Una espontaneidad como la narrada nos enternece, y hace que nosotros también procuremos hacer cosas que ayudan al otro… Actitudes como la indicada nos impulsa a prestarle cualquier servicio a quien lo necesita, sin cansarnos.
Por Claudio Valerio
Romina, una niña muy buena, pero muy pobre, iba a un colegio religioso… Un día, estando ella rezando el padrenuestro, sus compañeras oyeron que decía: “Danos hoy nuestro pan de cada día, pero con manteca”.
Cuando a la niña se le pregunta el porqué de tal forma particular de rezar, ella contó qué, como su madre había quedado viuda con seis hijos, suprimió la manteca. Pero ella no se resignaba; y por eso, pedía el pan con manteca. Desde luego que la religiosa le dijo que continuara pidiéndolo, pero en voz baja, para no provocar risas entre sus compañeras.
Dios oyó la oración de Romina. Una niña contó a su madre lo ocurrido en el colegio. Ésta averiguó la dirección de la mamá de Romina, y ordenó a su empleada que cada día dejara un paquete de manteca en su casa.
“La oración humilde y confiada conmueve el corazón de Dios”.
Una espontaneidad como la narrada nos enternece, y hace que nosotros también procuremos hacer cosas que ayudan al otro… Actitudes como la indicada nos impulsa a prestarle cualquier servicio a quien lo necesita, sin cansarnos.
Alicia M. García (Cuba)
Mis Pies Cansados
Le canto a mis pies
guerreros del tiempo
faros de senderos
de caminos inciertos.
Valientes viajeros
que escalan sin miedo
gigantes montañas
encumbrados cerros.
Pies que descalzos
enfrentan las crestas
de oleadas furiosas
espumas impuestas.
Pies que cansados
prosiguen la senda
de angostos linderos
de estoica rienda.
D.R.A ®