Muchos antes de que casi todos los cantores populares le dedicaran un tema a la nacionalidad, los mismos músicos de la Guardia Vieja escribían temas a los que titulaban con fechas fundamentales de la Patria.
En plena Avenida de Mayo, una banda se dispone a estrenar una obra de un autor argentino, el mismo que se ubica al frente de los músicos para dirigir sus propias notas, encendidas de fervor patriótico.
Es Alfredo Bevilacqua, que da a conocer así uno de sus tangos memorables: “Independencia” –(Instrumental). Este hecho puede considerarse como símbolo de una época en que el tango iba dejando de ser la música proscripta del 900. Ese tango homenajeaba a la Patria, y un ejemplar de esta obra era obsequiado a la Infanta Isabel de Borbón, que visitaba nuestro país con motivo de las fiestas del Centenario. El mismo Bevilacqua escribiría en aquel tiempo “Reconquista”, “Primera Junta” “Cabo Cuarto” y “Emancipación”, dedicado este último al aniversario de Chile.
Según admitiera José Luis Padula a los hermanos Bates en su “Historia del tango”,”9 de Julio”- de 1908- fue su primer tango. Pasaron ocho años para que lo editaran. Y algunos más para que tres autores diferentes (Ricardo M. Llanes, Eugenio Cardenas y Lito Bayardo) le agregaran letras diferentes.
Nueve de Julio
Sin un solo adiós
dejé mi hogar cuando partí
porque jamás quise sentir
un sollozar por mí.
Triste amanecer
que nunca más he de olvidar
hoy para qué rememorar
todo lo que sufrí.
Lejano Nueve de Julio
de una mañana divina
mi corazón siempre fiel quiso cantar
y por el mundo poder peregrinar,
infatigable vagar de soñador
marchando en pos del ideal con todo amor
hasta que al fin dejé
mi madre y el querer
de la mujer que adoré.
Yo me prometí
lleno de gloria regresar
para podérsela brindar
a quien yo más amé
y al retornar
triste, vencido y sin fe
no hallé mi amor ni hallé mi hogar
y con dolor lloré.
Cual vagabundo cargado de pena
yo llevo en el alma la desilusión
y desde entonces así me condena
la angustia infinita de mi corazón
¡Qué puedo hacer si ya mis horas de alegría
también se fueron desde aquel día
que con las glorias de mis triunfos yo soñara
sueños lejanos de mi loca juventud!
Tango – 1908
Música: José Luis Padula
Letra: Lito Bayardo
Padula, montado en su éxito, compuso una obra llamada “25 de Mayo” (y Lito Bayardo una ranchera homónima), que quedaron lejos de la gloria de la obra original.
25 de Mayo
Buenos Aires que fue del Virrey
Pintoresca ciudad colonial,
Con tus patios de lilas, glicinas
Y tus charlas debajo ´el parral.
Mi romántico sueño te ve
A través de la nueva ciudad,
Con tu viejo boliche en la esquina
Y tus negros, allá en Monserrat.
Tu plaza reunió
Patriotas de ley…
Tu pueblo pidió:
“Abajo el Virrey”.
En esa mañana
De mil ocho diez,
Ciudad colonial
Ciudad del ayer.
¡Ah, siglo feliz!
Que el tiempo llevó,
Hoy vuelve otra vez
Tu estampa ya gris,
De cuando el Cabildo
Sus puertas abrió
Aquel 25 de mil ocho diez…
Porteñita de la Catedral
Que hoy mis sueños de nuevo te ven,
Con tu rosa y triunfal miriñaque
Al salir de la “misa de diez”.
Oh, las noches de mi recordar
Cuando afuera se oía el retén,
Y en los patios los mates de plata
Entibiaban las charlas de ayer…!
Tango –
Letra: Enrique Cadícamo
Música : José Luis Padula
En estos tiempos, el pianista de Guardia Vieja Arturo Bevilacqua se convirtió en un especialista en tangos patrióticos. Sus obras fueron “Independencia”, “Emancipación”, “Reconquista” y “Primera Junta”.
Pascual de Gullo compuso en 1916 el vals “9 de julio”. Domingo V. Lombardi escribió el gato “El sol del 25”, grabado en 1917 por el dúo Gardel- Razzano.
El Sol del Veinticinco
Ya el sol del veinticinco
viene asomando,
ya el sol del veinticinco
viene asomando
y su luz en el Plata
va reflejando,
y su luz en el Plata
va reflejando.
(Recitado)
¿Oído? Ya lo anuncia la voz del cañón,
icemos a tope nuestro pabellón.
Y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas.
«¡Viva la Patria!» se oye
y el clamoreo,
«¡Viva la Patria!» se oye
y el clamoreo,
hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo,
hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo.
(Recitado)
Al pueblo y al gauchaje
hace el entusiasmo temblar de coraje.
Y hasta parece
que la estatua ‘e Belgrano
se estremeciese.
Al blanco y al celeste
de tu bandera,
al blanco y al celeste
de tu bandera,
contempló victoriosa
la cordillera,
contempló victoriosa
la cordillera.
(Recitado)
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler y otros grandes.
Y ya, paisanos,
fueron libres los pueblos
americanos.
Gato
Música: Santiago Rocca
Letra: Domingo Lombardi
En 1924 Vicente Greco compuso “Patria”, que grabó Carlos Gardel.
“Argentina, Patria amada/ desde lejos con profunda/ y reverente devoción,/ te saludo conmovido/ y de mi pecho protesta/ dulce mi nostálgica canción”
Un año después, Eugenio Cardenas y Guillermo Barbieri escribieron el estilo “Salve, Patria”.
Salve Patria
Salve, patria de titanes
que se alzaron, arrogantes,
a los acordes vibrantes
del himno de López-Planes.
Quiero patria, en mis afanes
de cantar tu bizarría,
poner en mi alma bravía
que las verdades no teme
las bravuras de tu Güemes
y el verbo de Echeverría.
Patria que, en mayo, tu anhelo
de libertad coronaste
y que tu enseña elevaste
majestuosa frente al cielo.
Quiero cantarle a tu suelo,
donde el brazo proletario
abre los surcos a diario
con su pujante entereza,
como honrando la riqueza
de tu suelo hospitalario.
En el sonoro cordaje
de esta guitarra querida,
va un pedazo de mi vida
como un lírico homenaje.
Hoy te brindo mi lenguaje
que en la estrofa se engalana,
porque eres la soberana
patria que su amor reparte
y elevas el estandarte
de tu gloria americana.
Estilo
Música: Guillermo Barbieri
Letra: Eugenio Cárdenas
Durante ese 1925, Gardel registró un disco que no publicado, cuya muestra pertenece a la colección del investigador Ángel Olivieri. El tema es la marcha “Adelante” con letra de José Barros y música de Emilio Iribarne:
Agustín Magaldi grabó el gato “A Mi Bandera”
y Alberto Vila, a dúo con Roberto Díaz, hizo lo mismo con “La canción de la Patria”
Antonio Scatazzo compuso en 1928 “Viva la Patria”, que estrenó, con letra de Alberto Vaccarezza, en el sainete “El Sargento Peñaloza”, estrenada en el teatro Smart. Ansel mo Aleta y Francisco García Jiménez compusieron un tango homónimo en los días posteriores al golpe de estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen.
Viva la Patria
La niebla gris rasgó veloz, el vuelo de un adiós
y fue el triunfal amanecer de la revolución
y como ayer, el inmortal mil ochocientos diez,
salió a la calle el pueblo radiante de altivez.
Ver un extraño el opresor cual de un siglo atrás,
pero en el mismo el pabellón que quiso arrebatar,
y al resguardar la libertad, del trágico malón
la voz eterna y pura por las calles resonó:
¡Viva la patria y la gloria de ser libre!
¡Viva la patria que quisieron mancillar!
Orgulloso de ser argentino,
al trazar nuestros nuevos destinos,
¡viva la patria, de rodillas en su altar!
Y la legión que construyó la nacionalidad,
nos alentó, nos dirigió desde la eternidad,
entrelazados vio avanzar la capital del sur,
soldados y tribunos, linaje y multitud.
Amanecer primaveral de la revolución,
de tu vergel, cada mujer fue una fragante flor
y hasta tiñó tu pabellón la sangre juvenil,
haciendo más glorioso nuestro grito varonil.
Tango
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez