Desde siempre, los medicamentos se caracterizaron por tener un sabor desagradable, amargo y por lo tanto difícil de ingerir, especialmente los niños. Es por ello que los boticarios de la antigüedad trataron de disimular ese sabor “dorando” las píldoras con sustancias azucaradas, que permitían al enfermo tragar la medicación de una manera agradable.
Con el tiempo, la expresión pasó a utilizarse para definir el propósito de suavizar, atenuar el efecto negativo de una noticia, presentándola lo más favorablemente posible para quien la recibe.
Dorar la píldora, entre nosotros, es casi sinónimo de “alabanza, halago, con intención de engaño”
Del Diccionario del Buen Decir – Profesor Esteban Giménez – Ediciones Ayui –
Recordando a las Antiguas Farmacias
Con el término botica han surgido algunos dichos. Ahí va el primero “de todo como en botica”. Se lo usa para expresar que en el lugar encontrará lo que busca; es la tienda del mercader, del mercero, donde se trafican telas, paños y todo tipo de mercaderías; es el supermercado de nuestros días o el almacén de ramos generales que lo encontrábamos hasta no hace mucho tiempo.
Existe otro dicho referido al tema que estamos abordando, para nosotros un tanto desconocido, pero que se emplea en España: “como pedrada en ojo de boticario” y tiene la siguiente explicación, adelantándole que no se relaciona con el órgano de la visión. Veamos: las reboticas que existían antiguamente contaban con un mueble que contenía estanterías. En dichas estanterías se colocaban finos potiches de porcelana, también de cristal veneciano tallado y frascos finos en los que se guardaban las drogas de mayor valor con que contaba la botica. A este mueble se lo denominaba “ojo de boticario” ya que se suponía que allí estaba centrada –dado su valor- la mirada del mismo. Se imagina estimado lector el destrozo que ocasionaría arrojar un piedrazo en el aludido mueble. Con este dicho metafóricamente se denomina a la acción a emprender o emprendida que puede ocasionar u ocasiona un enorme daño.
Encontramos más dichos referidos a las boticas o farmacias como aquel que dice “dorar la píldora”. Anteriormente los boticarios preparaban los medicamentos en muchos casos con polvos lo que ocasionaba cierto rechazo al ingerirlos, sobre todo en los niños, ya que su sabor era amargo o desagradable. Para solucionar la cuestión comenzaron a dorar la píldora, es decir se lograba disimularlo evitando el amargor y con ello su ingesta se hizo más soportable. Se aplica este dicho por lo general cuando alguien da una mala noticia y trata de suavizarla o encubrirla. También se lo usa como sinónimo de engatusar. El diccionario define a este término como “ganar la voluntad de alguien con halagos y engaños”.
Información General – 16-02-22 – diariolaopinion.com.ar