Las que se dan como premisas y necesidades, fundamentales del hombre, según Freud, las de “saciar el hambre y el sexo”, aparecen en Drácula. Pero desvirtuadas y superpuestas. Drácula no puede comer, no puede alimentarse, lo que significa que no puede elaborar e incorporar vida.
Y Drácula no puede hacer el amor, lo que significa que no puede entregar vida. Pero es mediante la ingestión o succión de sangre ajena, que cubre ambas necesidades.
Curiosa metáfora para una sociedad, donde sexo y alimento se mezclan y se superponen, como algo mecánico, rutinario y asalariado. Algo que equivale por igual a un feriado, un entretenimiento o la evasión de la televisión.- El horror de Drácula proviene de su entorno siniestro, de su imagen, no de su contenido. Al igual que para él, todo hoy es apto para ser consumido, su ética, no es peor que la del establishment. Todo se deglute por igual, valores, amistades, clubes, ideas políticas y hasta diríamos que la cacería de la sangre, equivaldría a la cacería del dinero. Único valor y dios supremo. Que no pide virtudes sino “productividad”. Drácula surgen en una época en que la violencia arrecia y crece día a día. Por eso este personaje la encarna totalmente; como una “violencia compensadora”, ésa que tiene sus raíces en la impotencia. Y por esa razón Drácula busca el placer del dominio sobre otras personas, ya que éste es la esencia del impulso sádico, y el círculo recurrente de su identidad: impotencia, dominio, sadismo. Por otra parte Fromm, dice que “la sed arcaica de sangre, responde en el hombre a la necesidad de liberarse de esa humanidad interna que le agobia”.
Drácula reniega de la luz, la vida el día y vive el tortuoso mundo de la oscuridad, la muerte, la noche. Es el sicótico que no pudo unir ambos opuestos. Es el agente del mal por amputación. Es la imagen compulsa de la regresión a un estadio animal, hasta en el crecimiento de sus largas uñas , que le impiden la aproximación al otro, el contacto, la caricia. Su patología lo coloca en situación de perverso y éste según la psiquiatría, es un sujeto que después de una frustración, regresa a un compartimiento infantil, por ejemplo, el estadio oral de succión.
Pero además de ser un antihéroe de ficción o del espectáculo, es a la vez un personaje cotidiano, existente y contemporáneo. A punto yal que es fácil reconocerlo.
Existen Drácula…”potenciales, actuantes y prospectivos”, en las relaciones, las familias, el estado, el amor.
Drácula es el símbolo del individuo que busca ansiosamente a vida, no para vivir, sino para sobrevivir y someter y transformar a su víctima en otro victimario.
Es el símbolo del supremo egoísmo de nuestra sociedad de consumo, donde no queda ya lugar, sino para el papel de víctima o de victimario. Robando vida, hasta matar el semejante o en todo caso hacerlo a él también, portador de esa infección transferenciada. Se dice que actúa en el sueño, sí, pero de nuestra conciencia, y aunque sabe hacerse invisible, no consigue engañar, es siempre Thánatos. Drácula es al fin, como el hombre de hoy, un “Ateo sospechoso” un envidioso maniático de Dios, que quiere descolocarle y reemplazarle en todas partes; entendiendo por envidia a la esencia comprimido por envidia a la esencia comprimida de la competencia, a la que se tiene por sana, y que es justamente la mayor peste de nuestro tiempo.
El Mito
La transferencia hombre- vampiro o l mito del murciélago-hombre, nació hace ya muchos siglos y de él hablan el folklore oral y escrito de muchas culturas. Pero su creciente difusión, se produce con el siglo XVI y el nacimiento del capitalismo, haciendo eclosión a fines del siglo XIX cuando un autor inglés Bram Stoker, se inspira en una leyenda eslava y acuña el Conde Drácula. Al mismo tiempo la creciente expansión de las ciencias naturales, calificaba las diferentes conductas de los murciélagos ordinarios y los murciélagos vampiros, de éstos se clasificaron no menos de una docena, entre ellos y en América Central y del Sur, se encuentran: el Desmodus rufus, el Didemos Yungi, el Diphilla caudata y el Desmodus rotunda, todos estos chupadores de sangre. El murciélago-vampiro consume diez centímetros cúbicos de sangre al día. Generalmente ataca al ganado, especialmente a los caballos y de manera excepcional al hombre. La mordedura presenta un corte muy similar al producido por una hoja de afeitar.
Pero ahora se ha descubierto que además de portar la hidrofobia, en su saliva existe, una sustancia que impide que se formen coágulos, por eso una herida producida por un vampiro- murciélago puede sangrar durante horas. ¿Cómo se produjo la aproximación y luego la superposición mítica?, es algo que no se sabe. Pero lo cierto es que la conducta de estos animales es de infinita crueldad. No hay ninguna regla solidaria, no entre padres, ni parejas ni hijos. Llegando hasta el canibalismo, especialmente con los más indefensos, los más jóvenes y los más viejos.
Simbología de la Sangre
La sangre fue siempre imagen de la totalidad del hombre.
Sus humores, sus emociones, sus mutaciones químicas se ven volcadas en ella y constituyen su más secreta identidad. Por eso desde la más remota antigüedad, la sangre fue sagrada para todos los pueblo primitivos de la Edad Antigua. Más tarde y recordando su derramamiento Divino los cristianos se congregaban en la Mesa Eucarística. En la Edad Media, la multitud de Sectas gnósticas, creían que el alma habitan a y circulaba en ella. Y entre los pueblos precolombinos, especialmente lso aztecas y los incas, su derramamiento tenía carácter expiatorio.
Transitado el tiempo, ni sus clasificaciones en grupos, factores y característica, pudieron del todo desacralizarla. En 1954 la Secta política Mau- Mau en Kenya (del grupo étnico Kikuyo) establecía en ceremonias, sus lazos fraternos bebiendo sus propias sangres y para adquirir poder la de los europeos asesinados.
Drácula Está Cansado
No podía ser de otra manera, Drácula está cansada. Como lo está. Ésta ya anciana, sociedad de consumo. Este personaje que nació con la estampita industrial, a fines del siglo pasado; hizo sus rebrotes cuando esta sociedad peligraba. Rebrotes que se visualizaban, por el medio de comunicación más revolucionario del siglo XX, el cine.
En 1921, se filma “Nosferatu” en Alemania, época de amarga toma de conciencia de la Alemania de post-guerra, frente al endeudamiento y los imposibles puntos a cumplir de Wilson. En 1928 se filma Drácula en Estados Unidos, es en la época de la gran crisis económica, época de la deflación del Wall Street. En 1942 vuelve a filmarse promediando la 2da. Guerra mundial y en el momento de mayor tensión del enfrentamiento bélico: Stalingrado. Luego del tránsito de Bela Lugosi, y Lon Chaney, aparece un nuevo Drácula, Christopher Lee, en 1958, en plena contienda e Vietman y entre la espectacularidad de los medios técnicos, (cinemascope y color) y los medios bélicos más sofisticados…De allí en más surge lo que Pawels dio en llamar “el retorno de los brujos”, el surgimiento del satanismo y la demonología , como símbolo de la alienación y la necesidad de enmascarar el mal, con el que casi de manera cordial y desde cualquier diario, se convive.
Pero dentro de los desdichados testimonios que algún Polansky imaginó y aun vivió en su vida personal, es ésta nueva versión de Herzog, verdadera sismógrafo de nuestro tiempo, que revela un Drácula distinto, un Drácula que…quiere morir, al fin morir. Que no puede ya soportar el tedio y el dolor de vivir. Momia ya, nada de arrogancia y de belleza, casi contrahecho, agobiado, es la angustiosa imagen e la vigilia. Es el pobre diablo cansado, que necesita de alguien que le releve. Es la más fuerte imagen que a través de un arquetipo pudo darse de nuestro tiempo. El mal se ha cansado del mal. Y no le sostiene ningún componente seductor. Aun el horror se ha devaluado.
Acaso porque el hombre, ya ha aprendido a verlo dentro suyo. El siglo XX colocado ya, en un estadio Luciferino el que está sustentado por el creciente poderío nuclear y su capacidad de destrucción, descubre por su potencia a la Vida, a la que no puede crear pero sí destruir, y al hacerlo descubre también su culpa. Sintiéndose culpable, se coloca nuevamente en juicio. Un fuerte juicio que se inicia y del que quizás sean signos, esta exhumación simultánea y múltiple de diversos Drácula, en todo el mundo. Algo así como la confesión profunda y en voz alta de todos nuestros más fuertes impulsos de destrucción. Una guerra paralela si, pero del inconsciente, que librada ya y a tiempo, deje al hombre liberado definitivamente, de la deidificada imagen de Caín.
Nota:
Para matar al Drácula mítico, hay que clavar “a martillo” una estaca en su corazón, terrible metáfora de un corazón sobrehumanamente endurecido. La humanidad enorme corazón extendido, tiene hoy la responsabilidad de ser a la vez, corazón y martillo…
Rocío Domínguez Morillo – Pájaro de Fuego – Febrero 1980
Drácula – El Musical
Drácula, el musical es escrito y dirigido por Pepe Cibrián Campoy, con música de Ángel Mahler y producido en su estreno, en el estadio Luna Park en el año 1991, por Tito Lectoure.
La gran apuesta tuvo un valor inicial de la puesta en escena de un millón de dólares.
La obra deslumbra con la historia, la música, la dirección, el elenco, una mágica escenografía y un vestuario de época de extraordinaria confección y una producción jamás vista antes en la Argentina.
Sinópsis
Jonathan Hacker, empleado de la firma Hawkins, es enviado por ésta a Transilvania a entregar las escrituras de las propiedades compradas por el conde Drácula en la ciudad inglesa de Whitby.
Ya en Transilvania, los habitantes lo previenen del peligro del lugar. Jonathan los ignora y junto a un cochero decide recorrer la región, al llegar al cementerio es seducido por la condesa vampiro Dolingen de Gratz y sus amantes, pero con la ayuda del pueblo puede escapar.
Mientras tanto, en Whitby, su prometida Mina Murray espera noticias de él y junto a su gobernanta Nani reciben a Lucy, que viene de Londres para casarse con lord Arturo, primo de Mina. Pero al llegar a Whitby, Lucy siente que algo extraño le sucede.
Los transilvanos llevan a Jonathan a una posada y su dueño lo tranquiliza diciendo que los comentarios son sólo leyendas. Pero es allí donde recibe por intermedio de un mensajero, la esperada invitación al castillo enviada por el conde Drácula. La posadera le recuerda los peligros que le aguardan y le entrega un crucifijo para protegerse. Mientras tanto, en Whitby, la premonición de Lucy la acosa día tras día y su estado mental se deteriora.
Jonathan llega finalmente a la morada de Drácula, que trata de envolverlo en su magia, pero gracias al crucifijo logra salvarse y se instala en el castillo.
Pasan semanas y el conde Drácula se prepara para su partida que hará con sus «mascotas» y como despedida invita a Jonathan a una fiesta junto a sus cómplices, los gitanos.
Luego de dicha fiesta, Jonathan descubre el secreto de Drácula, quien al enterarse de ello decide abandonarlo en el castillo, quitándole la memoria y partir de inmediato a Inglaterra.
Una vez allí, Drácula se encuentra con Lucy – la prometida de lord Arturo (primo de Mina, la prometida de Jonathan)-, a la cual posee y se presenta en su fiesta de casamiento para cumplir el rito de la tercera mordida y convertirla en vampiro.
Pero antes de hacerlo lo descubre Mina (en quien Drácula cree reconocer a la mujer que amó quinientos años atrás y que él mismo destruyó). Con Mina, Drácula trata de recuperar aquella historia perdida.
Después de un bellísimo cuento de amor pasional y terrorífico, Drácula siente que va a repetir la misma historia, debido a su adicción por la sangre. Entonces decide dejarla libre y sacrificar su inmortalidad, dejando que lo atrapen y lo maten.
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