¿Qué adolescente conviviendo con sus padres, no soñó muchas veces con independizarse?
Algunos pudieron (y pueden) irse a vivir solos tempranamente; para otros implica grandes sacrificios y en muchos casos, están condenados a la convivencia obligada hasta conseguir la emancipación económica. Siempre está el atajo de convivir en pareja o compartir el alquiler con otra persona de confianza. Pero no es lo mismo. Cuando se vive solo, puertas adentro no se rinde cuentas a nadie. Es en esta condición cuando la vivienda permanente se mezcla con la idea de “bulín”. Contribuye a la confusión, la carga afectiva con que el morador define muchas veces su casa. “Mi bulín”… “el bulincito”, a lo que se suma el rol que amigos y allegados le otorgan a la vivienda del hombre o la mujer que habitan solos.
El origen del sustantivo en cuestión se pierde en el tiempo y en la geografía. Algunos estudiosos vinculan nuestro porteñísimo “bulín”, a un vocablo dialectal italiano que significa cama. Si concluímos que el primitivo bulín porteño tenía fama de refugio erótico, es razonable ésta última versión, considerando la inmigración itálica masiva entre fin del siglo XIX y buena parte de la centuria pasada.
Aceptando el probable origen incierto y anónimo del vocablo, sigue vigente en el siglo XXI la idea de que se trata de un habitáculo chico, por lo general para gente sola. Una pieza, habitación, cuarto, bulo o “cotorro”; hermano lunfardo del bulín El sentido de pieza de soltero o lugar de encuentros amatorios circunstanciales, con el paso de los años no desapareció del todo. Varios tangos muy populares lo retratan. “El bulín de la calle Ayacucho” es tal vez la pieza que con mayor fuerza difundió la imagen del bulín.
“El bulín de la calle Ayacucho
que en mis tiempos de rana alquilaba.
El bulín que la barra buscaba
pa’ caer en la noche a timbear”.
Con letra de Celedonio Flores y música de José y Luis Servidio, data de 1925. En su letra se aprecia que no era sólo “catrera”, sino también lugar de encuentro entre amigos y refugio para quien andaba en la mala. Es un “bulincito tirado / en el fondo de aquel conventillo” del que da cuentas la letra; sin dudas se trataba de un paradero “misho”, sin pretensiones. La cantidad de conventillos que florecían en el Buenos Aires de aquella época, permitían conseguir fácilmente un bulín al alcance de muchos bolsillos sin pretensiones. Seguramente hubo bulines en edificios de departamentos como los hay en nuestros días, pero esos refugios de clase media no hicieron historia.
Internándonos en algunos bulines de lujo que sí registra la memoria popular, tango mediante, está el de Corrientes 348. El que inmortalizó el tango “A media luz”, de Carlos Lenzi y Edgardo Donato. Uno de los más conocidos y ejecutados a nivel mundial. Su letra describe un ambiente sensual, sofisticado, con detalles cuidadosamente elegidos para facilitar la fiesta amorosa.
“Hay de todo en la casita
Almohadones y divanes
Como en botica, cocó.
Alfombras que no hacen ruido
y mesa puesta al amor”.
El “Pisito que puso Mapple”, la mueblería británica más famosa del Buenos Aires de aquellos años que cuenta el tango, contrasta fuertemente con el bulín conventillero, adornado con láminas de almanaque, un calentador Primus para el mate, baño compartido y muchas veces, una vela por única iluminación. Ambos fueron bulines; el de Corrientes 348, una garconniere de alto vuelo, que en ese sitio nunca existió, y el del conventillo desparramado en múltiples tangos. Los dos perdurarán en la memoria popular. En el siglo XXI y pandemia covid – 19 mediante, los bulines siguen gozando de buena salud.
Testimonios
Bulín: Lunf. Aposento, cuarto, habitación. Del ital. jergal bolín y bulín: cama:
(«… ella y yo vamos a voronar un bulín muy a la gurd!».
Juan Fontanella
La forma bolín aparece en: «Estando en el bolín poliyando (durmiendo) / Se presentó el mayorengo: /»A portarlo en cana vengo, / Su mina lo ha delatado.»
Los Beduinos Urbanos – Benigno Lugones
“Un locutor retirado se construyó en Rosario una radio de frecuencia modulada que es un “boom” de la ciudad y sus alrededores. Funciona “en su bulín”, pero tiene alcance fuera de los común. No está registrada, pero su conductor tampoco teme…”
Diario Clarín – 26-08-84
Corre, desde la década de 1950, la forma festiva bulo:
«… chalaba a la sofaifa pa llevársela al bulo.»
Javier Menutti – Lunfarcosas
Lindo bulo tenés –dijo Carucha. –Me fue bien en al vida, no puedo quejarme… Pero no seas gil, no es mío, este es de una amiga que debe estar bailando. No, Carucha, todavía no llegué: cada vez que miro este bulín me acuerdo de un amigo, que dijo al entrar en un piso parecido: en la lucha contra la subversa jamás entré a un lugar así, tenía que meterme en cada cueva que… Decía: si me tocaba un bulo así hacía un desastre, no dejaba ni un bronce.”
Partes de la Inteligencia – Jorge Asís – Puntosur Srl – 1987
“Tiene un campito de cinco mil hectáreas en el Departamento de Río Negro: dos departamentos en Punta del este, “uno en la parada 2, el otro en el edificio British House, a una cuadra de la Gorlero”; tiene un bulo en Buenos Aires, en Junín al 500, “se lo alquilo a un taxista”; otro bulo en Río de Janeiro, un B.M.W., negocios varios y, sobre todo, una agria soledad.”
El Buenos Aires de Oberdan Rocamora – Jorge Asís – Losada – 1981
Bulín
Una catrera rante compadreando
en el ángulo norte del bulín,
y sobre ella un San Judas campaneando
la miseria de aquel piringundín.
Una mesa de pino en un costado,
un cajón que las va de aparador,
una silla de asiento desfondado
y otra silla «fané» pero mejor.
Yendo pa’l lao del Sud, como quien dice,
pa’ que en él la mancada no aterrice,
una colcha tirándose a «placcar»
que oculta un traje negro, un funghi claro,
un par de caminantes y el sparo
de un vestido de baile verde mar…
Celedonio Flores – Antología Poética
Jorge Mario Cassanello – Artista Plástico
Nació en Quilmes, Pcia. de Buenos Aires, en 1945.
Desarrolla actividad artística en el país y el exterior. Se encuentran obras suyas en colecciones privadas en Argentina, EE.UU., Suiza y Rumania. Muestras individuales: Galería Soudán, Buenos Aires, 1986; Museo Nacional de Artes Visuales, Quilmes, 1992; Academia Porteña del Lunfardo, 1996; Galeria de Arte de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.); 1999; International Art Exhibition, San Diego, California, 1999. Desde 1967 participa en muestras colectivas en diversos lugares del país. Premios obtenidos: Primer premio pintura, Salón Arte Sacro, Galería Núcleo, Bs. As. (1997); Primer premio pintura, Tercer Encuentro Tango, Museo «Antonio Ballve», Bs.As. (1998); Primer premio pintura, Salón Nacional de pintura, Galería Núcleo de Arte, Bs. As. (1999). Primer premio dibujo, Salón Pequeño Formato; Primera mención XVII de Tango «Sig. Pastor», Municipalidad de V. López, Bs. As.