazado a Fabián cuando éste la requirió sexualmente y además, el homicida le manifestó su deseo de tener un hijo con ella. La negativa de Carolina a acceder a sus deseos, habría desencadenado la increíble furia de Fabián que después de consumar el crimen, se dio a la fuga. Esa misma noche fue detenido debajo de un puente en la misma localidad del crimen; lugar que aparentemente eligió como refugio. Sin duda ya no encontraba cobertura en su entorno. Un amigo suyo fue quien condujo a la policía hasta el sitio en que se encontraba el prófugo.
Mientras se desarrollaba el juicio, Tablado fue alojado en la Unidad Carcelaria N° 9 de la ciudad de La Plata, donde estuvo recluido dos años y medio. Luego fue trasladado a la Unidad N° 31 de Florencio Varela.
En prisión Fabián habría sufrido una mutación en sus elecciones personales que aunque llamativa, es frecuente en muchos criminales: se convirtió al credo evangélico.
El antiguo “skinhead” se convirtió en un hombre fervorosamente religioso. Por tal motivo, se lo alojó en un pabellón especial destinado a reclusos de perfil similar, donde cuentan con una serie de beneficios.
Durante el proceso judicial la defensa del victimario intentó obtener la inimputabilidad del acusado, pero sin lograrlo. Finalmente, la Cámara Penal de San Isidro lo condenó a 24 años de prisión por homicidio simple, sentando un precedente muy importante para delitos de éstas características, ya que años más tarde y en la medida en que la sociedad y el poder judicial avanzaron en la toma de conciencia, se estableció la figura de femicidio, con condenas mayores.
Estando detenido en el penal de Magdalena, en 2008 se casó con una mujer que habría conocido por correspondencia, con la que tuvo dos hijas. Cuando el convicto comenzó con sus salidas transitorias, convivió con su mujer muy poco tiempo; ésta lo denunció en 2011 por amenazas y la justicia le revocó el beneficio. Tablado regresó a prisión y en 2012, a la condena original de 24 años sumó otros dos años y medio. En ese año la Cámara de Apelación y Garantías de San Isidro le negó la libertad condicional, alegando una presunta inestabilidad emocional del condenado.
En febrero de 2020 con 43 años de edad, abandonó la Unidad 21 de Campana cuando ya había cumplido 23 años y nueve meses de condena. La sentencia original más la accesoria por amenazas a su esposa y madre de sus hijas, sumaba en total 26 años y seis meses. Al salir aseguró estar arrepentido por el crimen cometido, expresando también su deseo de hacer una vida normal. Por otra parte la justicia le impedía ver a sus hijas, ya que pesaba sobre él una restricción perimetral.
También el padre de Carolina solicitó que como medida preventiva, se obligue a Tablado a cumplir una medida similar con relación a él y su familia.
La condena unificada debía cumplirse en 2022, pero en su momento obtuvo el beneficio de la ley llamada entonces del “2 x 1”a lo que se agregó que realizaba cursos denominados de “estímulo educativo”; todo ello facilitó la reducción de su condena.
En diciembre de 2020 Tablado violó dos restricciones perimetrales: una le impedía acercarse al padre de Carolina y familia a menos de 500 metros y la otra, le prohibía establecer contacto con sus propias hijas mellizas de once años. La justicia lo penó con un año de detención por ambas violaciones, alojándolo en la Unidad N° 46 de José León Suárez (San Martín). De allí salió el 15 de diciembre de 2021; con tobillera electrónica y una nueva restricción de cuatro meses con relación al señor Aló y a sus hijas.
Libro Pintadas Puntuales – Roberto Bongiorno – Ángel Pizzorno – Testimonios – 2020