Nuestra música popular tiene sus raíces en el campo. De allí que cuando el tango conformó su propio movimiento, esta vinculación se hizo más intensa. Poetas, músicos e intérpretes trasladaron el ámbito campero a la gran ciudad. Llevando consigo características propias del ámbito campero.
Pese a la gran cantidad de composiciones relativas a esta temática, hubo un autor que descolló con luz propia; Agustín Bardi, algunos de sus títulos fueron: “El Buey Solo”; “El Baquiano”; “El Rodeo”; “Chuzas”; “El Abrojo” y “Se han Sentado las Carretas” en sociedad con Enrique Cadícamo de 1930.
Se han Sentado las Carretas
Se han sentado las carretas…
y en la noche tibia y clara
la luna vuelca su cara
y recorta sus siluetas.
Duermen todos y en la quieta
hora del sueño pesado,
de un carretero inspirado
se oye este canto tristón…
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Y en la noche las estrellas
en su pestañear plateado
lloraban al desdichado
también sus gauchas querellas.
Tango – 1930
Música: Agustín Bardi
Letra: Enrique Cadícamo
El dúo Gardel- Razzano le cantó al campo y al gaucho. En 1924, la evocación surgió en “Primavera de Colores”, cuya autoría les pertenece.
Primavera de Colores
Todo está envuelto en la calma
De la tarde moribunda
Melancólica y profunda
Bebe a raudales el alma
El Sol, que deja a la pampa
De su triunfal retirada
Una luz tenue y rosada
Baña el pastizal tranquilo
Y en el rancho, dulce estilo
Canta un paisano a su amada
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Un débil soplo de viento
Hace estremecer las hojas
Nubes lejanas y rojas
Cincelan el firmamento
Bate el chajá corpulento
Sus alas, buscando el nido
Con monótono balido
Vuelve la oveja al corral
Y allá, en la loma, el bagual
Mira el desierto atrevido
Tango – 1924
Letra: José Razzano
Música: Carlos Gardel
Eugenio Cárdenas hizo con “Fiesta Criolla” una semejanza perfecta del campo. El bandoneonista Rafael Rossi le puso música.
Fiesta Criolla
Había tenido la extensión
la oración
su crespón
denso y gris por los llanos,
y allá en la estancia de El Cardal
resonó
el gritar
de un montón de paisanos.
¡Es que en la noche tan animada
el fin de la trilla se festejaba
y algunos viejos se referían
sus alegrías
junto al fogón.
Hoy, entre los criollos muy cantores,
midieron su talento dos bravos payadores;
y en la canción de amores, que era un ruego,
brotaba todo el fuego del alma del cantor.
Y los zorzales melodiosos
volcaron afanosos
su inspiración ardiente
si pareció que hablara hasta el cordaje
con el lenguaje
del corazón.
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Tango – 1928
Música: Rafael Rossi
Letra: Eugenio Cárdenas
En la obra de Eduardo Escáriz Méndez , esta temática tuvo una gran importancia en títulos tales como “La Rodada”; “Tus Aros Criollos”; “Allí Nací”; “Soltando mis Penas” y “La Pena del Payador”, en donde describe magistralmente el largo peregrinaje del legendario Santos Vega.
La Pena del Payador
La tarde en el poniente su poncho recogía
peinando entre sus flecos un copo de arrebol,
y el hilo de la noche, que en ancas se venía,
bordaba en seda negra los pétalos del sol.
Llorosos los yuyales doblábanse al pampero
y el viejo ‘e la carreta, picando al buey sobón,
atrácase a la férrea rejilla del pulpero,
haciendo para el viaje su gaucha provisión.
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De pronto, allá a lo lejos, al tranco acompasado,
se ve asomar un flete bordeando el cañadón
y en él a un gaucho triste de negro arrebujado,
con porte de hombre, nervio, audacia y corazón.
Facón de plata al cinto, trabuco amartillado,
espuelas nazarenas, sombrero echao pa’ atrás.
Allá va Santos Vega, jinete en su tostado,
pensando que la vida para él está de más.
Quién sabe qué honda pena lo abisma al peregrino,
centauro de las pampas, invicto payador.
Que, en vano, las acacias y sauces del camino
se inclinan para verlo sonreír en su dolor.
Más dicen los que saben de amores escondidos
que al gaucho le conocen su indómito valor,
que sólo son culpables dos ojos renegridos
de aquella gran tristeza que aflige al trovador.
Vals – 1945
Música: José Servidio / Luis Servidio
Letra: Eduardo Escaris Méndez
Dora Davis incorporó en su repertorio el éxito de Ignacio Corsini, “La Carreta”, y lo grabó en 1932.
La Carreta
Rodando por el llano
va la carreta de lerdo paso;
vieja carreta que aguanta al raso
lluvia de invierno, sol de verano.
Con su apagado pucho en la boca
el carretero de un lado avanza,
y de cuando en cuando toca
el clavo alerta de la picana
la yunta pesada y mansa…
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Mi vida es la carreta,
que en tanto bache de mala suerte
va dando tumbos rumbo a la muerte.
Yo, el carretero que no sujeta,
cruzo los pagos de mi destino
junto a la huella de mi carreta
y hago cantando el camino…
¡Tanto he sufrido que soy baqueano!
y al paso del buey maceta
alegre o triste siempre tengo una canción…
Tango
Música: José Servidio / Luis Servidio
Letra: Francisco García Jiménez
El poeta uruguayo Fernán Silva Valdés y Néstor Feria, escribieron “El Blanco y Negro”, que grabó el propio Feria conocido como “El Gaucho Cantor”, el 17 de marzo de 1937.
En Blanco y Negro
Tuve tropilla “de un pelo”
yo también como el mejor;
tropilla de pelo oscuro,
“mismito” como el dolor.
Oscuro como mis penas,
oscura como mi suerte;
en el pago la llamaban
la tropilla de la Muerte.
Cuatro pingos todos negros,
justo como pa’ un entierro;
cuatro pingos todos negros,
como pa’ cinchar un muerto.
Más todos en su negrura
tenían su pinta clara,
como una estrella en la noche,
como el lucero en el alba.
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Vos china, sos negra de alma,
negra como mis caballos;
bien oscurita por dentro
y con el cuerpo bien blanco…
Blanco tu cuerpo y oscura
como mis pingos, tu alma,
parecés de mi tropilla,
¡perdoná la «comparancia»!…
Milonga
Música: Néstor Feria
Letra: Fernán Silva Valdés