¿Y Cómo Sobrevivir a esas Personas que se Creen “Yo, Yo”?
Narciso, personaje bello y vanidoso de la mitología griega, era incapaz de amar a otras personas y, por ello, se murió por enamorarse de su propia imagen. Y fue justamente este quimérico quien inspiró el término narcisista. Fue Freud quien describió como una patología al narcisismo… En el mundo de los mortales, a lo que los psicólogos llaman narcisistas, les llamamos “yoístas”.
El «yoísmo» es un concepto que está relacionado con el narcisismo y el egocentrismo; y, si bien es un término que todavía no es reconocido por la RAE (Real Academia Española), ya forma parte del colectivo imaginario.
El yo-yo es uno de esos antiguos juegos considerados tradicionales y, también están las personas «yo-yó.
El yo-yo está formado por un disco de algún tipo de plástico, como también madera, o de otros materiales y, sea cual sea el material con que se lo realiza, posee una profunda ranura en el centro y alrededor de la cual se bobina o arrolla un cordón y que, una vez que se lo anuda a un dedo, se lo hace subir y bajar alternativamente. Este juguete posiblemente se le pueda incluir como una de las tantas estrategias de enseñanza que les permite a los estudiantes, sea dentro o fuera de las escuelas, desarrollar el máximo su potencial creativo, del mismo modo que con las bolitas, la pelota, la soga, el trompo, la mancha, el rango, el gallito ciego, la rayuela, etc.
Este “juguete” se cree que tiene su origen en China allá por el año 1.000 (A.C.); y, si bien no hay certeza de esto, se lo podría afirmar a partir de la idea lo extendido que estaba el yoyó chino (diábolo) por esa época.
El yoyo chino o diáboloes un elemento que se utiliza para el rendimiento acrobático, y con mucha fantasía y de manera agradable, aunque también se lo puede utilizar para el entretenimiento de los niños de manera diaria.
Ciertamente, se podría decir que, al actual yoyo moderno, lo inventó en el año 1920 el inventor norteamericano Donald Duncan.
Algunas de las figuras que se pueden hacer son Paseando el perrito (se lo hacer llegar al piso, avanza en el mismo y regresa), El dormilón (se lo baja, dejándolo rodar un instante y sube lentamente), El columpio (se deja deslizar el mismo, y luego de dar una forma de triángulo con la cuerda, se lo deja balancear en el centro de un lado al otro cual como un columpio. La media vuelta (movimiento de 90°), La vuelta al mundo (un giro de 180°). Además, están La bala de plata, Atomic Bomb, El fuego atómico, El kamikaze; todas estas otras figuras son hazañas para avanzados, dado que requieren, además de talento, mucho entrenamiento… Dominar el arte del yoyó puede resultar una bella extravagancia.
Que el “yoyo” quede como un juguete de la infancia, una de las etapas bellas de la vida que más nostalgia nos puede traer… Reflexionemos:
El yoyó es un juguete que lo componen por dos placas, o discos, conectados por un eje; por lo que, ¡evitemos ser egoístas!, y seamos consciente de que, si desarticulamos el egoísmo en nosotros, nos veremos beneficiados en nuestra salud, seremos más felices, potenciando el liderazgo en el ámbito laboral y, como fórmula mágica, ponernos en el lugar del otro para así entender sus necesidades, procurando proporcionar lo qué necesitan… Esto último, aplicado de forma notoria, única y relevante, es un servicio o forma de curar el yoísmo.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que la vida te sonría y te permita prosperar en todo, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
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