Especias como nuez moscada, jengibre, canela y clavo son de uso frecuente en varios de los platos judíos de diferentes regiones. Asimismo, el mezclar especias ha sido parte de la cocina judía desde hace mucho tiempo.
Un Plato de la Cocina Judía que es Esencial
Detrás de cada receta y/o plato de comida judía hay un sentimiento y una historia. En la vida judía, la comida es protagonista. Y, así, en el cine, en las fiestas, en la literatura y en la cultura en general, la gastronomía judía se encuentra presente.
Trayendo con ella sentimientos, recuerdos, anécdotas, y tradiciones. A través de algunos ingredientes, platos y costumbres, sus comidas manifiestan la historia y la tradición del pueblo judío…
Especias como nuez moscada, jengibre, canela y clavo son de uso frecuente en varios de los platos judíos de diferentes regiones. Asimismo, el mezclar especias ha sido parte de la cocina judía desde hace mucho tiempo.
Muchas de las costumbres culinarias dulces judías están asociadas con el Año Nuevo judío; “para que todo el año que viene sea dulce”. Es así que en la mesa festiva, resulta prácticamente de uso obligatorio la miel, manzanas, conservas de frutas, nueces, y otras cosas.
Leicaj – Bizcochuelo de Miel Judío
Ingredientes:
– De 6 a 12 huevos (dependiendo la cantidad de personas)
– Aceite de oliva 1 cucharada sopera
– 1 limón
– Azúcar 300g
– Harina 1 taza
– Ralladura de limón
– Esencia de vainilla
– Polvo para hornear 1/2 cuchara
– Miel
Preparación:
Separar la yema de la clara y batirla con todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea, menos la ralladura de limón y se coloca en el horno a 160 grados durante 40 min.
Aparte se bate la clara con miel, una vez que esté el bizcochuelo se coloca la clara por encima, se deja en el horno unos minutos más y ya tienes tu preparado.
Esta receta es en recuerdo de mi querida amiga judía Martha, la cual ya partió de este mundo, ella me la enseño el año pasado.
Agradezco al Creador del universo por haberme dado el honor de conocerla… Más dulce que la miel es Tu palabra ¡Oh Eterno! ¡Gracias!.
En las relaciones familiares hay expresiones cariñosas que pueden, en todos los casos, ser utilizadas como vocativos: bobe (abuela), pupele (muñequita), ingale (muchachito); y muchas más.