Las ollas Essen se convirtieron por conocimiento y costumbre en un clásico argentino.
Desde 1980 su presencia en las cocinas, indica la inclinación de quienes allí habitan por obtener una cocción de calidad. Nada menos que una comida sabrosa y “a punto”.
El secreto de la calidad del producto reside en primer lugar en los materiales utilizados; aluminio fundido con esmalte vitrocerámico. Sigue el paciente proceso de elaboración que demanda 29 pasos, cuando una cacerola de materiales menos nobles, se obtiene en aproximadamente tres intervenciones. Otro beneficio adicional pero no menos importante, es que puede ahorrarse hasta un 80 por ciento de consumo de gas.
La marca nació en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, en 1980 fundada por Wilder Yasci y el ingeniero Alberto Angelini; pero sus antecedentes se remontan muchos años atrás.
En 1954 Armando Yasci y su esposa Teresa Bompessi iniciaron una pequeña fundición en esa localidad santafesina. Con la expansión del mercado de los artefactos a gas, el matrimonio comenzó a fabricar quemadores de aluminio para cocinas, con muy buenos resultados. Pero como en todo emprendimiento que se desarrolla en un mundo crecientemente complejo y competitivo, esta típica empresa argentina se propuso expandirse, pero sin perder su esencia familiar. Así fue que Wilder Yasci y Alberto Angelini luego de un viaje al exterior, volvieron con la idea de generar un nuevo producto que en poco tiempo, revolucionará el mercado de enseres gastronómicos: la olla Essen.
Si bien podemos asociarla a la ciudad alemana del mismo nombre, en el caso de la olla proviene de un recuerdo familiar, porque esa voz también significa alimento en lengua germana. Nada más apropiado para un utensilio esencial de la cocina como es la olla. A una nueva generación de la familia le tocó conducir ese salto adelante.
Pero la experimentación para alcanzar la excelencia en el producto que se iba a lanzar, llevó tres años e insumió una fuerte inversión económica. Pero se hizo.
La otra clave del éxito Essen (la primera es la calidad del producto), es el sistema de ventas. Una sumatoria de personas que antes de la expansión de internet se comunicaban “boca a boca”.
Pequeñas reuniones en casa de la agente de Essen con demostraciones culinarias, donde los invitados tomaban conocimiento de la olla y sus beneficios. En muchos casos las mismos clientes luego se convertían en vendedores y en muchos casos, armaban su propio equipo de ventas obteniendo beneficios extras. La difusión masiva de las redes si bien alcanzó niveles de comunicación asombrosos, no invalidó el sistema tradicional de persona a persona. El vendedor puede integrarse como monotributista obteniendo mayor comisión y los beneficios previsionales que indica la ley, o en la venta directa sin otra relación que hacer llegar el producto a la clientela.
En la pre pandemia era normal además de las conocidas invitaciones en casas de familia, ver agentes de Essen en ferias francas y eventos barriales en muchos distritos. En 2020 se estimaba que la fuerza de ventas en Argentina la integraban 15.000 agentes y 6.000 más en la región; Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú. El 90 por ciento, son mujeres. Desembarcando también en este año en Estados Unidos. Pese a la complejidad planteada por la situación pandémica, las ventas de
Essen en 2020 aumentaron un 20 por ciento. A su vez, las restricciones de circulación llevaron a que la capacitación se haga en forma virtual mediante plataformas digitales; ya que la formación de los agentes y su actualización, son una preocupación constante de la firma.
Ante la creciente demanda, Essen inauguró en 1992 su planta en el Parque Industrial de La Victoria en Venado Tuerto, Santa Fe. El predio de 20.000 metros cuadrados, cuenta con 10.000 metros cuadrados cubiertos y 3.000 destinados a logística. Resumiendo, se trata de la fábrica de ollas de aluminio fundido más grande del mundo.
Unos pocos datos nos revelan la dimensión de éste esfuerzo industrial: 240 trabajadores en planta y 150 en la región, 40.000 mujeres pasaron por la fuerza de ventas, de 300.000 a 400.000 piezas fabricadas por año: ollas, sartenes, biferas y otros utensilios, 18 millones de productos vendidos, 20 moldes anuales de nuevas creaciones; 5,6 millones de kilos de aluminio reciclable procesados por año, 22 mil kilos de recubrimiento aplicados anualmente y dos millones de piezas producidas también por año; la información fina es muy abundante y certifica la calidad de cada unidad que sale de la planta de Venado Tuerto. Los productos Essen abarcan las líneas Clásica, Diseño, Pronto, Grill, y una línea de bazar con toda una serie de utensilios de cocina que cuentan con la misma calidad que garantiza la marca. Los últimos lanzamientos fueron Eco Horno y Disco Essen.
Cuando la marca de un producto alcanza la condición de genérico, sin duda es porque ya se instaló definitivamente en el conocimiento de la gente.
Testimonios
Si Hubiera Tenido Enfrente a Fabricantes de Ollas Essen
“El jefe de Estado elogió al cooperativismo. Ok, si hubiera tenido enfrente a fabricantes de ollas Essen es posible que les hubiera dicho que siempre fue partidario de “esas ollas que reemplazan el uso del horno”, pero en este contexto hay que darle bola a ese gesto.”
Perfil – 12-07- 20- Por Jairo Straccia, “El Fin de la Épica”