¿Hasta qué punto resulta importante llegar el primero a la meta en una competencia en donde los más mortíferos y rápidos pilotos rivalizan encarnizadamente para llegar primero a la meta?
Hay una frase inmortalizada por el piloto de automovilismo argentino, don Juan Manuel Fangio, y penta campeón mundial: “Para llegar primero; primero hay que llegar”… Esta célebre frase es muy motivacional dado que podemos inferir en el concepto de que todos nuestros sueños se pueden llegar a hacer realidad, siempre y cuando tengamos el coraje de perseverar y perfeccionar nuestros intentos…
Si bien hay investigadores que creen que llegar primero, o temprano, o mismo llegar tarde no es más que un comportamiento psicológico, el ser primero tiene sus cosas buenas siempre que el objetivo no sea llegar a toda costa en primer lugar; el objetivo debe ser llegar de manera lícita a la costa de la verdad.
Si bien hay muchos que lo consideran una virtud, llegar primero no es trascendental; sí lo es saber llegar y, si se gana un premio, un reconocimiento, ¡mejor!
En una reunión, alguien le preguntó a un joven de 18 años: ¿Qué lugar ocupa Jesús en tu vida?, La respuesta del joven sorprendió a quien le había preguntado: «Jesús está en todas partes de mi vida, el primer lugar, el último y en todas las demás».
¿Qué responderíamos si nos hicieran la misma pregunta? ¿Podemos al menos decir que Él ocupa el primer lugar? ¿Qué no hacemos nada sin pedir Su permiso, Su consejo, Su bendición? ¿O tendremos el coraje de confesar que Jesús está lejos de nuestras prioridades?
Somos felices cuando Jesús camina siempre a nuestro lado. Somos sabios cuando decimos que no vamos a ningún lugar donde Cristo no pueda ir con nosotros. Somos prudentes cuando decidimos no salir o hacer algo antes de saber la respuesta de nuestro Señor y Salvador.
Cuando ignoramos a Jesús y actuamos de acuerdo con nuestros propios pensamientos e intereses, es casi seguro que nos arrepentiremos de esa decisión y lamentaremos por tan gran error.
Si nunca te han preguntado esto, es bueno que te lo preguntes ahora: ¿Qué lugar ocupa Jesús en tu vida?
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que la vida te sonría y te permita prosperar en todo, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
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