Las clasificaciones de los sufrimientos mentales favorecen las indicaciones farmacológicas pero oscurecen la comprensión y el abordaje del problema de la angustia.
La crisis de pánico tiene una aparición inesperada y recurrente, son ataques de miedo pavorosos o terrores con períodos de angustia anticipatoria leve, no refiere a enfermedades orgánicas, ni a factores tóxicos o síndromes de abstinencia. Tampoco a amenazas sobre un peligro real.
Los ataques están acompañados de síntomas somáticos y afectan también a la consciencia (hay mecanismos fisiológicos y psicopatológicos interactuantes sin base orgánica)
La psiquiatría se centra en el diagnóstico pero excluye la problemática de la subjetividad en juego.
La presencia de angustia pánica amenaza con desintegrar al Yo, lo que nos ubica en una problemática psicopatológica narcisista. Las características del momento social actual, que disuelve identidades puede ser un factor desencadenante de los desórdenes de pánico, actualizan una estructuración deficitaria del Yo. Freud adscribe a esta patología a la neurosis de angustia, la psiquiatría como trastorno por angustia con o sin agorafobia.
La angustia misma no se registra como tal, sino que modifica las funciones del cuerpo, del trastorno por ansiedad generalizada “espera angustiosa” que en ocasiones es somatizada.
Características de los trastornos de pánico:
* Capacidad de percepción introceptiva mayores que la habitual
* Percepción anticipatoria de descompensación
* Estado de conciencia alterada en la crisis
* Vivencia de muerte inminente
* Ansiedad anticipatoria (pánico al pánico)
* Poca capacidad de adaptación a situaciones nuevas
Origen de la palabra pánico: Dios Pan (Dios que debía proteger y que asustaba provocando terror a quien miraba)
En la fobia la angustia encuentra una ocupación. La aptitud para el miedo es una adquisición del desarrollo y es correlativa a la angustia. Cada miedo sin razón tiene su fuente en un modelo vivido o perpetuación de un efecto traumático. No hay miedo sin peligro, el fóbico reacciona ante un peligro externo que materializa el peligro interno pulsional, se organiza en tanto afuera para posibilitar una huida, así se circunscribe la angustia.
Con regularidad la fobia se instala con un ataque de pánico inaugural. El prólogo de la fobia es el pánico, miedo intenso, enloquecimiento y desorientación, en la fobia la angustia toma cuerpo en el miedo, en el pánico la angustia toma literalmente el cuerpo. El sujeto está en la soledad más intensa, pavor mortal, es una implosión. El objeto de pánico genera una invasión de algo que tendría que haber permanecido oculto y cuya existencia se volvió flagrante (cuerpo que habla con todos sus “sentidos”). No sólo se apodera del cuerpo, no hay otra cosa que el cuerpo, tormenta psicofisiológica que oculta una situación de desamparo, no hay forma de protegerse de este cuerpo desconocido. Es un estado de falta de ayuda en que el otro está ausente. Dolorosamente solo, se preocupa de sí mismo como cuando el niño cree que sus protectores se olvidaron de él.
La fobia es una escapatoria del pánico, se evita la repetición de ese momento de angustia, la angustia encontró refugio.
Lic. Sergio Saliche – Psicólogo REDBA