El dolor… un padecimiento que según las circunstancias nos acompaña a los seres vivientes desde que asomamos al mundo. Pero no siempre el dolor viene solo; según las patologías puede estar acompañado por fiebre, inflamaciones y otros sufrimientos. Ya en la antigüedad clásica y quizás antes, existían médicos y filósofos (a veces ambas profesiones ejercidas por la misma persona) preocupados por el dolor. Se le atribuye a los griegos antiguos el uso temprano de cortezas de sauce como analgésico. Hábito que habría caído en desuso en la Edad Media, según algunas fuentes, porque otros estudios sostienen que en los monasterios cristianos, se continuó con el desarrollo de medicinas naturales. Además de la tradición popular que mantuvo su uso.
Ya en la modernidad el opio funcionó como analgésico, pero al descubrirse que era adictivo, se comenzó a tomar conciencia de los riesgos que implicaba su consumo. No obstante en 1763 en la Sociedad Médica Británica, se presentó un extracto de corteza de sauce para combatir la fiebre. Y en 1838 en Alemania se pudo sintetizar la corteza de sauce blanco, naciendo así la primitiva aspirina. En ese mismo país en 1897, Félix Hoffman inicia un proceso de destilación en base al ácido acetilsalicílico y dos años más tarde en Berlín, se registra el producto llamado Aspirina. Ese fármaco, calma la fiebre y calma dolores. Se expende en polvo y luego en tabletas.
Pero, ¿Quién fabricaba Aspirina? En 1863 en Barmen, Alemania, Friedrick Bayer y Johann Weskatt se asociaron para elaborar colorantes artificiales para la industria textil. En poco tiempo, contaban con la fábrica original y tres puntos de ventas en suelo germano y uno en Suiza. En 1876 y debido a la demanda, instalan una planta de producción en Moscú. En 1881 se constituye una nueva sociedad llamada Frier. Bayer & Co. Por entonces, los fundadores de la antigua fábrica de Barmen, habían fallecido. Los nuevos directivos amplían la capacidad productiva de sus plantas e incorporan más personal. Bayer constituye en 1897 el Departamento Farmacéutico de la empresa el que puede sintetizar el principio activo del ácido acetilsalicílico, basado en estudios de Hoffmann. Esa investigación concluye en un medicamento que en 1899 se registra con la marca de Aspirina.
Bayer como gran industria alemana, sufre los avatares de su país en las dos guerras mundiales. Pero en 1951 puede reconstituirse como Farbenfafriken Bayer AG. En un balance de medio siglo, además de la Aspirina, Bayer cuenta en su haber con un medicamento para combatir la lepra en 1908, un antidiabético en 1925, el antiácido y analgésico Alka – Seltzer en 1931, anticonceptivos desde 1960, reactivos para análisis clínicos de varias especialidades, entre una multitud de fármacos e insumos de uso médico.
Paralelamente, Bayer y sus asociadas, operan en múltiples rubros de la industria y el agro.
Antibióticos, productos veterinarios, control de plagas, son algunas de las especialidades que salen de sus plantas. Bayer Argentina existe desde 1911 y ocho décadas más tarde, nuestro país figuraba entre los países con mayor consumo de aspirinas del mundo.
Entonces el mundo consumía unas 30 mil toneladas del insumo básico (ácido acetilsalicílico) para calmar dolores y fiebre. Las marcas líderes de la familia Aspirina, en la Argentina se las conoce como Cafiaspirina, Bayaspirina, Aspirineta (para niños) y otras derivaciones. En 1985, Bayer tiene una fuerte presencia en especialidades medicinales, productos veterinarios, agroquímicos, curtientes, colorantes, cauchos sintéticos, lacas, poliuretanos y polímeros de uso técnico. Por entonces, contaba con 181 mil empleados en todo el mundo; de los cuales 1.200 en Argentina. A comienzos del siglo XXI, Bayer a nivel mundial diversificó sus actividades en grupos de negocios varios.
Testimonios
Con quinientos pesos se pueden comprar quizá hasta dos paquetes de cigarrillos o un paquete de yerba y bizcochitos de grasa, pueden comprarse cafiaspirina , tomar dos cafés. Willy, increíblemente Willy, que hasta hacía pocos meses gastaba quinientos pesos casi cada diez minutos, deja, pago yo, que tomas, Willy que era cierto que comía continuamente lomo de jabalí.
Los Reventados – Jorge Asís – Sudamericana -1980