Navidad y todo lo que implica el mes de diciembre para el reencuentro con aquellos que amamos, con los preparativos para terminar el año y recibir el nuevo en reunión con los seres queridos, regalos, festividades, etc.
Por Claudio Valerio
La Alegría de la Navidad y la Esperanza del Año Nuevo
Llegó la Navidad y, con ella, el recordar las ilusiones y alegrías de nuestra infancia y juventud… Navidad y todo lo que implica el mes de diciembre para el reencuentro con los seres queridos con los preparativos para terminar el año y recibir el nuevo en reunión con los seres queridos, regalos, festividades, etc.
No hay nada más bello para una persona que lograr que la dulzura y felicidad llegue a cada rincón del hogar
Todo lo que tenemos y disfrutamos durante este mes y los primero días de enero hasta la llegada de los Reyes, debería girar en torno a este acontecimiento que ha marcado la historia de la humanidad: La encarnación y nacimiento de Jesús.
En este tiempo de esperanza, “tiempo de navidad”, es necesaria una preparación interior, es necesaria una conversión de nuestros pensamientos. Convertirse es siempre volver a… o sea para volverse a una nueva forma de vida. Es un camino en el que hay que dar un giro de regreso por estar yendo en la dirección incorrecta; darse cuenta del error, decidirse a dar media vuelta y dirigirse después en dirección correcta.
Por eso necesitamos saber hacia dónde nos dirigimos; o sea, ser conscientes que pasamos de lo malo a lo bueno, de menos a más, de lo bueno a algo mejor. Cuando pensamos en la renovación, no pensemos sólo en haber salido hace tiempo ya de la hondura, no pensemos sólo en no haber cometido alguna falta grave, y no haber perdido el estado de felicidad; pensemos en la alegría de vivir en armonía y llenos de gracia.
¡Preparemos el camino!; Jesús ha llegado… ¿Qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con nosotros, y con nuestros semejantes? Es necesario que nos reconciliemos con nosotros, y con las personas que nos rodean; pero también de una reconciliarnos con Dios, a través del Sacramento de la confesión… Que nuestro punto de vista natural sea querer afirmarnos siempre en la fe, y poner siempre en el centro de nuestra vida, nuestra amistad con Dios. Para ello, es preciso que nos transformemos interiormente, vencer la ilusión de lo aparente y hacernos sensible, afinar el oído y el espíritu para percibir lo verdadero.
Navidad y Año Nuevo son tiempos en el que podemos dejar morir a la vieja persona, para caminar y ascender espiritualmente hasta una total transformación. Dejar de lado al viejo ser y llegar al nuevo con plenitud, según haya sido la alimentación y dedicación que le hayamos dado a nuestro ser interior.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), te envío un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, derramando sobre ti, muchas bendiciones de Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
(Valerius)