La Grafología desde su etimología proviene de la unión de la palabra Grafo, que en griego antiguo significa escribir y Logia que significa estudio o tratado, por lo que entendemos a la Grafología como una disciplina que estudia el acto de escribir, es decir, la escritura.
La escritura es el reflejo de nuestra personalidad. Cada grafismo, cada letra tiene en su trazo nuestra impronta, nuestra individualidad, nuestra identidad.
La historia de la grafología se remonta a épocas antiguas, en el mundo griego, Aristóteles en su frase “la escritura es un símbolo del habla, y ésta un símbolo de la experiencia mental” demuestra su interés en la relación entre la escritura y la personalidad. Posteriormente en Roma Nerón opinando de un personaje de su corte pronunciaba “su escritura demuestra que es un traidor”, expresión que confiere una connotación grafológica.
Muchos años después con la influencia de la cultura árabe la escritura se fue generalizando y distintos eruditos como el médico español Juan Huarte de San Juan; el profesor de filosofía boloñés Camilo Baldi, el escritor filósofo suizo Johann Gaspar Lavater: se fueron interesando en la investigación de la escritura y su relación con la personalidad del escribiente.
En 1871 el abate, escritor, arqueólogo y grafólogo. Jean Hippolyte Michon funda la Societé de Graphologie de París y crea el boletín «La Graphologie» ambos se han mantenido hasta nuestros días. Michon es considerado el padre de la grafología con la sistematización del estudio de las variables grafológicas y con la aplicación de un protocolo de análisis.
Posteriormente Max Pulver, médico y psicólogo, nacido en Suiza en 1889, considerado como uno de los grandes personajes de la grafología moderna, entre otros, fue quien introdujo el psicoanálisis en la escritura y descubrió el valor simbólico del espacio.
Para Max Pulver, la hoja en blanco simboliza el espacio donde la persona se mueve, se expresa espontánea y libremente; allí se proyecta tal cual es, dirigido por su inconsciente.
Cada individuo se desplaza, se relaciona, se vincula, se muestra de determinada manera que le es propia, esos propios gestos y formas son los que estudia la grafología y por los cuales se define y reconoce la personalidad de quien escribe.
En una de sus frases más reconocida, Max Pulver expone: «Escribir conscientemente es lo mismo que dibujar inconscientemente el dibujo de sí mismo, el autorretrato.», es decir, como todo autorretrato es único, característico y singular de cada persona.
Mediante la grafología se puede reconocer todas las características intelectuales, aptitudes y actitudes para el estudio, el trabajo, para cada una de las facetas de la personalidad.
Considerando todo lo que es posible descubrir con la grafología, es comprensible que esta técnica se aplique y utilice en diversos ámbitos como ser la psicología, la educación, la selección de personal, la orientación vocacional, en el ámbito publicitario, en tratamientos médicos y psiquiátricos, etc.
Como podemos observar son tantas las alternativas y los beneficios que nos brinda la grafología por lo cual hacen de ella una herramienta invaluable en toda relación interpersonal y en el propio autoconocimiento.
Clr. Mariana Osorio (Grafóloga y Consultora Psicológica)
Info sobre Taller de Grafología en: https://institutoredba.com.ar/#!/grafologia