Terminado de ser realizado por el relojero, un reloj fue puesto sobre una repisa, junto a dos relojes mayores que, muy ocupados, estaban marcando los segundos con su continuo tictac. Uno de ellos le dijo al recién llegado:
– A buen modo que te has iniciado en este trabajo; pero, lo siento por ti. Ahora estás dando tu tictac con mucho entusiasmo y, cuando hayas marcado treinta y tres millones de tic tacs, te cansarás.
El nuevo reloj asustado dijo:
– ¿Treinta y tres millones de tic tacs? ¡Yo jamás podré hacer eso!
Inmediatamente se detuvo desesperado y, en consecuencia, el otro reloj le dijo en ese momento:
– ¿Por qué prestas oídos a tales palabras? La cosa no es así… Eso es fácil. Lo único que en este momento tienes que hacer es dar un tictac; en seguida das otro, lo que es tan fácil como el anterior, y así sucesivamente.
El nuevo reloj gritó:
– ¡Ah! ¡Eso es fácil de hacer! Así que, ¡aquí voy!
Y, con nuevo entusiasmo, el reloj comenzó a hacer un tictac a la vez; sin pensar en las horas, minutos o segundos. Y sin darse cuenta de ello, al finalizar el año, había hecho 33.000,000 millones de tictacs.
Reloj importado de Alemania en 1950. Su función era centralizar todos los relojes del Hospital Alemán y, en caso de falla, automáticamente se compensaba en 0,05 segundos por el reloj en paralelo. |
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes; y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio