Tatsuki Fujimoto comenzó a serializar un manga de acción, gore y mucho humor llamado Chainsaw Man en diciembre del 2018 en la revista mítica Shonen Jump. De inmediato se convirtió en furor entre los amantes de las historietas japonesas, trasladando el furor hacia occidente, en donde se serializó en diversas revistas a lo largo y ancho del globo. En el 2020 la primera parte de esta historia finalizó, y como es costumbre con las series populares, la producción de una adaptación al animé no tardó en anunciarse.
El estudio japones MAPP aprovechó la finalización de este primer arco argumental para establecer una fecha de estreno de dos años. Ryū Nakayama y Makoto Nakazono se encargarían de la dirección, mientras que Hiroshi Seko escribiría los guiones. La productora sabia que tenia un potencial hit entre sus manos, con lo cual no dejaron nada librado al azar.
La historia nos habla de Denji, un joven extremadamente pobre que tiene una deuda monetaria gigantesca. Intenta ganarse la vida cazando demonios, es un devil hunter por contrato, no trabaja para el sector estatal ni para los privados. Es un agente independiente, que tiene como amigo a Pochita, un demonio que parece un perro naranja con una motosierra en el hocico. Denji salvó a la que sería su mascota/compañía, y le pidió que, en el caso que él muera, el demonio tomará su cuerpo.
Los yakuza para los cuales está trabajando lo emboscan. Su vida poco importa, la deuda que su padre le heredó es insalvable, y proceden a descuartizar al joven, cuyo único sueño es tener una vida normal.
En una escena absolutamente explicita, Denji termina desmembrado, tirado en un basurero, junto a Pochita, que cumple su promesa de tomar el cuerpo de su amigo. Así, el demonio se fusiona con el joven. Los miembros comienzan a unirse y, del pecho del chico, sale un hilo, el que arranca el “motor” del demonio motosierra.
Pochita y Denji se convierten en uno, y así nace Chainsaw Man, una entidad poderosa, capaz de regenerar cualquier tipo de herida siempre y cuando consiga beber sangre.
Denji, gracias a ese salvataje demoníaco, sólo tiene que tirar del hilo que cuelga de su pecho para que dos enormes motosierras salgan a los costados de sus brazos, junto con una cabeza que parece una motosierra con dientes que, por supuesto, tiene una enorme hoja dentada en la frente.
Pronto capta la atención de los devil hunters estatales, que reclutan al muchacho. Saben que es una anomalía, no es un demonio ni un humano, es una fusión que no salió de un pacto demoníaco, sino de la amistad entre un humano y un demonio. Makima, la líder del grupo estatal, no tarda en adoptar —casi como una mascota— a Denji, a quien considera un valor fundamental para su equipo.
El principal objetivo que tienen es cazar al mítico Demonio Arma, quien provocó la mayor catástrofe que la humanidad conoció. Para eso Makima empareja a Denji con Power, una poseída mitómana que detesta a la humanidad, pero, por alguna razón, decide trabajar para los Devil Hunters.
Por su parte, Denji está feliz por primera vez en su vida. Empieza a probar comida procesada que satisfaces sus papilas gustativas, tiene una casa bonita, vive aventuras increíbles y comienza a encajar con un grupo de personas. También empieza a palpar la posibilidad, cada día más factible, de poder acariciar y besar a una mujer. Denji, como tantos personajes de manga, es un adolescente cuyas hormonas son tan poderosas como las motosierras que salen de su cuerpo cuando invoca al demonio que lo habita.
Su muerte y resurrección le dio poderes, si, pero lo mejor es que tuvo una segunda oportunidad para mejorar y, como se dice habitualmente, “salir de pobre”.
Pero no todo es cazar demonios, comer comidas ricas y acercarse a mujeres para Denji. Pronto se dará cuenta que, al igual que él sale a cazar demonios, hay mucha gente que lo quiere cazar a él, por razones que se irán develando de a poco.
Chainsaw Man sucede en una línea temporal diferente a la nuestra, en donde la Unión Soviética aun existe, y al parecer el Holocausto jamás sucedió. La existencia de los demonios es algo que el mundo ya da por sentado, y la vida cotidiana transcurre con normalidad, pese a que la amenaza de una nueva matanza parece estar a la vuelta de la esquina.
La adaptación del manga – que vendió en el mundo más de dieciséis millones de ejemplares hasta la fecha – es preciosista. El estudio, que se encargó de la última temporada de la popular Attack on Titan, ofrece un producto que, desde la animación, es preciosita. Las escenas de acción no le esquivan al gore, a las partes mas sangrientas, sino que se meten de lleno en las peleas, creando escenas espectaculares, con demonios que toman los diseños del autor original y los llevan a un nuevo nivel. El color ayuda mucho a entender las escenas más vertiginosas (que en el manga pueden resultar confusas por momentos) y esto crea una atmósfera bien definida. Cuando uno ve los episodios se nota que está ante una producción de alta calidad.
Hasta ahora han salido seis episodios, que se estrenan semanalmente, de una primera temporada que tendrá doce capítulos. Para los amantes del manga original es una propuesta casi obligatoria, y para aquellos que disfruten de la acción desmesurada, sangre por doquier y humor “adolescente” tendrán en frente un producto que cumple y siempre deja con ganas de más.
Los seis episodios se encuentran disponibles en la plataforma de streaming dedicada exclusivamente a la animación japonesa CRUNCHYROLL.