Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: “hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: “hoy, mi mejor amigo me salvo la vida”.
Intrigado, el amigo preguntó: “¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?”
Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo”.
Hay muchas cosas que podemos tener, que nos traerían una gran alegría y que no cuesta nada. Pero, ¿de qué sirve tener mucha riqueza si no tenemos paz? La paz nos la da un corazón alegre y el sostén de un amigo que está en esos momentos para llenarnos de esperanza.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que la vida te sonría y te permita prosperar en todo, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
® Valerius