“Gulka en el Aire” es una novela corta, nivola, o historia desmedida realizada a cuatro manos, es decir entre dos autores del interior de la Provincia de Buenos Aires, Ana vive en Tandil y Cristian en Bahía Blanca. Este es el tercero de los libros que realizan a distancia, y mancomunados por una trama sin red. Cada día se publicará un capítulo diferente, son ocho capítulos, o nueve con uno tácito. Ocho días y un universo de papel.
La entrega será diaria, el camino múltiple y multiplicado dependerá de ustedes: los lectores.
Anticipo
“Gulka solo me va a decir “Buenas noches. Dulces sueños” y yo sé que entrará en mi mundo íntimo. Siempre se ríe de mi alter ego, y en ese momento mi universo se convierte en un big bang: el principio de todo. Y entonces sucederá que la calle de papel se llenará de enigmas y no sabré bien adónde ir. No solo llueve afuera, a veces llueve en mi alma.
Estoy en una realidad paralela que se expresa como Sísifo. Subo y subo la montaña de hojas, pero siempre resbalo y mi mundo cae como una piedra y todo regresa al primero de los peldaños, todo vuelve a comenzar: las preguntas, las suposiciones, la ausencia de respuestas, las tachaduras, la letra marchita, las pequeñeces.
Los que viven a expensas de un espejo penumbroso dicen conocerse poco. Yo no les creo. Conocen a Gulka más que a sus familias y a veces más que a sí mismos. Es que Gulka es tan popular y tan resbaladizo que da escozor. Encima dice conocerme, dice conocernos. Y eso me incomoda. No me gusta que se mimetice conmigo. Es ahí cuando me voy por la tangente, por un ángulo que me divide y de esa forma no me capta. Pero Gulka hace trampa y se cuela en mis pensamientos sin que yo le dé permiso.”
Fragmento de Gulka en el Aire de Ana Caliyuri y Cristian Cano