Cuando la Sabiduría Popular se Transforma en Ciencia
El profesor Felíx Coluccio explica que es el Folklore como ciencia, que condiciones debe reunir un hecho cultural para ser considerado folklórico y que es lo que se ha hecho en nuestro país y en el exterior en esta materia.
-¿Qué es el Folklore?
-Empecemos por decir que es una ciencia y como tal, es un fenómeno trascendente que trata de indagar sobre determinados hechos culturales que se producen y se produjeron tanto en las comunidades antiguas como en las contemporáneas.
El Folklore tiene sus orígenes en las épocas más remotas, pero como ciencia arranca desde 1846, cuando el inglés William John Thoms la determina con precisión, para separarla de otras ciencias y disciplinas, como ciencia folklórica. A partir de allí, todos los pueblos nos entendemos con lo que es el Folklore. Este término, inventado por Thoms, fue publicado por primera vez en 1846 en la revista “The Atheneaum”. Luego fue aceptado internacionalmente, respetando su escritura, salvo en Brasil y Portugal, donde no existe la letra “ka” y se escribe “Folclore”
-¿Cuándo inició la investigación folklórica?
-Y…Ando en esto desde hace más o menos 45 años. Yo era profesor adscripto en la cátedra de Geografía Humana. Y, los hechos de la geografía humana, de alguna manera, están próximos a los fenómenos folklóricos.
-¿Qué condiciones debe reunir un hecho cultural para ser considerado folklórico?
-Debe ser anónimo, popular, vigente, debe tener tradicionalidad y por consiguiente, cierta antigüedad, que se estima aproximadamente en cien años. Además, debe haber surgido en la comunidad “folk” o campesina. De este modo, el tango, por ejemplo, puede ser considerado folklórico, a pesar de que hay muchos movimientos que no consideran como tal. Eso no quiere decir que el tango sea mejor o peor que los fenómenos folklóricos comunes. El tango es un hecho sobresaliente de nuestra cultura popular.
-¿Qué diferencia hay entre mito cuento y leyenda?
-Ah, eso hay que explicarlo muy bien. La verdad es que a veces se nos hace difícil hacer una separación entre los tres fenómenos folklóricos. Dice Smith Thomson, es una monografía sobre el mito, que es posible que una narración que en un lugar es simplemente un cuento folklórico en otro sea considerado un mito. Los mitos folklóricos son meramente narrativos, carecen de proyecciones cosmogónicas y no integran la concepción del mundo del pueblo.
En cuanto a las leyendas, constituyen el aspecto más interesante del folklore literario en todo el mundo. Todas ellas relatan hechos que, se cree, han ocurrido en épocas remotas e inciertas. Por eso es un error llamar leyendas a la Salamanca o el duende. Esas son supersticiones y creencias.
-¿La ciencia folklórica tiene sus métodos de investigación propios?
-Si, como toda ciencia, el folklore tiene sus propios métodos de investigación. El más importante que utilizamos aquí, en nuestro país, es el método integral, elaborado por el doctor Augusto Raúl Cortázar, verdadero sabio que hemos tenido la desgracia de perder en 1974.
Este método arranca desde el origen, desde los aspectos geográficos y prehistóricos, con el estudio de las razas dominantes, su evolución hasta nuestros días y, sobre eso, el asentamiento de los hechos culturales que son los fenómenos folklóricos. Por eso se llama método integral. Y en cuanto a las ciencias que le brindan su aporte, casi todas, la geografía, la historia, la psicología, la sociología.
-¿En qué instituciones del país se brinda formación folklórica de nivel superior?
-En este momento creo que los pilares que hay son la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad nacional de las Arte – UNA, de donde se egresa como profesor de danzas folklóricas y Folklore. Se lo escribe con mayúscula cuando es ciencia, pero, cuando escribimos folklore con minúscula nos estamos refiriendo al fenómeno o hecho folklórico.
-¿Cuántas provincias argentinas recorrió?
-Todas. Y hasta he estado en la Antártida.
-¿Cuál es la leyenda que más le agradó?
-No se puede hablar de gustos, ya que no se trata de algo emocional. El estudio es una cosa analítica. Hay leyendas que son más profundas, más elaboradas, como la de kakuy que recoge Ricardo Rojas en su libro “El país de la selva”. Yo tengo registradas más de 150 y hay algunas que son ingenuas, otras que no son tan simples.
-¿El Folklore argentino está vinculado con el resto de América?
-Si, por supuesto que lo está. Hay leyendas comunes, mitos comunes, creencias idénticas, supersticiones, vestimentas, cantares, copias. Eso se explica por la conquista española, que disperso sus propios fenómenos folklóricos por todo el continente. Aquí tomaron características propias y prosiguen algunas hasta nuestros días.
-He visto que es mucho más rico el Folklore de cualquier país subdesarrollado o en vías de desarrollo que el de países altamente industrializados. ¿Cree usted que el subdesarrollo es el mejor medio ambiente para el folklore?
-Claro, porque la industrialización presupone todo un complejo humano con todas las posibilidades que hacen que esa comunidad se aleje toralmente de lo que es una comunidad folklórica o “folk”, entonces, el folklore no sobrevive. Justamente la ciudad es enemiga de todo fenómeno folklórico. Enemiga en el sentido de que no lo deja prosperar, pero disfruta de algunos fenómenos como el canto y la danza, y de todo aquello que tenga valor positivo.
-El público conoce muy poco del tema
-La gente cree que Folklore es tocar la guitarra y hablar de “Los Chalchaleros” o del “Cuarteto Zupay”. Pero esto es una cosa mucho más profunda, mucho más seria. ¿Se acuerda de Huerque Mapu y Anacrusa? Muy buenos, porque tienen un gran fundamento. Y algunos otros, integrados por estudiosos del tema, que están en el Folklore a través de una investigación profunda de las cosas y a partir de allí hacen las composiciones.
-¿Un investigador de Folklore debe ser nacionalista o americanista?
– Un investigador de Folklore deba ser universalista.
-¿Cree que sería positivo incluir el Folklore en los programas de enseñanza, pero crear esa conciencia nacional que no tenemos?
-Sí. Por supuesto. Es fundamental. Es lo que debería hacerse, pero desgraciadamente no hay quien ponga en práctica la enseñanza del Folklore.
-¿Qué me puede decir de la herencia literaria recibida de los antiguos habitantes de nuestro territorio, los indios?
-Hemos recibido una importantísima herencia literaria de guaraníes, quechuas, mapuches. Eso está todo recopilado y es bastante conocido.
Pero aquí cabe destacar la diferencia que existe entre Folclore literario y literatura folklórica.
Porque el Folklore literario es el auténticamente anónimo, que se da en el seno del pueblo y se transmite oralmente de generación en generación. Cuando los escritores toman el Folklore, lo recrean y lo proyectan en sus obras, entonces podemos hablar de literatura folklórica. Por ejemplo, son Folklore literario dos obras que heredamos de los mayas: el Popol Vuh y el Chilam Balam.
-¿Hay Folklore en la plástica?
-No. No hay Folklore en la plástica. Esas son proyecciones folklóricas. El artista proyecta en su obra aquellas experiencias que le brinda el Folklore. También son proyecciones folklóricas aquellas zambas, gatos, chacareras, todos aquellos temas que tienen autor conocido, que no son anónimas, como podría serlo la “Zamba de Vargas” que si es folklórica porque no tiene autor reconocido.
-¿Nuestro Folklore ha recibido aportes de esa importantísima afluencia inmigratoria que se produjo en nuestro país hasta la década del ‘30?
-La inmigración ha influido mucho en la cultura popular, pero no en el Folklore. Los fenómenos folklóricos son una cosa pura, absolutamente autóctona. No es lo mismo cultura popular que Folklore. Yo puedo llevar una orquesta sinfónica para que actúe en un estadio de futbol y estoy creando un fenómeno de cultura popular, pero no es Folklore.
-Hay un culto que me interesa mucho: San La Muerte
-El culto de San La Muerte tiene su área de dispersión en Chaco, Formosa, Corrientes y un poco también en Misiones. No tiene fecha especial pero hay tres días que le son propicios: el Viernes Santo, el Día de Todos los Muertos y el 15 de agosto. Se rinde culto a imágenes de no más de diez centímetros, hechas en hueso, madera, plomo y aun con huesos humanos. No lo registra ningún santoral y estamos frente a un culto pagano, a una superstición que forma parte de nuestro Folklore negativo.
Nuevo País – Segunda Quincena de Febrero de 1984 – Ana María Garrido
La Comunidad Campesina: Cuna del Fenómeno Folklórico
“Trasladémonos a un pueblecito o aldea no muy poblados, cuya vida se desliza parsimoniosamente, consustanciada con su ambiente natural, lejos del trafago comercial y turístico, condicionada por pautas de conducta tradicionales. Esa gente afianza su fe en la experiencia colectiva más que en los dictados de la teoría, se apega al libre obrar de su espontaneidad más que a las reglamentadas instituciones oficiales, orgullosa de permanecer fiel a las costumbres de los mayores, sin claudicar alocadamente frente a las turbulencias de los tiempos nuevos…En tal ambiente propicio, en ocasión de una fiesta local, los cantores entonen sus coplas acompañados por el son de la caja. Lo hacen espontáneamente, con arte no aprendido en libros ni academias, sino captado empíricamente de la misma vida, que es su maestra suprema. Cada uno de ellos no actúa con diferenciada personalidad de actor, a título por así decir profesional; todos son interpretes en el doble sentido de expresar artísticamente una letra y una melodía consabidas y también de sentirse uno del común que pone en función alfo del acervo de la comunidad , conocido por todos”.
No se sabe ni interesa recordar quien fue al autor originario; el nombre se ha borrado con el pasar de los años y ocaso de los siglos; pero con mayor razón aun se ha esfumado por la actitud colectiva de saberse todos participes de ese tesoro poético, en cada una de cuyas piezas cualquier cantor puede ensayar la variante que su ocasional tensión espiritual le sugiera “Augusto Raúl Cortázar.
“Folklore y Literatura” Cuadernos de EUDEBA
Nuevo País – Segunda Quincena de Febrero de 1984