“Los argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y el español Manuel Colmeiro tardaron un año en dibujar con carbonilla y pintar los 450 metros cuadrados del techo, trabajo que acordaron realizar en dos meses.
La Nación 23-01-03 – Foto Fernando Massobrio
Galerías Pacífico
Transcurría el año 1888 y en nuestro país comienza a crujir la economía. Bajo el gobierno de Miguel Juárez Celman se desarrolla una especulación desenfrenada que tiene como protagonistas a los títulos públicos y otros papeles que cotizan en Bolsa, además de un alza artificial de los valores inmobiliarios, generando una depreciación sin precedentes de nuestro peso con su correlato inflacionario.
El gobierno tambalea y finalmente caerá en la “Revolución del Noventa” (dos años más tarde), enfrentado armas en mano por la flamante Unión Cívica Radical (UCR); acción que fracasa, asumiendo el vicepresidente de la Nación, Carlos Pellegrini.
En ese panorama económico de 1888 pleno de incertidumbre, en la manzana comprendida por las calles Florida, Viamonte, San Martín y la Avenida Córdoba en el Centro de la Ciudad de Buenos Aires, comienza una fastuosa construcción destinada a la sucursal porteña de la tienda francesa Au Bon Marché; diseño del arquitecto Roland Le Vacher.
Es la época de las grandes tiendas como Harrods, Gath & Chaves o La Piedad; precursoras de los modernos shoppings, ofrecían a sus clientes las últimas novedades europeas y de otras latitudes. Pero debido a la inestabilidad política y económica, los galos se marcharon y la obra fue continuada por otros inversores, quienes construyeron también una suerte de anexo en la esquina noreste, donde se erigió el Hotel Phoenix (Córdoba y San Martín). El nuevo edificio diseñado por los arquitectos Le Vacher y Agrelo, fue continuado con la misma línea arquitectónica del conjunto original. Debido probablemente a los avatares económicos, la obra iniciada en 1888 finalizó recién en 1894. En el solar del antiguo Hotel Phoenix, hoy se yergue el Hotel Esplendor Buenos Aires.
La manzana original mantuvo su destino comercial, ya que en sus galerías florecieron los locales minoristas, contando con los adelantos técnicos de la época como iluminación y calefacción central, además de ascensores.
En 1908 el complejo fue adquirido por el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) de capitales británicos, que desde 1882 operaba en nuestro país uniendo nuestra ciudad con Mendoza; desde allí se podía transbordar y continuar mediante los trenes trasandinos hasta Valparaíso. La empresa instaló su administración central en el edificio y desde entonces se la conoce como Galerías Pacífico.
Durante las primeras décadas del nuevo siglo y en medio del crecimiento desmesurado de Buenos Aires, las Galerías Pacífico permanecieron sin mayores transformaciones, con las oficinas ferroviarias en sus pisos superiores y los comercios diseminados en las distintas alas de su planta baja.
Clarín – 07-10-23
Pero en 1945 los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra tomaron a cargo las reformas edilicias para separar claramente el área administrativa de la galería comercial. Habría sido entonces que se tomó la decisión de embellecerlas con pinturas de maestros reconocidos.
“Los argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y el español Manuel Colmeiro tardaron un año en dibujar con carbonilla y pintar los 450 metros cuadrados del techo, trabajo que acordaron realizar en dos meses. Fue la altura de los andamios lo que motivó la demora: los armaban para pintar y los desarmaban para controlar desde el piso -lugar desde el que se verían las obras- las proporciones de los cuerpos y de los paisajes” (1).
Un dato no menor sobre el desafío que planteó la obra, es que se debía trabajar sobre una superficie curva de 450 metros cuadrados; una verdadera hazaña artística.
Un año más tarde se ejecuta el techo vidriado en las zonas de circulación de público que desde distintas direcciones, convergen bajo la cúpula central donde hoy se encuentran los murales.
En 1948 los ferrocarriles fueron nacionalizados y el “Buenos Aires al Pacífico” se denominó “Ferrocarril Nacional General San Martín», conservando su misma traza. Años más tarde la obra fue restaurada bajo dirección de Antonio Berni y a principios de la década de 1990, fue sometida a nuevos trabajos de puesta en valor por un equipo argentino – mexicano experto en muralismo.
El conjunto de trabajos que componen esa obra única que es “la cúpula”, se integra por: “El dominio de las fuerzas naturales” (Spilimbergo); El amor” de Berni; “La pareja humana” (Colmeiro); “La vida doméstica”, (Castagnino) y “La fraternidad” de Urruchúa. Como la obra al estar expuesta requiere un cuidado periódico, en 2006 el artista argentino Julio Leparc la intervino en los fragmentos que así lo requerían.
A lo largo de los años, allí tuvieron su asiento el Museo Nacional de Bellas Artes y la Academia Nacional de Bellas Artes.
A su vez, el Centro Cultural Borges dependiente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero también tiene allí su sede y en la actualidad las Galerías Pacífico ocupan 52.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y desde hace algunos años, es considerado un espacio protegido por el Estado debido a los múltiples valores históricos y culturales que alberga.
Considerado uno de los sitios emblemáticos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se puede recorrer en forma personal o mediante visitas guiadas.
1) Diario La Nación (Pág. 8) – Buenos Aires, 23-01-2003.-