En estos días, se están cumpliendo 6 años de la presidencia de Claudio Fabián Tapia (el chiqui para el mundo futbolístico) de la AFA, la entidad madre del Futbol Argentino. Y como no podía ser de otra manera en un país como Argentina….todo es de película. Desde su llegada, siendo Presidente de un club que hasta hace 10 u 11 años militaba en la Primera C (la cuarta categoría) hasta su “consagración” en estos dos años 2021 y 2022, levantando los trofeos de la Copa América 21, el trofeo de Campeones en Wembley frente a Italia y la frutilla del postre….la Copa del Mundo en Qatar 2022.
Pero esta historia tiene sus vaivenes como todo en estas latitudes. El chiqui, ingresó al mundo del futbol de la mano de su ex suegro, el dirigente camionero Hugo Moyano y luego de hacer pie en Barracas Central, comenzó a tejer una red de apoyos en el Ascenso, siguiendo los pasos de Julio Grondona quien supo hacer algo parecido para encaramarse. Las polémicas en torno al club de la zona sur de la Capital Federal comenzaron a aparecer una a una, viendo los demás como iba escalando posiciones hasta llegar a la Primera División, con resultados muchas veces “observados” por otros dirigentes (siempre en off). El mérito de Tapia en su conducción lo dio la performance de la Selección Argentina, donde los resultados lo avalan… pero en el debe está la organización del futbol en Argentina, donde se sigue haciendo agua, empujada la situación además por la economía del país que no ayuda.
El gran desafío de su presidencia es lograr la sede de Argentina para el Mundial de 2030, por eso se mueve rápido (lograron la organización del mundial Sub 20 que se le sacó a Indonesia para este año). Chiqui no da puntadas sin hilo y su destino parece estar ligado, por el momento, al de Julio Grondona, en lo que sea años de presidente se refiere.
El tiempo dirá……..