En las antiguas casas coloniales porteñas, la sala principal tenía ventana a la calle y era en la cual se recibía a las visitas. Luego seguía una sucesión de patios con habitaciones, cuya distancia con la puerta de calle tenía relación con la importancia de los habitantes dentro de la casa. En el último patio, el cuarto, residían los esclavos y se solían amontonar muebles en desuso y trastos viejos; era el patio trasero de la casa señorial.
El diseño arquitectónico fue común a toda la América española, por ello, cuando el desarrollo entre los Estados Unidos de Norteamérica y las repúblicas al sur del Río Bravo se hizo notoriamente desigual y la agresiva política exterior de la nación del Norte en paralelo con el afianzamiento de claros lazos de dominación económica con América Latina, se profundizaron esas diferencias. En el sub continente se hizo común un mote para la región, no exento de humor y realismo: el patio trasero del imperio estadounidense.
América daba sus primeros pasos de vida independiente. En l823, cuando aún se combatía en América del Sur contra los españoles, Estados Unidos proclama su célebre doctrina conocida como Monroe, mediante la cual proclama a América Latina zona de influencia norteamericana; “América para los americanos”. En la década de l830 los “marines” desembarcan en Guayaquil y en Lima. En l846, luego de años de actividades secesionistas llevadas a cabo por colonos norteamericanos, el territorio mexicano de Texas se proclama “independiente” y acto seguido se integra a la Unión, con el beneplácito del congreso norteamericano que envía tropas para garantizar el despojo. México es invadido y en poco tiempo pierde casi la mitad de su territorio: Texas, California, Arizona, Nuevo México, Utah, Nevada y porciones de Colorado y Wyoming pasan a control estadounidense.
La Conquista del Oeste lleva a EE UU a mirar al Pacífico y ya en el siglo XX interviene en la separación de Panamá de Colombia y se apropia de la zona del canal. Anteriormente Cuba queda bajo un virtual protectorado yanqui luego de independizarse de España y otro tanto sucede con Filipinas. En Panamá interviene en cuatro ocasiones más y también lo hace reiteradamente en República Dominicana, además de Haití, Nicaragua y Honduras.
La creación de la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la hegemonía estadounidense, reafirma la situación de “Patio Trasero”, según la opinión de quienes aspiran a una mayor independencia latina. La Segunda Guerra Mundial encontró a los países latinoamericanos como proveedores de materias primas a EE. UU y sus aliados y en algunos casos como Brasil y México, aportando combatientes.
La posterior Guerra Fría entre el bloque occidental y la Unión Soviética y el fantasma del comunismo, reafirmó la intervención del Norte en el continente y una larga saga de golpes de estado contaron con el beneplácito de Washington. La proclamación de Cuba como país socialista en l962, reforzó la tutela de EE.UU. Y la insurgencia armada de signo antinorteamericano en varios países, complicó aún más la situación regional.
Caído el bloque soviético y desaparecida la principal hipótesis de conflicto norteamericana, una ola de privatizaciones de la mano de gobiernos neoliberales recorrió el continente. Agotado ese modelo, gobiernos de otras tendencias se instalaron en la región, renegando de la condición de “patio trasero” de Norte América. La imagen, que años atrás era de uso difundido en las formaciones nacionalistas y de izquierda, en los primeros años del 2000 se generalizó a ámbitos ajenos a la política, tal el caso del músico Fito Páez que produjo un disco denominado Tercer Mundo, al que su autor calificó como “disco testimonial de ésta zona del planeta, de éste patio trasero”. La debacle económica del año 2001, en la Argentina se llevó puesto al gobierno de Fernando de La Rua.Y luego de una maratónica sucesión de presidentes provisionales, en 2003 el cruceño Néstor Kirchner asumió el gobierno nacional. En línea con los presidentes Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Lula Da Silva (Brasil), Pepe Mugica (Uruguay), Fernando Lugo, (Paraguay) y Hugo Chávez (Venezuela), Argentina pasó a integrar un fuerte bloque regional con eje en el Mercosur. El rechazo a la propuesta del presidente George Bush de integración al ALCA, marcó un punto de inflexión en la política del sur americano. Parecía que el “patio trasero” de la gran potencia nórdica, era cosa del pasado. Pero la ilusión duró lo que la región terminó de cambiar de signo ideológico, con los cambios presidenciales. A fin de 2019 cuando el liberal Mauricio Macri es derrotado por el justicialista Alberto Fernández, dio la impresión de que el ciclo progresista recomenzaba, poniendo en escena el eterno forcejeo de los países latinoamericanos para dejar de ser “patio trasero” y alguna vez, “pasar al frente”; metafóricamente hablando.
La pandemia Covid – 19 tendió un sombrío manto de dudas sobre las perspectivas de independencia económica y mayor autonomía política a corto plazo, de la región en sus relaciones internacionales.