Un óleo de Juan Perón animará la actualidad de las subastas de arte
Los interesados deberán ir preparando unos 10.000 dólares.
Las diez o doce subastas que componen la llamada “temporada” del mercado nacional de obras y objetos de arte, no suelen ofrecer demasiadas sorpresas al relativamente reducido grupo de coleccionistas, comerciantes y exportadores que animan las noches de ventas.
Los catálogos de las dos empresas líderes del ramo, así como las de aquellas que en una segunda línea pugnan por atraer la atención de sus clientes, integran sus páginas con cuidadas selecciones de la obra plástica de los maestros de la escuela nacional, un amas menguada representación de artistas europeos del siglo XIX, y el previsible conjunto de objetos de arte, en el que no podrán faltar algunas expresiones orientales, alfombras no demasiado antiguas, platerías inglesas, francesas y vernáculas, y las ineludibles porcelanas de Sevres. Cuando algún lote escapa por sus méritos a esta modesta categorización, el camino de la exportación pareciera ser inexorable.
En el marco de esta rutina tan alejada de las grandes noches de Nueva York o de Londres en las que los impresionistas franceses cambian de mano millones de dólares mediante, la aparición de una pieza imposible de encuadrar en los rubros clásicos señalados no puede dejar de provocar una suerte de conmoción a la escala local digna de comentar.
Tras un comenzó de temporada algo decaído, ya que, al parecer, la democracia poco tiene que ver con este tan particular mercado, la atención está puesta en la subasta que el martes 3 iniciará la casa Posadas.
Dentro de un catálogo que no elude demasiado las pautas de siempre, el capítulo de pintura nacional incluye un lote del artista Juan D. Perón (Escuela Argentina, 1895-1974). Inútiles fueron los afanes documentalistas de quienes acostumbraban a rastrear antecedentes, cotizaciones y datos de ventas anteriores para establecer así una correcta estimación de valor,
Todo cuanto se sabe de este pintor, que es mucho y controvertido, se refiere a otras facetas de su personalidad, tan rica y variada que le garantizan un lugar indiscutido en la historia nacional, apreciaciones subjetivas aparte.
Tampoco ayuda demasiado la observación crítica de la obra presentada. El óleo sobre cartón, de clásicas medidas 33,8 por 48,3 cm, fue descriptiva mente denominado ·”Paisaje con Perros de Caza” (un primer intento de los expertos de Posadas por titularlo “Momento cinegético sobre el fondo rural” fue prudentemente descartado por pretencioso). Dos pointers algo hieráticos acechan la presa en una verde colina florida mientras al fondo aparece una sencilla casa de campo enmarcada en un monte que le brinda sombra y protección. Un celaje no muy imaginativo car sobre unas serranías de elemental concepción. Abajo y a la izquierda, en prolijas letras de imprenta, el autor consigna su nombre y data de la obra en “San Vicente, Bs. As. 1947”. Además, a la derecha del cuadro, y como previendo futuras polémicas, la reconocible firma autógrafa agrega un dato más al conjunto.
Si el tránsito de Perón por la vida política nacional es motivo de consideraciones que aun dividen a los argentinos, estimamos que la contemplación de esta obra servirá para consolidar una opinión unánime: el cuadro es francamente mediocre, y si su autor aspiró en algún momento de su vida a ocupar un lugar destacado en la historia, bien hizo en optar por la política, relegando pinceles u colores para las horas placenteras del fin de semana.
Algo de esto viene a decir Enrique Pavón Pereyra biógrafo del extinto, o “peronólogo”, con prefiere autodefinirse.
Llamado a opinar sobre la autenticidad de la obra, la encuentra indiscutible en carta a disposición del futuro comprados, y en la que reseña algunos antecedentes que demostrarían la inclinación de Perón por las expresiones plásticas. Recuerda así la autoría de los dibujos que ilustran el libro “Ejercicios corporales”, traducción del reglamento alemán de gimnasia para el Ejército y la Armada, editado por la Escuela de Suboficiales en 1923. Las 122 ilustraciones a pluma llevan la firma del por entonces teniente primero Juan Perón.
También señala Pavón Pereyra la influencia de Maria Aurelia “Potota” Tizón, primera esposa de Perón, profesora de dibujo y pintura, quien lo habría iniciado en las lides plásticas.
Stephen Koek Koek solía recordar al capitán Perón quien, acompañado de su esposa, le adquiriera una tela en una exposición realizada en Tandil.
Pero el año clave en la producción pictórica de Perón parece ser 1947. El ya presidente de la Nación compartía con su esposa, Eva Duarte, y algunos de sus íntimos, los fines de semana en la quinta de San Vicente. Los generales Molina y Ferrazzano, entre otros, recuerdan la afición de Perón por la pintura de caballete. Cabría aventurar que la desaparición casi total de su obra de aquella época se debe a algún tipo de sentido autocrítico. En efecto, además del cuadro que Posadas saca a la venta en esta oportunidad, solo se tienen referencias ciertas de un óleo con tema de naturaleza muerta, cuyo actual destino ignoramos.
El afán polémico de los aficionados de hoy, ya que no puede referirse a las virtudes de la obra, se ha circunscripto a los valores que puede alcanzar en la subasta. Carentes de antecedentes, los memoriosos y documentados han acudido a la analogía con la obra de plásticos como Winston Churchill y Adolfo Hitler, quien también comparten con Perón la calidad de ex jefes de Estado. De cierta calidad artística, los oleos del británico suelen superar holgadamente los 10,000 dólares. En mayo de 1982, una “Vista de Miami Beach” fechada en 1946 alcanzó en Nueva York un valor récord de 23,000 dólares. Más difíciles de hallar, las decididamente mediocres acuarelas de Hitler también alcanzan esos valores, aunque en este caso su escasez actúa como acicate para los coleccionistas. Este sería el caso del óleo de Perón, y el interés ya manifestado por ciertos encumbrado y enfrentados personajes del justicialismo permite a la gente de Posadas aventurar pronósticos de suceso. “Quien quiera llevarse los pointers en su casa- nos dijo un vocero de la casa vendedora- tendrá que ir preparando algo más de 10,000 dólares. Por menos de eso es difícil”.
Tiempo Argentino – 27-06-84 – Adrián Gualdoni Basualdo