A lo largo de la historia existieron dirigentes que recibieron mensajes del más allá, sobre todo de Dios que le marcaba la misión que él le encomendaba. Pero de un perro…? Esto supera todo lo conocido. El mesianismo al palo.
Un animal político es una frase de Aristóteles. Significa que el hombre se diferencia de los animales, entre otras cosas, porque vive en sociedades organizadas políticamente, en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor medida, con el objetivo de lograr el bien común: la felicidad de los ciudadanos.
Esta afirmación, como tal, es clave en el pensamiento filosófico de Aristóteles, pues plantea que el hombre no puede ser concebido fuera de su relación con el Estado en su condición de ciudadano.
Jamás Aristóteles hubiera imaginado que un animal, y ya no entre nosotros, haya sido el impulsor e ideólogo, del lanzamiento de Javier Milei a la política nacional.
“Mi gran fuente de inspiración es Conan, que me empujó a descubrir los límites de lo posible aventurándome en lo imposible. Y más allá también”, afirmó el candidato a presidente más votado en las pasadas PASO.
Conan era un mastín inglés, que murió, luego de una grave enfermedad, a fines de 2017.
Según cuenta Juan Luis González, en su libro El Loco, luego de la muerte del perro Milei cambió para siempre. Comenzó a hablar con el fallecido can a través de una médium que lo comunicaba con el más allá, un camino místico que iría profundizándose con el tiempo.
Luego, logró dominar el poder comunicarse con su perro muerto y no necesitó más de la médium. Así, la comunicación entre ambos se intensificó y ya no solo hablaba con su mascota, sino luego, el propio economista es el que comenzaría a mantener diálogos con seres muertos -como la filósofa Ayn Rand o el fundador del libertarianismo Murray Rothbard- e incluso con Dios, que le terminaría revelando que tenía para él “una misión”.
Más aún, sus actuales perros son clon de Conan, y llegaron los “nietitos”, como él los llama, todos con nombres de famosos economistas: Murray, por Murray Rothbard; Milton, por Milton Friedman; Robert y Lucas, por Robert Lucas, a quienes le dedicó el triunfo en la PASO.