Creencias, Mitos y Leyendas
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San Pugliese
“Es más: en mis teclados tengo pegada una foto de Pugliese”, dice Calamaro
San Pugliese

El Nombre del Maestro, Utilizado para Alejar Cualquier “Mala Onda”
Su nombre es señal de buena suerte entre músicos y periodistas, al punto que un colega recordaba que muchos profesionales que inician la grabación de un diskette en su computadora le ponen el nombre mágico de “Pugliese” e, incluso, añadió otro, cuando en un programa de radio se pasa un tema de algún “mufoso”, inmediatamente se acopla uno del maestro para alejar las malas ondas.

La Fama de Antimufa de Osvaldo Pugliese
En su última visita a Buenos  Aires, Andrés Calamaro se encargó de alimentar el mito antimufa de Osvaldo Pugliese. Desde el escenario y en medio de un concierto poco afortunado- estaba afónico y engripado y por eso malhumorado-, se refirió a Los Rodríguez como “la banda de Pugliese” y encomendó la suerte del grupo al poder antimala onda del maestro muerto el pasado 26 de julio. “Se pasó 89 años quitándonos la mufa de encima. Es más: en mis teclados tengo pegada una foto de Pugliese”, dice Calamaro desde Madrid.

“Acá en España viajo siempre con Pugliese. Y siempre sonó bien. Como todos los grupos de rock, cuando vamos de gira intentamos llevar una foto de don Osvaldo. Pero no sé de donde viene la fama, es antiguo, a mí me la contaron.”

Pero Calamaro no se puso demasiado triste por la muerte del autor de La yumba. “Se murió de viejo, claro. Pero yo pienso en los jóvenes que mueren. Es mucho más triste cuando alguien se muere muy pronto. O sea, las viejas figuras, los fundadores del tango se mueren porque son viejitos. Ojala pudiéramos vivir todos mucho más, pero ¿qué querés que te diga? Yo perdí ya tantos amigos, jóvenes todos, que no se… ¿Cuántos años tenía?”

-89
– ¿Cuánto?
-89

-Firmo ya. ¡Como querés que me sienta! ¡De puta madre, me siento! Vivió 89 años, encima dándonos buena suerte. Firmo ya por vivir 89 años y tocar  hasta pasados los 80…O sea, no me voy a hacer el compungido.
La Maga – 02-08-95 – Nota de Fernando Sánchez a Andrés Calamaro

Oración a San Pugliese:
«Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla».

Leandro S. Jacob – Imprenta Rescate  – Santos Locos – Buenos Aires 2014
Lugar y Año del Dentanario del Nacimiento  de Anibal Carmelo “Pichuco” Troilo
Pocos Tanguistas han Sido Honrados en Vida Tanto Como lo fue Osvaldo Pugliese

Nació en Buenos Aires, sobre la calle teto de Pedro Maffia (1926), la formación del Canning 382, en Villa Crespo, el 2 de diciembre de 1905 y murió en la misma ciudad el 25 de julio de 1995.

Fue un músico precoz, como tantos otros. A los 16 años ya tocaba el piano en los cines donde la mudez de la pantalla convocaba a la música y a los 19 compuso Recuerdo, uno de los tangos más importantes de todos los tiempos.

En 1923 debutó profesionalmente, como pianista de la orquesta de cámara de radio Cultura. El mismo día de su debut ejecutó, como solista, un vals de Chopin y presentó, como autor, una Tarantella de concierto. Había estudiado -lo mismo que Sebastián Piana— con Antonio D’Agostino, un maestro apenas mayor que sus alumnos, quien murió próximo a los cien años.

Luego lo hizo con el exigente y reputadísimo Vicente Scaramuzza.

Cuando compuso Recuerdo ya se había dedicado por completo al tango. Fue en 1924 y tocaba, por entonces, en “La cueva del chancho», un pequeño local de Villa Crespo. Sin embargo, el estreno del famoso tango ocurrió en el café “Mitre», también de Villa Crespo, y estuvo a cargo de un cuarteto liderado por el bandoneonista Juan Fava. El 9 de diciembre de 1926, el sexteto de Julio De Caro grabó Recuerdo y lo lanzó a la fama. Los versos de Eduardo Moreno son posteriores y los cantó y grabó por primera vez la adorable Rosita Montemar acompañada por guitarras.

La trayectoria de Osvaldo Pugliese fue larga, perseverante y fecunda. Algunos hitos que se destacan en el camino, son su participación como uno de los músicos fundadores del sexteto de Pedro Maffia (1926), la formación del sexteto Vardaro – Pugliese (1929),el debut de su propia orquesta en el café “Nacional” (1939), la grabación de su primer disco (El rodeo y Farol), el 15 de julio de 1943. Como pianista, si bien fue uno de los muchos tributarios de Francisco De Caro, desarrolló un estilo propio que privilegiaba la conducción frente al virtuosismo. Se orquesta, adscripta a la escuela decariana, también tuvo su propio sonido y su propio ritmo, orientado hacia la bailabilidad, aunque sin detrimento de la riqueza musical no de la atención prestada a sus vocalistas, que los tuvo tan precisos como Roberto Chanel y tan carismáticos como Alberto Moran. Sus versiones de Unión Cívica (instrumental) y de El Abrojito (con canto) deben contarse entre las más felices de cuantas ha producido el tango en toda la historia de su interpretación orquestal.

 Paginas como Adiós, Bardi, A los artistas plásticos. La yumba (que en 1943 preanuncio la vanguardia piazzolliana) y La Beba (publicado en 1934 y grabado en 1972) colocan a Pugliese entre los grandes creadores, del mismo modo que Igual que una sombra (versos de Enrique Cadícamo, de los que Enrique Campos dejó, en 1945, una versión insuperable) lo muestra como un melodista de estremecida sensibilidad popular.

Pocos tanguistas han sido honrados en vida tanto como lo fue Osvaldo Pugliese. Sin duda, la torpe aunque efímera persecución política de la que fue víctima le rentó muchos desagravios en forma de homenaje. Pero si fue un hombre bueno y un ciudadano intrépido, también fue un gran tanguista y uno de los dos más valiosos que la guardia del cuarenta dio al tango. El otro fue Aníbal Troilo.

José Gobello

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