Setenta Veces Siete – Dalmiro Sáenz (1926 – 2016) – Emecé Editores – 1957
Escritor y dramaturgo, prolífico autor de numerosos best sellers, sus obras teatrales figuran entre las más representadas en nuestro país. Su estilo se caracteriza por una implacable mordacidad acompañada de una hilaridad que se declina hasta el absurdo.
Dalmiro Sáenz vivió durante casi quince años en la Patagonia, que es donde transcurre la acción de sus primeros cuentos. Luego comenzó a escribir novelas y después, teatro. Ha escrito los guiones de películas basadas en obras suyas, como el de Setenta veces siete (1962), dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, coproducida por Brasil y España y protagonizada por Isabel Sarli y Francisco Rabal, o el de Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes, basada en su novela El pecado necesario, dirigida por Fernando Siro y ganadora de la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España (1965).
Francotirador del disconformismo, Sáenz decía que su arte se nutre de la injusticia y de la queja, y que en un mundo feliz no existirían los escritores.
En Setenta veces siete, el autor despliega su carácter de observador profundo retratando criaturas solitarias, violentas, necesitadas de amor, desconcertadas frente a la injusticia y cautivas de la fatalidad.
Cora, una prostituta, recuerda el momento en que abandonó a sus padres para irse a vivir con un brasileño a miles de kilómetros de distancia, llevando una vida solitaria en una cabaña. La llegada de un ladrón de caballos despierta en ella la esperanza de una vida mejor, pero su marido le propone matar al prófugo y quedarse con su dinero; al mismo tiempo, el ladrón le propone matar al marido para huir juntos y empezar una nueva vida.
El amor y el odio, en sus manifestaciones más extremas, habitan estos cuentos escritos en una prosa seca, filosa, de palabras justas que les confieren una inconfundible identidad. El protagonista de este libro herético y violento, nos dice el autor, es Dios. Y está dedicado a «los que necesitan de su ausencia para confirmar su existencia». Para esos seres tristes y despojados son las palabras evangélicas. Pedro ha preguntado: «¿Cuantas veces pecará mi hermano contra mí y le perdonaré?», y Jesús responde: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete».
Cristina Eseiza
Profesora en Letras UBA – Escritora