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Sidecar: “El Coche del Costado”
En Buenos Aires, los memoriosos recuerdan las motos con Sidecar utilizadas durante algunos años, por la Policía Federal Argentina
Sidecar: “El Coche del Costado”

Se estima que el creador del revolucionario vehículo fue el estadounidense G.W. Pressey, quien habría inventado la American Star, (una bicicleta), a la que luego adosó una silla monociclo, había nacido el Sidecar; bautizado “Kirk” en 1885.

Harley Davidson con Sidecar -1942 – Noticias 04-02-90

El Sidecar
En las películas de ficción y también documentales referentes a la Segunda Guerra Mundial, es frecuente ver poderosas motos con un vehículo monoplaza adosado en su costado; en general la moto era una BMW o una Zundapp modelo KS 750 con rueda motriz y una de auxilio en el pequeño vehículo que tracciona el motociclo.

Montada en el frente de aquel, una ametralladora de alta cadencia de tiro operada por el pasajero completaba el conocido cuadro. Pero el conjunto formado por la moto y el “carrito”, cumplieron múltiples tareas militares: exploración, correo, transporte de cargas livianas, enfrentar aviones de caza enemigos y hasta llevar heridos, sin distraer al conductor de la moto de su función esencial.

Su principal cliente fue la Wehrmacht, el ejército alemán durante el conflicto.

Zundapp fabricó en los años de guerra, 18.000 unidades para uso militar.

Llegada la paz, esos ejemplares tanto el rezago de guerra como la nueva producción de uso civil, rodaron por todo el planeta.

En Buenos Aires, los memoriosos recuerdan las motos con Sidecar utilizadas durante algunos años, por la Policía Federal Argentina y las fuerzas de seguridad de otras latitudes.

La denominación Sidecar (inglés), puede traducirse como “coche del costado”.

Se estima que el creador del revolucionario vehículo fue el estadounidense G.W. Pressey, quien habría inventado la American Star, (una bicicleta), a la que luego adosó una silla monociclo, había nacido el Sidecar; bautizado “Kirk” en 1885.

 Pese a que las comunicaciones a principios del siglo XX eran mucho más lentas porque así fue el ritmo de crecimiento de las tecnologías, en 1900 la empresa inglesa Oakleigh Motor Company, habría fabricado un Sidecar y tres años después también en Gran Bretaña, W.J. Graham patentó el invento con su nombre.

Un antecedente que merece mención: en 1893 y concurso mediante, en Francia es registrado el primer Sidecar que en lugar de la cabina metálica traccionada, porta sólo una silla sin cubierta protectora. El padre de la versión francesa fue Jean Bertaux.

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial involucrando en primera instancia, a los países más desarrollados de Europa y también al Imperio Otomano y Japón, conflicto al que en 1917 se suma Estados Unidos. Como toda gran conflagración, la búsqueda de tecnología más moderna para uso militar aceleró una nueva ola de inventos; la moto y el Sidecar encontraron también su lugar en las trincheras. Así fue que la firma Harley Dadvison en 1915 fabricó su primer Sidecar para uso bélico.

Las bondades de la moto y el “carrito” demostradas en la guerra, estimularon su producción en distintos países, con fines múltiples.

En el período de entreguerras (1918 – 1945) la industria del transporte avanzó de manera significativa. Las motos no fueron ajenas a esos cambios.

Superada la guerra más devastadora de la Historia y debido al estímulo económico estadounidense (Plan Marshall) para la Europa en ruinas, en la década de 1950 la industria del Viejo Mundo comienza su recuperación. Son años de consumo masivo de una población ansiosa y en materia de transporte privado, los rezagos de guerra de los vencedores y lo que quedó de los vencidos se ofrecen a bajo costo; por ejemplo, los Jeep estadounidenses y las motos con Sidecar de ambos bandos.

Florecen los pequeños automóviles de uso familiar (Isetta, Heinkel, De Carlo y el curioso “Ratón Alemán”) y también las motos con Sidecar de nueva manufactura.

Diseñadas para uso civil, es interesante el modelo de la italiana “Vespa” (avispa) con algunos detalles que lo alejan de sus antecesores militares; por ejemplo, por el escudo de vidrio elevado que protege al conductor y también competía en el mercado, la precursora BMW.

En ese “festival” de ofertas para la floreciente clase media occidental, desembarca en el mercado argentino la francesa “Gnome – Rhone” con motor de dos tiempos (125 cc. de cilindrada) y que podía contar con Sidecar de chasis importado, con carrocería fabricada por la firma nacional Motor Line, que además ofrecía repuestos y accesorios para todas las marcas de motos, motonetas y motofurgones.

En esa expansión mundial de las motos de uso civil y en muchos casos secundadas por el Sidecar, vale destacar la mexicana ISO confeccionada en fibra de vidrio, material que luego tuvo uso en vehículos múltiples, incluyendo embarcaciones.

En 1965 salió de la fábrica alemana Steib, la última unidad del histórico proveedor de BMW.

En la actualidad quienes quieren poseer una Harley Davidson o una BMW sola o con Sidecar, son los nostálgicos de aquellas máquinas que hicieron historia. De más está decir que las motos con o sin Sidecar producidas en la Segunda Guerra Mundial, son valiosas piezas de colección muy cotizadas en ese exclusivo mundo de conocedores.

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