Nacido en Rosario el 19 de septiembre de 1912, Federico Norberto Daloisio inicia su actividad como dibujante de historietas en 1934, año en que publica “Las travesuras de Buby” en la revista “Tit- Bits”, y a partir de ahí continua en forma constante, publicando sucesivamente Don Juan Porteño en “Aconcagua”, Monono, El Negro Cachito, Bimbo Aventura de Casimiro, Kid Tortazo y Lola (una cotorra charlatana) en “Férmina”; Betún y Jo-jo. Los Alegres Detectives, en un diario porteño; Cahilo Aviador, Lechuga y Los Mellizos Detectives, en la revista “Figuritas”; El mago Truco y su ayudante Retruco, en “Cara Sucia” ; “Don Piluso, en ¡Aquí Está!”; Contreras en “Don Fulgencio”, Joe Narigueta, El Cowboy Ingenioso, en “Mundo Infantil”, y unos cuantos personajes más. Pero los personajes que le dieron notoriedad son Tric y Trake, publicados en el diario “El Mundo” a partir de 1940.
Con ellos continuó hasta el final de su vida el 23 de mayo de 1963, ya que después de popularizarse en el diario donde nacieron, Tric y Trake dieron nombre a una revista que, por supuesto, incluía sus divertidas aventuras.
Daloisio solía decir que le hubiera gustado ser un trotamundos tipo “Chaplin”, pero ni cuando se dibujó a sí mismo imaginándose como tal dejó de incluir entre unas pocas pertenencias a sus dos populares personajes.
Tric y Trake
Al bautizarlos así, seguramente Daloisio no pretendió extranjerizar a sus personajes, sino buscar la onomatopeya; fíjate que al nombrarlos conjuntamente suena como “triquitraque”. ¿Y eso qué es? Buena pregunta una definición puede ser: ruido como de golpes repartidos o desordenados; también se llama así a un rollo delgado de papel con pólvora y atado en varios dobleces, de cada uno de los cuales resulta una pequeña detonación pegándole fuego por la mecha que tiene en uno de sus extremos. Pero vayamos a los personajes en vez de elucubrar con el significado de sus nombres.
Tric- el bajito- era el más inteligente, en tanto su amigo Trake- el alto- evidenciaba reflejos más lentos. Ambos actuaban juntos, y a veces lo hacían al margen de la ley, y otras, amparados en ella, llegando incluso a colaborar con la misma. Lo invariable era la interpretación errónea que Trake hacía de las indicaciones de Tric, lo que enfurecía a éste, infiriendo a su amigo toda clase de insultos que, sin embargo, no lograban inmutar a Trake, que en 23 años nunca se enojó por lo que le decía Tric. ¡Y eso que éste solía gritarle “marmota”, “idiota”, “estúpido”, “tarado”…!
Siulnas