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El Gaucho Rivero
Si se Trataba de Asesinos, Bastaba una Firma Autorizada para Colgarlos
El Gaucho Rivero

Antecedentes

En la memoria nacional abundan las personalidades que por distintas razones, no se las recuerda en su verdadera dimensión. Una de ellas es Antonio Rivero, el argentino que protagonizó una historia increíble durante la primera ocupación británica de nuestras Islas Malvinas.

Recordemos que el archipiélago se encuentra en el Atlántico Sur a más de 400 kilómetros del continente. Inglaterra está a 13.000 kilómetros. Lo forman cerca de 200 islas, islotes y peñascos.

Las islas más grandes son Soledad y Gran Malvina, separadas por el Estrecho de San Carlos. La ciudad capital es Puerto Argentino para nosotros y Port Stanley para los ingleses e isleños pro británicos. En 2019 tenía alrededor de 3.200 habitantes de 60 nacionalidades, sin contar el personal militar de la base construida después de la guerra de 1982.

Las islas fueron denunciadas por los españoles entre 1501 y 1540, existiendo registros náuticos de la época que lo confirman. Gran Bretaña se atribuyó el descubrimiento en 1592.

El nombre Falkland lo habría aplicado el inglés John Strong en 1690 al Estrecho de San Carlos, luego los británicos denominaron así a todo el archipiélago. Los franceses arribaron en 1764 y llaman a las islas Malouinnes o Malvinas. Fundan Puerto San Luis en la Isla Soledad y luego, un grupo de ingleses se instalan en la Gran Malvina. España protesta y Francia reconociendo los derechos hispanos se retira en 1767. A los ingleses se los debe desalojar por la fuerza con tropas llegadas desde Buenos Aires. Pese al desalojo vuelven a instalarse, retirándose en 1774. El control español desde entonces hasta la caída del virreinato en 1810, es permanente. La corona española había designado hasta entonces 20 gobernadores para las islas, dos de ellos, criollos. Luego, bajo soberanía argentina y hasta 1833, las Islas Malvinas tuvieron tres comandantes militares y un gobernador.

La Agresión Norteamericana

Desde 1820 el pabellón nacional flameaba en Puerto Soledad y en 1829, el gobernador – delegado de Buenos Aires, general Martín Rodríguez, crea la Comandancia Civil y Militar de las Islas Malvinas y Adyacencias, designando como su titular a Luis Vernet, empresario que desarrollaba actividades en la región desde 1826. El 30 de agosto de 1829 Vernet frente al centenar de colonos presentes, habría tomado posesión formal de las islas en nombre del gobierno de Buenos Aires; saludándose la bandera argentina con salvas de veintiún cañonazos y repartiéndose cintillos celestes y blancos. También se habían celebrado las fiestas patrias del 25 de Mayo y 9 de Julio. Entonces la zona estaba infestada de loberos y pescadores furtivos que además de violar leyes argentinas, solían desembarcar, robar ganado de las estancias y cometer atropellos contra la población. Vernet había advertido a los buques extranjeros mediante nota oficial, que no seguiría tolerando desmanes. Luego de varios incidentes con buques piratas, dos goletas estadounidenses que participaban de la caza ilegal, fueron apresadas y retenido el botín por orden del gobernador. Vernet se trasladó a Buenos Aires para realizar el trámite y también fue Gilberto Davison, capitán de la nave pirata Harriet. Este se quejó al cónsul yanqui, quien desconoció la soberanía argentina sobre las Malvinas. Entonces la corbeta de guerra Lexington anclada en el puerto porteño, puso rumbo a las Malvinas. El 28 de diciembre de 1831, la nave norteamericana arribó a las islas e izó bandera francesa para despistar a los pobladores. Cuando dos representantes argentinos abordaron el buque, fueron insultados y tomados prisioneros. La marinería agresora al mando del jefe estadounidense Silas Duncan, ocuparon Las Malvinas durante 22 días. Anularon la artillería costera, destrozaron sembrados, robaron viviendas particulares y dependencias oficiales y saquearon el almacén general. Tomaron rehenes e intimaron a los pobladores a abandonar el archipiélago. Cumplida la represalia por haber castigado a quienes violaron las leyes argentinas, Duncan se hizo a la mar. El terreno estaba abonado para lo que pasaría poco después.

El Gaucho Rivero y los Ingleses

La Invasión Inglesa

El 10 de septiembre de 1832 debido a que Luis Vernet se encontraba en Buenos Aires, es designado Comandante Civil y Militar interino del archipiélago, el Sargento Mayor de Artillería, Francisco Mestivier. Quien se hace cargo un mes más tarde. En Puerto Soledad estaba anclada la goleta de guerra argentina Sarandí, a cargo del teniente coronel Pinedo. Ese buque trasladó a Mestivier y desembarcó a algunos uniformados para brindar seguridad a los pobladores. El 2 de enero de 1833 una fragata de guerra inglesa llamada Clío, penetra en la bahía. El capitán de la nave extranjera conferencia con Pinedo y le informa que llegaba para tomar posesión de las islas en nombre de su rey. Pinedo fue intimado a arriar la bandera argentina. Después de algunos cabildeos, Pinedo decidió entregar las islas ya que su poder de fuego era muy inferior al del invasor.

Antes de partir, ofreció llevar consigo a los pobladores que desearan abandonar las Malvinas. Poco antes, el flamante Gobernador argentino Mestivier, había sido asesinado por varios soldados ( o desterrados) amotinados por presunto abuso de autoridad, cuando estaba ausente la goleta Sarandí con su jefe Pinedo. Fue así que el teniente coronel Pinedo antes de abandonar Puerto Soledad, designó gobernador interino al capataz Jean Simón.

Por su parte, el jefe inglés John Onslow habría designado gobernador delegado al ex piloto inglés de la goleta argentina, Mateo Brisbane; y encargó la custodia del pabellón británico al ciudadano irlandés (despensero de la isla), Guillermo Dickson. Vernet ya no retomó su gobernación. Sin duda, la agresión norteamericana había desquiciado la vida en las islas y allanó la posterior invasión inglesa.

El Gaucho Rivero

La Hora de Rivero

Recordemos que luego del ataque yanki la goleta de guerra Sarandí al mando de José María Pinedo, había desembarcado al nuevo gobernador interino Francisco Mestivier, junto a una veintena de soldados según una versión, o confinados, de acuerdo a otras. Cumplida esa tarea y afirmado el pabellón argentino en Puerto Soledad, Pinedo partió en misión de hostigamiento a pesqueros piratas que operaban en la zona. Volvió a puerto el 30 de diciembre de 1832, encontrándose con que siete de sus desembarcados, luego de matar al gobernador delegado, robaron armas, caballos y escaparon tierra adentro. Fueron capturados y encerrados. En esa circunstancia llegó la goleta inglesa Clío a las islas exigiendo la entrega de las mismas.

Entre los que no se habían dejado atrapar por los atacantes estadounidenses, ni emigraron bajo amenazas como hicieron otros, se encontraba un muchacho entrerriano de 26 años, Antonio Rivero. Había llegado unos años antes, con la colonización de Vernet y trabajó como pastor y esquilador en Puerto Soledad. Desalojada la autoridad argentina, el mando en las islas quedó en la precaria situación mencionada. Los trabajadores rurales siguieron cumpliendo tareas en los establecimientos, negociando su relación laboral con el otrora capataz de Vernet, Jean (o Juan) Simón. Este habría pactado un tiempo de trabajo a la espera de noticias de su patrón, aceptando las exigencias de los peones. Según algunas fuentes, los trabajadores solicitaban el pago de sus salarios en plata u oro, no en papel moneda; demanda aceptada por Simón. A su vez, hay evidencia de la participación del jefe inglés en ese compromiso. El plazo acordado para definir el tema habría sido de cinco meses. Simón no habría cumplido lo pactado alegando que los peones habían recibido dinero a cuenta. Paralelamente, se queja de su desamparo y la inexistencia de autoridad en las islas, luego del desalojo de los argentinos. Lo que sigue es confuso, ya que también existirían otras tensiones por causas ajenas a la discusión salarial. Simón fue un hombre clave, ya que era administrador de los bienes de Vernet pero también delegado del pirata inglés Duncan. Con ese panorama, el 26 de agosto de 1833 se produce una rebelión de peones capitaneados por Antonio Rivero. Dan muerte a Juan Simón, Guillermo Dickson, Mateo Brisbane y otros notables de las islas. La mayoría extranjeros con posiciones de poder y en buenos términos con el invasor británico. Algunas personas vinculadas a los ejecutados, se refugiaron en islotes, donde no fueron agredidos por los sublevados.

Cazadores de foca ingleses merodearon la zona pero sin comprometerse con lo que estaba pasando. Recién en enero de 1834 una nave de guerra británica se involucró en el conflicto.

El buque Challenger desembarcó 35 hombres en busca de los rebeldes. Fracasaron. El Challenger se alejó el 21 de enero, dejando 7 hombres en tierra. El día 10, los militares británicos repusieron su bandera que había sido arriada por los hombres de Rivero. Un nuevo desembarco invasor, aumentó la presión sobre los argentinos que finalmente fueron reducidos. Siguió luego un largo peregrinaje judicial y naviero, porque las distintas esferas del poder inglés no se decidían a sentenciarlos y se “pasaban” a los reos, de un lugar a otro sin que nadie se hiciera cargo. Hecho curioso, ya que si se trataba de simples asesinos, bastaba una firma autorizada para colgarlos. No fue así. Lo concreto es que finalmente Rivero y sus compañeros fueron desembarcados en Montevideo. Toda la documentación referida al tema, es de origen británico. Se dice que el hombre murió combatiendo contra el invasor inglés en Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845. Nuestro actual Día de la Soberanía Nacional.

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