Palabras algo dramáticas para dar a entender que se ha tomado una determinación audaz y definitiva . Las pronuncio Julio Cesar cuando decidió atravesar con sus tropas el Rubicón, un pequeño rio que marcaba la frontera entre Italia y parte de las Galias que gobernaba entonces Cesar (48 a.C.)
Esta empresa, que en si misma nada tenía de dificultosa, suponía un desafío al Senado que lo había nombrado. Y la amenaza de una guerra civil que afectivamente se produjo.
La tradición afirma que al llegar a la orilla de ese ríos (el actual Fiumicino) Cesar, tras dudar un momento, dijo la hoy célebre frase “La suerte está echada” (Alea jacta est, en latín).- Con ella condensaba un propósito que iba a cambiar el destino del imperio romano.-
En la vida cotidiana llegan siempre momentos en los que deben ser tomadas decisiones cruciales. Aparece así un Rubicón personal que nos enfrenta con la disyuntiva de cruzar o no cruzar. Y no queda otra que jugarse, aceptar como Cesar, que la suerte está echada.
Caras – 01-08-96 – Etimología – Historia de las Frases