La meta de nuestras familias es estar en el camino estrecho y angosto; y para fortalecer nuestras familias, la clave es hacer que el Espíritu del Señor more en nuestros hogares… ¡Qué bueno sería que entendamos la importancia de vivir unidos!
Esto, no sólo sería provechoso para nosotros, sino también para las personas con quienes interactuamos y hasta con las que convivimos todos los días. El afianzamiento de nosotros, como miembros de una familia, es nuestro deber sagrado como. Sería edificante para todos los integrantes de nuestra comunidad y, también, para nuestra vida espiritual.
Daisy Oramas de Castro
Mi Amor por Cuba, un Sello en Mí
Nací en esta tierra y a ella le debo mi idiosincrasia
Mi gusto por el mar que rodea a este archipiélago
Hermosa isla rodeada de cayos que me auparon
Pusieron la sal en mi sangre y el amor por mi cielo.
Crecí en esta mixtura de razas donde no reza un color
Sino que se funden para dar variados hijos
La diversidad nos destaca en medio del Caribe
Allí, donde otros hermanos nos reconocen como tal
Donde hemos sido luz y faro de rebeldía
Mientras luchamos por la paz del mundo.
Amo a mi tierra porque tengo su sello
El olor a lluvia y a sol me lo llevo a todas partes
El café del que no puedo prescindir
El amigo que me escucha, me da su mano y danza conmigo
La mesa compartida en cualquier tiempo sin avisar
Y las lágrimas compartidas convertidas en risas.
Amo ser cubana y que me delate mi carcajada
En medio de un aeropuerto donde me señalaban
Porque era vida en medio del silencio
Resplandor en la oscuridad del celo.
Pude ser emigrante y decidí volver a mi raíz
Donde puedo ser yo y ser feliz aún entre carencias
Pero donde me reconozco y pertenezco
Donde me atrapa la vida compartida
sin el costo del amor.
Mi amor por Cuba va más allá de sus penas y glorias
Está sembrado desde mi esencia hispancafricana
En el tambor y flamenco que corren por mis venas
Invitando al sincretismo que nos puso un sello
Desde la raza hasta el suelto y libre cabello.
No podría vivir en un lugar sin costas
Entre gente que no tienen tiempo para ser
Deseando comer una raspadura para recordar el dulce
Que ponemos cada día a la sal de nuestra existencia.
Alicia M. García
Espero ese Día
Muchos se preguntan:
¿Y si no hay mañana?
Realmente no me preocupa,
veo abierta una ventana.
Veo un mundo diferente,
donde nadie se afana…
Todo es bello, perfecto,
solo amor se emana.
No existe el odio, la guerra…
nunca habrá desigualdad,
en esa hermosa tierra
la maldad se desecha.
Viviremos como hermanos,
ya no importan las riquezas…
Todo está preparado,
Nunca más habrá tristeza.