La vida se asemeja a un juego, pero es nuestro juego; somos nosotros los que ponemos las reglas, y de qué manera se gana o es de pierde.
Sí, la vida es como un juegoy a la misma se la juega con nuestras propias cartas. Al morir nada nos llevamos, por lo que hay que vivirla y permitir que otros vivan.
Hablar de calidad de vida es cuidar nuestros vínculos con los demás; máxime en esta época en la que todos hablan de calidad de procesos, de calidad de productos, calidad de sistemas calidad de servicios. Pero es muy poca la gente que habla de la calidad de vida, de la calidad humana. Sin ella, todo lo demás es apariencia sin fundamento.
¿Qué suma tener lo que no se quiere compartir? La pregunta que nos tenemos que hacer es cuál es el valor intrínseco de las cosas; ¿dinero, propiedades, autos? El valor de estas cosas materiales está en el servicio, en su aplicación.
¿De qué vale estar en una cancha de fútbol, de tenis, o frente a cualquier otro juego, si no tenemos con quién jugarlo? ¿Para qué tener una laptop, si no se tiene con quien compartir, ni con alguien para servir?
La comunicación entre personas es no solo el mero acto de transmitir y recibir mensajes por medio del habla, resulta ser una necesidad básica y vital, como lo es la supervivencia física. Hoy por hoy, las comunicaciones han evolucionado enormemente; la tecnología digital, los satélites, la internet, nos aproxima y comunica rápida y efectivamente, independientemente de las distancias por recorrer. Pero no descuidemos la comunicación humana, la personal; esa que, además de escucharnos y prestarnos atención, nos permita ver el lenguaje corporal del otro, percibir y sentir lo que el otro siente.
Hay cosas que tienen valor, pero no precio; son esas que su valor lo da uno, según sus asuntos, sus problemas, su plática; sus bromas.
La comunicación cara a cara, no solo vincula, sino que permite el intercambio, información mediante lenguaje corporal, expresiones orales, o gestos … Este tipo de comunicaciónnos hará dar cuenta de quiénes somos y, sobre todo, sentirnos en humanos.
La vida es un juego que se debe tomar seriamente para llegar a ser profesional; para ser un experto de vivir nuestra propia vida.
Con este último consejo, vivo, comparto el del cortometraje «La Vida No Es Un Juego; o sí»…
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, y permita que prosperes en todo, que y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y Prosperidad.
Claudio Valerio
® Valerius