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Mire que es Lindo mi País, Paisano
Argentino Luna: Su canto, medio bagual, así nomás, como a lo payador, sale como sale, sentido, aconsejador, enamorador y gaucho
Mire que es Lindo mi País, Paisano

Con su estilo personal, surero, fiel a sus consignas y, en cierta manera, ejerciendo docencia, las canciones y el arte de Rodolfo Giménez, Argentino Luna, exponen una forma de ver el país, su país, y de amarlo. Este cantor, poeta y guitarrero invita a que conozcamos lo nuestro y lo valoremos con orgullo.

Poeta, compositor, cantor y guitarrero, andador de caminos, nació en la llanura bonaerense de General Madariaga, provincia de Buenos Aires. Hijo de padres campesinos, su cancionero pinta el alma y el paisaje de su pueblo y su gente.

La guitarra justamente es una heredad que recibe de aquellos paisanos, que lo han elegido como uno de sus artistas preferidos.

Rodolfo Giménez nació un 21 de junio de 1941, en Madariaga, Provincia de Buenos Aires y sus padres, Juan Lino Giménez y Esperanza Castañares, igual que sus abuelos, nacieron en el querido pago surero. Han visto crecer y agrandarse el pueblo. Junto a sus hermanos, Mario, Ramón, julio y Juan, Argentino Luna, es decir, Rodolfo, el tercero, ayuda a su papá a sacar arena. Acaban de mudarse a Villa Gesell, donde Papá Giménez es capataz del precursor don Carlos Idao. Su niñez y adolescencia transcurren en la pampa de su nacimiento y en la costa atlántica, en aquella Villa Gesell que lo ve crecer como hombre y como artista que empieza a buscar su destino.

Toda esta infancia, rica y llena de cariño por el trabajo, es un ejemplo de vida. Rica es un decir, pues todos tenían que trabajar, ya desde los 14 o 15 años, en los comercios de su pueblo, como obreros albañil o con el carro tome y traiga tirado por tres caballos, compartiendo la tarea de sacar arena junto a los otros hermanos. En la casa de su abuelo ve por primera vez una guitarra; le faltaban dos cuerdas, pero se le quedó grabada. Eran pobres… no cualquiera compraba una guitarra, pero algún día, se compraría él la suya, ¡con su plata! A su padre le debe el acompañarlo a los boliches, desde chiquito con 10 o 12 años, son las primeras incursiones en la milonga… hasta llega a irse de casa… a Mar del Plata… para hacer de albañil de día y de folklorista, en las peñas, de noche.

Las peñas de la gran ciudad, esta Capital Federal que lo asombra pero que no lo desdibuja, lo ven, noche tras noche, lleno de poesía, elevar la palabra pulsando una guitarra fogonera. Su primer conjunto, Los Estrelleros, formado con dos hermanos Luque y dos hermanos Gómez, copiaban con tanta ilusión el programa de televisión popular del momento, improvisando versos y escribiendo las primeras poesías.

Se inicia en esto que es su vida, primero allá por los pagos, y en Buenos Aires en El Hormiguero, la peña de Mentesana, Agnese y Linares. Entre las figuras destacan Mercedes Sosa, Los Tucu Tucu, Oscar Matus, El Indio Apachaca y él, con sus milongas. Hasta que lo contratan fijo, y algunas veces… ¡para hacer de presentador! Alberto Merlo, Víctor Velázquez, Oscar del Cerro, Suma Paz, estaban iniciándose. El género era recién nacido y, dice Argentino, que por entonces también junto a él comienza José Larralde, Abel Figueroa, Negrín Andrade, Vicente Cidade y Horacio Agnese. Abel Figueroa lo invita a El Palo Borracho. Allí cantará tres años, animando a veces, hasta que el amigo Amadeo Monges le hace notar a Hernán las condiciones de Argentino Luna.

Dice Argentino que le debe a Hernán Figueroa Reyes su primer asesoramiento para ingresar en la SADAIC, como ya era el autor de Zamba para Decir Adiós y Hernán se la pidió para grabarla. Allí encontraron algo en lo que jamás habían reparado, “el Negro”, tenía un homónimo, y era nada menos que Rodolfo Polo Giménez, autor de Paisajes de Catamarca, motivo por el cual le sugieren pensar en algún seudónimo… Así es como anduvo el `Negrito Luna’, rumiando un nombre. Mejor dicho, otro nombre. ¡Ninguno le gustaba! Pero en una visita por el taller del pintor Juan Lamela, presta atención a un cuadro de Argentino Ortiz Agüero Luna… y le gustó. Le gustó tanto que se apropió del Argentino y del Luna de aquel pintor al que no conoció jamás. Sus dotes de pintor de brocha gorda y su sensibilidad al arte visual confabularon, quizá, ese instante y nació Argentino Luna.

«Quiero ser libre, cantando. Sólo el libre puede crear, y nunca me han de escuchar, divisas, andar gritando. Yo pertenezco a otro bando donde no existe color, por eso sigo cantor, hasta encontrar la manera de enarbolar la bandera universal del amor» dice Argentino Luna en la milonga Perdón Padre.

Agradece a Miguel Franco su llamado a compartir las jineteadas, trabajo y ayuda para tantos artistas que nacían en ese momento. Deja El Palo Borracho, al que volverá luego, unos años más tarde, ya reconocido y con un disco flamante.

En 1989 canta en La Estancia, Nueva York, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y España. Argentino Luna es hombre que se siente feliz, sencillamente orgulloso, porque sus amadores lo quieren así… tal cual es, en Mire qué lindo mi país, paisano, expresa su sentir. Es una elección de vida: el país, en su país. Una extensa nota acerca de su vida, escrita por Marta Bruno, lo pinta de cuerpo entero. Esta periodista es su amiga desde los primeros pasos, junto al “gordo” Guerrero, allá, con Jaime Dávalos, en Madariaga, y escribe a propósito de Argentino que lo mejor de este hombre es su andar parejo sin golpes bajos… ¡Porque todo el éxito es humo! Lo que permanece es la buena fibra del ser humano. José Hernández en La Vuelta de Martín Fierro escribe «sin ninguna intención mala, lo hicieron, no tengo duda; pero es la verdad desnuda, siempre suele suceder aquel que su nombre muda, tiene culpas de esconder.» No es el caso de este Argentino… que por poeta, elige el apellido Luna.

Son diversos los artistas que como Víctor Abel Giménez, Víctor Velázquez, Carlos Bergesio, Néstor Tacunau, Enrique Espinosa y Juan Carlos Urruti comparten su obra con Argentino Luna. También interpretó obras de otros compositores como Yupanqui, Dávalos, Yamandú Rodríguez, Horacio Guarany, Hilario Cuadros y muchos más.

Mire qué es lindo mi país, paisano; si usted lo viera como yo lo vi; un cielo limpio repartiendo estrellas, la madre tierra acunando el maíz. Viera qué Lindo es su País, Paisano; los cuatro rumbos que le conocí; si usted lo quiere como yo lo quiero, cuando lo conozca me dirá que si… Con estos versos, este argentino de los pagos de Madariaga, pagos criollos y con tradición gaucha, invita a que conozcamos el país que tenemos. Así, también extiende su compromiso de valorarlo y, hacer que miremos lo nuestro con ojos más querendones… Porque hay mucho para enorgullecernos.

Su canto, medio bagual, así nomás, como a lo payador, sale como sale, sentido, aconsejador, enamorador y gaucho.

Sus 30 años compartidos con la guitarra, andando los caminos, son una cifra para anotar, no son ni uno, ni cinco… son años haciendo el oficio de sus amores.

Por eso invitamos a compartir estas canciones, donde se lo ve, así, cantor, poeta y guitarrero, amigo y conocedor de la huella, amador y fiel al canto de la identidad nacional.

Personal, con su estilo surero, fiel a sus consignas y, de algún modo, ejerciendo docencia, junto con su cantar, exponiendo una forma de ver y amar el país, surgirán, una a una, las canciones, todas elegidas para compartir con usted, como en rueda de amigos, como en fogón, como se comparten entre los que aman el folklore, las canciones, que son de oír, no «pa»‘ que bailen. Porque el que anduvo tantos caminos, sabe por zorro, por viejo y por andador. Sabe porque conoce todas las latitudes del país. Así que, queden pues ustedes con éste «pata ‘e perro» andariego y contador de historias… con música. ¡Ahí está su cantor! ¡Arriba! Alto en el firmamento nacional, este Argentino Luna que sabe lo que es sentir el folklore.

Mire que es Lindo mi País, Paisano

I
Mire que es lindo mi país paisano,
si usted lo viera como yo lo vi,
un cielo limpio repartiendo estrellas,
la madre tierra acunando el maíz.

II
Viera que lindo es su país paisano,
los cuatro rumbos que le conocí,
si usted lo quiere como yo lo quiero
cuando lo conozca me dirá que sí.

III
Viera que es lindo este país paisano,
venga conmigo y no me mire así,
si le han vendido una postal de afuera
mire primero lo que tiene aquí.

IV
Viera que es lindo este país paisano,
rompa el boleto ese que tiene ahí,
yo que usted lo pienso y me quedo aquí.
V
Viera que es lindo mi país paisano,
si usted lo viera como yo lo vi,
entendería el por qué le pido
lo que le pido cuando canto así.

Letra y Música: Argentino Luna

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