“Cuando empezaban los golpes o cuando empezaba la picana, uno se encontraba…No era que pedían un nombre o preguntaban qué actividad podían tener uno. En la mayoría de los casos se encontraban enseguida con la carne quemada u los dolores encima. A la mayoría de nosotros nos tocaron hombres muy feroces que lo hacían por el placer mismo, el lobo Vides. La primera instancia era arrancarte las uñas con una tenaza. Después volvías a la celda todo quemado y ahí podías encontrarte con la voz de otro que te iba diciendo en donde estabas, peor ya uno lo había descubierto.
Cuando a la noche me vivieron a buscar para trasladarme, le pedí a un guardia que me dejara ver a Claudia.- Me dejó verla. Yo ya lo había discutido con ella porque ella decía que no podíamos conformar una familia porque había sido violada por atrás, por delante…Yo le decía “Dejate de embromar”. Uno piensa: “16 años”. Después decía: “Recodarme siempre”. Y cuando me vienen a buscar y me llevan, que le gritan: “Recordame”. Te vas para siempre. Es terrible porque uno piensa que todavía están con esa tortura.”
La Noche de los Lápices – Pablo Díaz
Asterisco – 16-09-07- Por Felipe Pigna – “La Noche de los Lápices