“Sin embargo la persona que logró llevarme a un lugar donde nunca pensé que iba a estar fue la poesía. Y sí digo persona, porque me niego a pensarla como un ser intangible, a deshumanizar de esa manera cuando sus letras son más que humanas”. Escribí este fragmento en un ejercicio de escritura creativa hace ya dos años, y hoy sigo viéndolo de esa manera. O mejor dicho la sigo viendo así a ella, como un sustantivo propio que se desprende de cualquier escritorx.
Calor de batería
El celu
la compu
la tele
o en realidad
los celus
las compus
y las teles.
Una historia por instagram
una llamadita por skype
una música compartida por spotify
un te amo por whatsapp.
Una indirecta por twitter
un archivo por mail
una foto por snap
¿se seguirá usando snap?
un te amo por whatsapp.
Aun así me siento sola
y sé que vos también.
Porque no hay red social
no hay pantalla
pixel uno al lado del otro
que me abrace
como lo haces vos.
No hay compu
que me roce la mejilla
y me diga
“che, todo va estar bien”.
No hay pelea válida
si después
no puedo mirarte a los ojos
y pedirte
perdón.
Sabor amargo
Como tu historia
como al dulce de leche.
Bien espesa
empalagosa
difícil de digerir
interminable
ajena.
Pero, ¿si un día se acaba?
¿Si simplemente ya no hay más?
¿Que voy a comer?
Ya sé,
voy a morir
de hambre
o de pena.
Pero si solo supieras,
Que me guardo el pote por nostalgia.
Si el perro no mueve la cola
Che, amigo
¿Cuánta felicidad
decís que entra
en la cola de un cuatro patas?
¿De un pichicho, decís?
Sí, sí de un rope.
La suficiente
como para que un malcogido
vaya y apenas nace
se la corte.
¿A la cola?
A la felicidad.
Fotos y Poemas de Guadalupe Rapetti