Entre los distintos frentes de conflicto que el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri tuvo que sortear en 2008, su primer año de gestión, estuvo la confrontación con los docentes que reclamaban un aumento salarial, y los estudiantes que a su vez protestaban por el recorte de becas a miles de estudiantes secundarios de bajos recursos.
Tales becas fueron instituidas en el año 2001 por el Gobierno de La Ciudad a modo de ayuda, para aquellos jóvenes que deseaban continuar sus estudios secundarios y se encontraban en situación de alta vulnerabilidad económica. La ley porteña 895 del año 2002, garantizaba la percepción de la misma para aquellos que reunieran los requisitos exigidos. Pero en agosto de 2008 mediante el decreto 976/08, el gobierno de Macri deroga la norma y establece el beneficio para los cursantes de primero y segundo año, con algunas excepciones como se realizaría antes de 2001. El anuncio gubernamental de un recorte que afectaría a 30.000 beneficiarios, generó cuestionamientos y reclamos de diferentes organismos y sectores estudiantiles y sindicales. Entre los reclamantes, se encontraba la Defensoría del Pueblo porteña, la que mediante un somero informe sostiene que “el 58,6% de las becas que el gobierno porteño denegó, corresponden a hogares que están por debajo de la línea de pobreza.” Protestas y movilizaciones fueron caldeando el clima, que alcanzó su máximo pico de tensión a principios de septiembre de 2008, cuando el ministro de Educación porteño Mariano Narodowski, debió rendir un informe ante la legislatura de la Ciudad Autónoma. Con el recinto colmado por legisladores, estudiantes, docentes y otros interesados, el ministro intentó cumplir con su exposición en medio de una fuerte gritería y cánticos de repudio a su cartera y al Jefe de Gobierno. Finalmente, ante la imposibilidad de hacerse oír, decidió abandonar la Legislatura luego de haber anunciado la intención de su ministerio de otorgar más de 15.000 nuevas becas. Pintadas como “becas ya” y estribillos irreproducibles contra los funcionarios porteños, colmaron las paredes y calles cercanas a la Legislatura y la sede del Gobierno de la Ciudad.
En los días previos, una importante movilización estudiantil marchó desde el Congreso Nacional hasta la Jefatura de Gobierno porteño reclamando por las becas, y por el mismo motivo numerosos colegios fueron tomados por sus alumnos. Un paro docente solidario con el reclamo de los adolescentes y sumando reivindicaciones propias, acompañó la protesta.
El 4 de septiembre una comisión estudiantil se reunió con funcionarios del Gobierno de la Ciudad, en lo que se calificó como “mesa de diálogo.” En el encuentro los representantes gubernamentales se explayaron acerca del nuevo abordaje del candente tema de las becas, pese a lo cual los delegados estudiantiles manifestaron su insatisfacción por lo que calificaron como “ninguna solución real.” Un día antes, una huelga docente que contó con fuerte acatamiento en todo el ámbito capitalino, afectó al gobierno de la Ciudad el que reconoció la legitimidad del reclamo salarial docente, pero a su vez sostuvo la imposibilidad de otorgar aumentos salariales. A su vez, los funcionarios gubernamentales declararon que los días de huelga serían descontados de los haberes que percibe el personal docente.
La respuesta de los gremios que agrupan a los maestros tanto públicos como privados, fue la convocatoria a una nueva medida de fuerza para la segunda quincena de septiembre de 2008, la que contó con la solidaridad estudiantil.
Libro Pintadas Puntuales – Roberto Bongiorno – Ángel Pizzorno – Testimonios – 2020