Segunda y Última Época
En el lento apagón que la década de 1960 trae para la historieta como fenómeno de masas (en 1963 deja de salir Misterix), apenas sobreviven las revistas de Columba, en la que hay que destacar “Nippur de Lagash” de Robin Wood en D’Artagnan; Billiken, Anteojito, Patoruzú y derivados, las de Disney con distintas procedencias, las españolas,algunas chilenas, mexicanas y unas pocas más. Pero orillando 1970 se registra una suerte de florecimiento acotado. Quino (Joaquín Lavado) alumbra su Mafalda. En 1971 en Córdoba, aparece Hortensia, dirigida por Alberto Cognini; ofreciendo un humor costumbrista, inteligente y muy bien ilustrado. En sus páginas descubrimos a Boogie El Aceitoso y el Inodoro Pereyra (Roberto Fontanarrosa), a Crist y otros importantes autores. Con la primavera democrática de 1973 aparece “Satiricón”; dirigida por Andrés Cascioli, con un humor grueso y la sátira como eje, se convierte en un “boom” editorial. En esa misma línea pero aggiornadas a los furores dictatoriales que siguieron, sobreviven sucesivamente Mengano, Chau Pinela, El Ratón de Occidente y Humor Registrado. Esta última dirigida también por Andrés Cascioli, se publicó entre 1978 y 1999, marcando una época del humor gráfico y del periodismo escrito. Por sus páginas desfilaron Viuti, Tabaré, Horacio Altuna,
Rep, Garaycochea y otros destacados colaboradores. Las tapas de la revista dibujadas por Andrés Cascioli fueron en sí mismas, piezas únicas de humor y talento.
Frente a la crisis de las revistas, muchos historietistas pueblan las redacciones de los diarios; que siempre fueron otro nicho importante del género. Entre 1980 y 1989 Clarín publica en su contratapa la tira “Teodoro y compañía” de Viuti, retomando el costumbrismo porteño. Crist hace sus viñetas en el mismo espacio igual que Fontanarrosa, a los que hay que sumar “Clemente y Bartolo” de Caloi (luego Bartolo devorará en protagonismo a su partenaire), “El Loco Chávez” de Trillo y Altuna y “Diógenes y el Linyera” dibujado por Tabaré, con guión de Guinzburg, Abrevaya y Héctor García.
Por su parte, Alberto Breccia continúa publicando. “Mort Cinder”, adaptaciones de Lovecraft con guión de Buscaglia, “Un tal Daneri”, “Sherlock Time”, “Perramus” (guión de Juan Sasturain) y otros trabajos, honrando lo mejor de la ilustración del género. Distintas recopilaciones editadas por Colihue y Ediciones Record, en muchos casos con guiones de Oesterheld, mantienen sus obras al alcance de los lectores. Breccia murió el 10 de noviembre de 1993. Desde entonces y en homenaje a su memoria, en la Argentina es el Día del Dibujante. En 1998 el Grupo Editorial El Imaginador lanza entre sus títulos más destacados “El Sueñero” de Enrique Breccia; una zaga magistral, tanto en el dibujo como la originalidad de sus argumentos.
Con la apertura democrática en 1984 aparece Fierro; (originalmente Fierro a Fierro) editada por La Urraca. Retomando la mejor tradición local, pero con nuevos aportes en autores e ideas, la revista marcó lo mejor de esa etapa hasta su desaparición en 1992. En 2006 aparece como suplemento del diario Página 12 hasta 2017, siguiendo con apariciones periódicas en ese medio. Desde el año 2020, se publica en formato digital en el sitio El Destape. En el año 2021 y pandemia mediante, la virtualidad se perfila como el escenario más realista para el desarrollo y permanencia de la historieta. Pero esa será otra historia.