Etimología
La palabra «fragote» proviene del apellido «Fraga» por «Rosendo Fraga», militar argentino en cuyo domicilio particular solían realizarse reuniones conspirativas para planear golpes de Estado en las décadas de 1950 y 1960.
Academia Porteña del Lunfardo
En la edición matutina del diario La Razón de ayer-27-10-85- en el artículo titulado “Esperanzas que no se Pierden y la Genética del Fragote”, su autor, Sergio Ciancaglini, dice en un momento:
“Hay que perderle el miedo al golpismo. Casualmente, ¿sabe cuál es el origen de la palabra Fragote? Las Reuniones que se organizaban en casa del general Rosendo Fraga, fue secretario de Ejercito en tiempos de Frondizi. Fíjese lo que son las cosas de la política y de la genética”.
José Gobello trae en su “Diccionario Lunfardo” (Peña Lillo – Buenos Aires -1975): “Excitación, inquietud militar. Es voz originada en la jerga política, popularizada en la década de 1950”.
Emilio Dis registra en su “Código Lunfardo” (Editorial Caburé – Buenos Aires – 1975): “Estrépito, ruido, estruendo. Que causa espanto o terror. Conjunto de actos de violencia cometidos por grupos revolucionarios. Griterío, algazara, vocerío. Desaprobación, general. En sentido peyorativo, extraordinario: un fragote padre”.
Félix Coluccio anota en su “Diccionario de Voces y Expresiones Argentinas” (Plus Ultra – Buenos Aires -1979): “En lenguaje vulgar, rebelión. Dentro de las fuerzas armadas dícese de la gimnasia revolucionaria”.
Buenos Aires, 28 de octubre de 1985
José Antonio Martínez Suarez
Académico de Número
Titular del Sillón “Last Reason”
Referencias
El «Fragote», un Término por Fortuna en Desuso
Están fragoteando», deslizaron los más alarmados. Hubo consultas y comunicaciones con informes que acompañaron al Presidente hasta avanzada la noche, cuando el «Tango 01» volaba rumbo a Estados Unidos.
Tal fue la virulencia de los corrillos que, ayer por la mañana, con el Jefe del Estado ya en suelo norteamericano, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se vio forzado a aclarar que para el Gobierno, tal reunión, liderada por Eduardo Duhalde, no significaba «ningún fragote».
Como era de esperarse, el término utilizado dejó algo boquiabiertos a periodistas jóvenes –que ignoraban el sentido de la palabra– y rememoró innumerables vivencias en los veteranos, en particular los que vivimos los años ’60.
Con sus raíces en un argot francés, equivalente a movimiento violento, «fragote» se incorporó al diccionario de los argentinos de aquellos años como el equivalente a rebelión militar. Eran tiempos en que los celulares y la televisión por cable no existían, e Internet sólo podía imaginarse en algún émulo de Julio Verne.
www.ellitoral.com.ar – 04-05-04 – (Fragmento)